Pablo Gonzalez

“Estados Unidos es el gran responsable de invasiones y fracturas del continente latinoamericano”

“¿Quien es nuestro enemigo?”, se preguntó el intelectual ecuatoriano Galo Mora, actual asesor del presidente Rafael Correa, en su reciente paso por Buenos Aires. 
 
La respuesta fue contundente:
 
 “Más allá de las embajadas que conspiraron siempre contra nuestra soberanía, el enemigo hoy es un sector poderosísimo de la prensa que vive acechando a nuestro gobierno”.

La frase resultó conocida para el entusiasmado auditorio que asistió al inicio del ciclo “La Patria Grande”, organizado por el Centro Cultural de la Cooperación.

Galo Mora, es un hombre de la cultura, además de antropólogo, y actual secretario ejecutivo del partido Alianza País. 
 
Pero sobre todo, se trata de un gran comunicador., Tanto que mantuvo en vilo durante más de una hora al público, combinando profundas reflexiones, salidas humorísticas de alto vuelo y un derroche de franqueza y autocrítica al tocar temas que hacen a la actual realidad latinoamericana.

En conversación previa con RESUMEN LATINOAMERICANO, sobre la embestida de los grandes amos de la prensa contra su gobierno, Mora acotó que “allí se refugia un sector de la derecha recalcitrante, que todavía tiene la enjundia de la aristocracia venida a menos y al mismo tiempo, la arrogancia del banquero. Mezcla esas dos cosas y sale como resultante que la democracia no sirve cuando gana Correa. 
 
Pero para su desesperación, ya van nueve veces que gana Correa, y entonces la nueva tesis es que hay una dictadura del voto, que tenemos un pueblo torpe, que se deja ilusionar fácilmente”.

Refiriéndose a las críticas que soporta la Ley de Comunicación puesta en marcha por su gobierno, Mora señaló que “el enemigo no se rinde nunca, como diría Mao (Tse Tung) , y evidentemente van a pelear a dentelladas por la defensa de sus intereses, que son los del capital financiero y bancario, y no los del pueblo ecuatoriano”.
 
 Respaldó la idea de que la nueva ley lo que hace es democratizar un derecho social.

En cuanto a la paradoja de que actualmente la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) esté actualmente presidida por un ecuatoriano (Jaime Mantilla), y que desde allí permanentemente se lancen misiles contra la gestión de Correa, Galo Mora apuntó: 
 
“Todos los países del continente sufrimos estas campañas de demolición por parte de los mal llamados defensores de la libertad de expresión, encabezados por la SIP”. 
 
 Y enseguida recordó que no por casualidad el edificio de esa entidad, en Miami, lleva el nombre de Jules Dubois, agente de la CIA, muerto en circunstancias extrañas en un hotel de Bogotá.

Para Mora, “el tener la capacidad monetaria para comprar una imprenta no puede suplantar el derecho a la información. 
 
Hemos llegado a lo que Eduardo Galeano definió irónicamente, el viraje de la famosa frase “el fin justifica los medios”, por la de “los medios justifican todos los fines”, y eso no puede ser más. Son conspiraciones, complots, y atentados contra las democracias que queremos llevar adelante”.

Una Alianza al gusto de Washington

Preguntada su opinión sobre la Alianza del Pacífico, y la contradicción de que algunos países como Uruguay estén solicitando su ingreso a la misma, Galo Mora sostuvo:
 
 “Trotsky decía que hay flujos y reflujos de la historia.
 
 Hay que ver hasta donde la mano izquierda puede ser tan fuerte y tan capaz de enraizarse con otras manos para asimilar estos embates, que obviamente no son gratuitos ni espontáneos, están teledirigidos”. 
 
Acotó que “Estados Unidos es el responsable de todas las fracturas desde el inicio de la historia latinoamericana. Son los inductores directos de acciones como la actual de la Alianza, que tienden a desestabilizar el continente. 
 
Allí están invasiones como la de Santo Domingo, la de Bahía de los Cochinos, golpes de Estado como en el Chile de Allende, o simplemente iniciativas de chantaje de carácter económico, a los efectos de doblar la mano de aquellos que decidieron que el continente no es traspatio ni lacayo. 
 
El tema es complejo pero la historia nos lleva hacia allá, y sólo un combate decidido, con ideas fuertes, puede llevarnos a contrarrestar este nuevo intento del imperio”.

“De donde venimos”

En su alocución en el CCC, Mora fue presentado por el Director del Centro, el diputado nacional Juan Carlos Junio, que elogió la trayectoria del disertante y su compromiso con la causa de la unidad latinoamericana y caribeña.

Además, el panel estuvo también integrado por el politólogo Atilio Boron, quien luego de la charla del invitado ecuatoriano, hizo un incisivo comentario sobre todo lo dicho, coincidiendo en el análisis de situación expuesto por el asesor de Correa.

