Pablo Gonzalez

¡Sí hay vida después del euro!



Bienvenido el “Manifiesto por la recuperación de la soberanía económica, monetaria y ciudadana: Salir del euro”, firmado por Julio Anguita y dirigentes del Frente Cívico y de IU.

 Allí hemos visto con satisfacción cómo otros movimientos sociales españoles coinciden con la propuesta de nuestro Movimiento LaRouche España, desde su fundación hace un año, para salir del euro como primera medida hacia la recuperación económica y el pleno empleo.

Se trata de un análisis serio sobre la imposibilidad real de que la economía española pueda continuar en la Europa del euro y de cómo, desde el principio, la Europa de Maastricht y Lisboa no es compatible ni con la soberanía nacional ni con la supervivencia económica misma de nuestros pueblos. 

Por ello coincidimos plenamente en que España no puede de ninguna manera salir de la crisis en el marco del euro y que requerimos una moneda soberana propia y una política monetaria soberana.

Pero, como el manifiesto señala, ésta es una primera condición ineludible, pero no suficiente. Por ello proponemos discutir de manera conjunta las medidas concretas que, a nuestro juicio, deberán acompañar la salida del euro:

2°. Separar la banca comercial (productiva) de la banca de inversión (especulativa), en el espíritu de la ley Glass-Steagall de 1933 del presidente estadounidense Franklin Delano Roosevelt. 

Esto no es un simple mecanismo técnico: es la forma eficiente y comprobada de eliminar de las finanzas toda la enorme burbuja especulativa tóxica que envenena el sistema financiero, que convierte en carga pública la deuda privada y que somete nuestra economía a la dictadura del cáncer financiero internacional.

 Es también el requisito para la “profunda reestructuración de la deuda pública (quita, moratoria, conversión en moneda nacional)”, que postula el Manifiesto, separando y eliminando de las cuentas públicas la deuda ilegítima especulativa, que no será pagada.

3°. Proteger la moneda nacional con un control de cambios y un control de capitales,como lo han establecido otros países en situaciones semejantes.

4°. Establecer un Sistema de Crédito y su Banco Nacional asociado, en la tradición de Alexander Hamilton, que emita crédito de largo plazo con bajas tasas de interés para inversiones productivas, especialmente en infraestructura.

 Usar este sistema nacional de crédito para cambiar el modelo productivo español: de servicios y turismo a uno de alta densidad tecnológica.

 Para emplear productivamente a nuestros seis millones de parados, se requieren proyectos que fomenten el desarrollo de los poderes productivos del trabajo, y la densidad de flujo energético en la economía, como ha demostrado el connotado economista físico estadounidense, Lyndon LaRouche.

La energía nuclear es necesaria y segura; la solar y eólica es ineficiente y anticientífica. Hay que rechazar no solo el monetarismo especulativo de la oligarquía financiera, sino también su gemelo perverso, el ambientalismo verde antidesarrollo, también promovido por esa misma oligarquía, desde la WWF (World Wildlife Fund) del Príncipe Felipe de Edimburgo.

5°. Restablecer un sistema de tipos de cambio fijos entre las naciones, como era el caso en el sistema original de Bretton Woods, para frenar la especulación y propiciar el comercio legítimo y la inversión internacional legítima.

 Para ello se requieren acuerdos de cooperación con otras naciones en nuevos espacios internacionales, y la realización conjunta de grandes proyectos de infraestructura, como lo hemos propuesto en nuestro programa “Un milagro económico para Europa del Sur y el Mediterráneo”.

Es el momento de la acción. 

Así nos lo exigen los millones de familias con sus miembros en paro, los desahuciados de sus viviendas, las pensiones de nuestros mayores y, especialmente, el 60% de nuestra juventud sin empleo y sin un horizonte de esperanza.

Por toda Europa se extiende una rebelión creciente contra la dictadura del euro. En varios países —Italia, Islandia, Francia y otros— existen proyectos de ley tipo Glass-Steagall de separación bancaria. 

Y en Estados Unidos hay proyectos de ley para reinstituir Glass-Steagall ante la Cámara de Representantes (HR 129) y el Senado (SB 985), que están recibiendo apoyo creciente de los congresistas, a pesar de la presión contraria de Wall Street y la Casa Blanca de Obama.

España no puede quedar atrás. ¡Sí hay vida después del euro!

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