Pablo Gonzalez

Che Guevara: en el corazón de los pueblos


A través del tiempo, en la historia de la humanidad, ha habido seres humanos que por la trascendencia de sus vidas y legado han traspasado las fronteras de la época que desenvolvieron su existencia para convertirse en fuente de permanente de inspiración y enseñanza.



Ese es el caso de Ernesto Guevara de la Serna, cuyo natalicio se produjo en la ciudad de Rosario, Argentina, el 14 de junio de 1928 y cuya existencia fue breve puesto que entregó su vida cuando tenía tan sólo algo más de 39 años y luchaba por un mundo mejor.

Desde muy joven emprendió un viaje por la zona norte de su país natal y posteriormente efectuó recorridos por otras naciones de América Latina, en los que pudo apreciar la explotación, la miseria, la insalubridad, el analfabetismo que padecían millones de hombres y mujeres.

Médico de profesión pronto comprendió que de nada valía el esfuerzo a escala individual de un profesional para curar el mal mayor que lastraba la vida de los pueblos y entendió que era necesario llevar adelante una revolución para encarar los problemas y transformar la realidad existente.

Cuba fue el primer escenario donde el ya identificado por su procedencia argentina como Che Guevara combatió con las armas en la mano en contra de un régimen dictatorial.
En 1955 en un encuentro con Fidel Castro en México se sumo a los cubanos que se preparaban en ese país para trasladarse al territorio cubano y reanudar la lucha contra la dictadura batistiana.

A partir del dos de diciembre de 1956, momento que se produjo su encuentro con Cuba, el hasta entonces médico Che Guevara se fue convirtiendo igualmente en un experimentado combatiente, y por su valor y actitud en los combates se ganó el grado de Comandante y llegó a ser un destacado jefe de la tropa rebelde.

Entre finales de agosto y mediados de octubre de 1958 el Che realizó en forma exitosa la conducción de una columna invasora desde la provincia de Oriente hasta la de Las Villas, situada en la parte central de Cuba y allí después contribuyó al desarrollo de la unidad de las fuerzas revolucionarias que operaban en esa zona y dirigió importantes combates y batallas, como la de Santa Clara.

Tras el triunfo de la Revolución el Che con eficiencia y sencillez encaró responsabilidades que se le confiaron, más allá de su condición de Comandante del Ejército Rebelde, tales como Jefe del Departamento de Industrialización del Instituto Nacional de Reforma Agraria, Presidente del Banco Nacional de Cuba y Ministro de Industrias, así como dirigente de las Organizaciones Revolucionarias Integradas y del entonces Partido Unido de la Revolución Socialista de Cuba, antecedente del actual Partido Comunista de Cuba.

El Che además representó a Cuba en varios eventos de carácter internacional, entre ellas en la propia Organización de Naciones Unidas donde evidenció cómo era capaz con la fuerza de la palabra combatir en defensa de la causa de los pueblos que sufrían la explotación y el saqueo de sus recursos.

Pero el Che igualmente en sus encuentros con trabajadores y otros sectores de la población cubana, en los discursos que pronunció, en las conferencias que impartió a través de la televisión, así como en diversos trabajos que publicó fue capaz de trasmitir grandes valores, principios sobre los que llevó adelante su propia existencia, porque él como afirmara era un hombre que actúa como piensa.

Se cumple este 14 de junio el aniversario 85 de su natalicio. 
Su vida, su obra, su legado mantienen plena significación y vigencia.

Y es que el Che, continúa y continuará siendo fuente de motivación y enseñanza tanto para los cubanos como para múltiples hombres y mujeres en el mundo.

Cabe recordar que precisamente al hablar en la velada solemne en homenaje al Che efectuada el 18 de octubre de 1967 en la Plaza de la Revolución “José Martí”, en La Habana, Fidel señalaría algo que en el transcurso de los años se ha continuado haciendo realidad.

Acerca del Che diría Fidel: “Y ante la historia, los hombres que actúan como él, los hombres que lo hacen todo y lo dan todo por la causa de los humildes, cada día que pasa se agigantan, cada día que pasa se adentran más profundamente en el corazón de los pueblos. “

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