En su conversatorio, Mora arrancó el primero de una sucesión de aplausos, al felicitar al pueblo argentino, “quizás no por la muerte, pero sí porque ya no existe Jorge Rafael Videla. De eso sí, nos enorgullecemos todos, de que haya pagado un poquito al menos todo lo malo que hizo”.

Luego, hizo un rápido pasaje por la historia de su país para explicar el presente.
 
 “Es importante saber de dónde venimos para saber quien somos hoy y hacia dónde vamos”, explicó. 
 
“Somos el fruto del apetito voraz de unos militares que como Juan José Flores, se adueñaron del país, a partir de un asesinato que todavía tenemos la obligación de investigar. 
 
El del Mariscal Antonio José de Sucre, asesinado en Berruecos, Colombia. El criminal ejecutor fue detenido y ahorcado tiempo después, pero se llevó a la tumba el nombre de los inductores, entre los que sin duda figura el de Flores”.

Consignó el disertante que como en tantos otros capítulos de la historia latinoamericana, la impunidad se ha convertido en columna fundamental de la misma.
 
 Recordó que hace cien años fue asesinado también “el mayor de nuestros republicanos, el general Eloy Alfaro, y casi se concretó nuevamente este signo, el 30 de septiembre de 2010, cuando se intentó matar a Rafael Correa. Frente a tantos hechos impunes la memoria y la justicia han de ser fervientemente convocadas”, señaló.

Volvió a insistir luego en que para que un proceso revolucionario se afiance, el sentido de la historia debe apuntar a permanecer y estar vivos.
 
 “Esto no es una simple consigna, sino la fuerza que anima a un pueblo.
 
 Si no es vindicada la condición nacional, muy difícilmente se pueden establecer los lazos de fraternidad, como los que hoy, afortunadamente, la Revolución ciudadana ha logrado tejer con nuestro pueblo. 
 
 Y lo hemos hecho, pese a todas las feroces embestidas de la oposición”, recordó Mora.

El orador expresó que desde su llegada al Gobierno, en enero de 2007, Rafael Correa sostuvo que veníamos a ajustar cuentas con la historia y a decir, que a nadie le quepan dudas de que este proceso es bolivariano y alfarista. “Esto, según Mora, es más que un lema. 
 
No es inexacto aquello que en el 18 Brumario de Marx, se citaba como una necesidad de que los pueblos levanten y exhumen banderas, hasta poder tener la propia. Estamos frente a un nuevo fantasma que recorre América y que reivindica esas banderas que habían sido arriadas y escondidas por nuestros enemigos”.

El gran saqueo

Luego recordó los años terribles del saqueo neoliberal que sufrió Ecuador. “El corralito de ustedes fue casi un juego, comparado con lo que nos pasó a nosotros. 
 
Para un país tan pequeño, la expoliación y usurpación de 10 mil millones de dólares, es casi todo lo que había. Y eso lo permitieron la democracia cristiana y la social democracia, aupadas en la derecha tradicional, además de las embajadas que fueron co-responsables del asesinato de Eloy Alfaro hace un siglo. Nos vaciaron el país, pero además de las arcas, nos vaciaron la conciencia y la esperanza. 
 
Tres millones de personas se fueron al destierro”.

Este hacer memoria de Mora, puso en escena el dolor no sólo de Ecuador sino de todo el continente. Cada dato, cada cifra, servía para que quienes lo escuchaban con atención evocaran el 2001 argentino. Sin embargo, no todo estaba perdido. 
 
“Teníamos que resucitar, sostuvo Mora. Recuperamos al Bolívar aquel , que en 1829 decía: ‘esta guerra ha terminado, pero la que viene será más grave. Los anglo-sajones son mucho más peligrosos, ya que no nos quieren convertir en siervos, sino en consumidores’.

Entonces, levantamos esa bandera de Bolívar y de Alfaro, y con ellos a todos los que lucharon por la patria”.

Posteriormente, el dirigente ecuatoriano arrancó carcajadas cuando comparando tragedias, expresó: “Ustedes nos mandaron a un Domingo Cavallo, y nosotros nos vengamos enviando a Jaime Durán, el asesor de Macri”.

Una tradición de luchas y rebeldías

Mora prosiguió su relato, recordando que “nuestro pueblo, expoliado, entonces encontró un norte. Sintetizó luchas de muchísimos años, como las del Partido Comunista de Ecuador, de los socialistas, del movimiento anarquista, de los verdaderos alfaristas. 
 
Aquellas posiciones rebeldes e insurgentes se fueron uniendo, pero había que buscar a quien nos convoque. Y así fuimos encontrando aspectos coincidentes, como ya lo había hecho la Revolución Sandinista en Nicaragua, o la Revolución bolivariana en Venezuela. 
 
De ahí venimos, de abrevar en luchas cercanas y encadenarlas. Dijimos, hay que volver a tener Patria. Logramos, afortunadamente, una gran respuesta popular y nos dispusimos a incidir en la historia y no a dejarnos manipular por ella”.

Definiendo al actual presidente de Ecuador, señaló que es un hombre que está a caballo entre la teología de la liberación y Antonio Gramsci. “¿Qué podía salir entre Paulo VI y Gramsci?”, se preguntó. “Pues nada mejor que Rafael Correa”.

Mora ofreció un ejemplo del “estilo Correa”, que tanto pone al borde del ataque de nervios a la oposición. Contó que el candidato opositor de derecha dijo, en campaña electoral, que era necesario que el bono solidario de subsidio, pasara de 35 a 50 dólares. Inmediatamente su intención de voto subió.
 
 Al día siguiente, Correa le devolvió la invitación, aceptando la misma, pero señalando que “la diferencia la vamos a pagar con un impuesto a ustedes, los banqueros. 
 
Ya se han beneficiado durante toda la vida y siempre socializaron las pérdidas. Ahora vamos a socializar las ganancias, y ese excedente es de los pobres de Ecuador”.

Avances incontestables

Dando detalles concretos de los cambios producidos en la gestión del actual Presidente, Mora consignó que “los magnates petroleros se llevaban 83 dólares de cada 100, por cada barril de petróleo. 
 
Pero además que el excedente, iba para pagar la deuda externa”

La primera decisión de Correa fue: “vamos a invertir la relación: 83 dólares de cada 100 irán para el pueblo ecuatoriano”. Esto posibilitó que en seis años, la columna vertebral del Ecuador, la vialidad, se ha transformado totalmente.

Según Mora, “alguien le preguntó en campaña electoral al Presidente:
 
 ¿De dónde sacas la plata? Y Rafael respondió: de lo que antes se robaba”. Así de simple.

“Hemos invertido la criminal relación con el tema de la deuda externa”, apuntó. “Logramos adquirirla al 30% de su valor, y entonces, desde el 2009, por esa negociación encabezada por Correa, el Ecuador ahorra un millón de dólares diarios hasta el año 2030.

“A esto hay sumarle una política fiscal, donde los evasores no puedan ser aupados con una coima. 
 
Ejemplo: la hacienda más grande del Ecuador, ha sido intervenida recientemente, por una deuda de más de cien millones de dólares. Y esta hacienda va a ser subastada. No podemos consentir estos abusos”, expresó.

Tales afirmaciones del dirigente de Alianza País, ayudan a comprender por qué la oposición ecuatoriana no puede entender como después de seis años Correa tenga el 80% de aceptación popular y que haya ganado 100 de los 130 asambleístas del Parlamento. 
 
La mayoría parlamentaria asegura la profundización del avance. Allí están la ley de tierras, la de recursos hídricos, o la política exterior soberana, afianzando la relación con el ALBA, la Unasur y la Celac.

Peligros y desafíos

En el plano de las acechanzas internas que tiene la Revolución Ciudadana, Mora criticó duramente a quienes “se han enquistado en nuestras filas, llegando por la ventana, en busca de prebendas y contratos petroleros. 
 
Pero están también los otros, los que tienen el privilegio de haber estado desde el inicio, y creyeron que eso les otorgaba un salvoconducto, para torpedear al proceso con ridículas acusaciones de que Rafael es reformista y no revolucionario”. 
 
Mencionó entonces a pequeños grupos que impulsados por ONGs europeas tratan de socavar la credibilidad del Presidente, pero han fracasado estruendosamente”, dijo.

“El reciente triunfo –explicó Mora- nos asegura la posibilidad de acentuar una transformación radical para que no haya condiciones de volverse irreversible. 
 
Estamos luchando contra la pobreza y hemos bajado la misma 16 puntos en el campo y 10 puntos en la ciudad, en condiciones difíciles por la crisis del capitalismo”.

Llegando al final de su disertación, Galo Mora, sentenció: “Lenin decía que la Revolución no se hace, se organiza. 
 
Y esa es nuestra tarea actual: organizar el sentido de la lealtad.
 
 Ser coherentes en nuestra práctica”.

Puntualizó que “el 24 de mayo, al asumir nuevamente el cargo, el Presidente fue muy claro en sus afirmaciones sobre la unidad latinoamericana. 
 
Frente al propio embajador inglés, expresó que las Malvinas son argentinas. 
 
Pero también, “que quien hable de derechos humanos, no sólo debe cerrar, sino irse de Guantánamo”.

¿Qué une a la gente?, se volvió a preguntar el orador, a manera de cierre.
 
 “La esperanza. 
 
Cuando ve que no deposita su fe en alguien que traiciona, como siempre ocurría antes de llegar Correa. 
 
 Ahora hay razones para esa esperanza, para afianzar el poder popular, para seguir avanzando por todos los sueños”.
 
por Carlos Aznárez

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