PL- El vicepresidente de Bolivia, Álvaro García, alertó hoy aquí que la Alianza para el Pacífico es la contrarrevolución de Estados Unidos para detener los procesos progresistas y los avances económicamente integradores en América Latina.
García compartió sus opiniones y visiones sobre diversas temáticas y problemas que aquejan a la región, durante el cierre del ciclo La Patria Grande, organizado por el Centro Cultural de la Cooperación de Buenos Aires.
“Es muy peligrosa esa alianza en términos políticos y económicos, es una alianza belicista, por lo que hay que estar atentos al presupuesto militar que se está moviendo en esa alianza”, advirtió.
Ese no es solamente -remarcó- un esquema comercial; es político y de potenciación militar.
“¿Contra quiénes? Pues contra nosotros, contra Argentina, contra Bolivia, contra Brasil, contra Nicaragua, contra Venezuela, contra Ecuador, contra los pueblos”, afirmó.
García se refirió al proyecto que bajo el concepto de libre comercio, Washington impulsa con el apoyo de varios gobiernos, en especial de corte conservador y neoliberal, en el que participan México, Chile, Colombia y Perú, y se esfuerza por involucrar a otros.
Esa es la fórmula que Estados Unidos promociona ahora después que perdió el esquema de dominio colonial que representaba la Alianza de Libre Comercio para las Américas (ALCA), derrotada por la voluntad de los pueblos progresistas latinoamericanos, observó.
Es una contraofensiva de la Casa Blanca -señaló- para contrarrestar y tratar de desarticular los progresos integradores articulados en el continente como la Unión Suramericana de Naciones, la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, el fortalecimiento de Mercosur y la creciente estabilidad de los gobiernos progresistas.
Con ello, dijo, Washington pretende evitar que el continente explore sus propias iniciativas, que “ya no vienen de arriba, ni de afuera para decirnos qué tenemos que hacer. Y esto ha permitido en cierto sentido, una década sensacional para América Latina”, acotó.
En opinión de García frente a esta autonomía Estados Unidos tenía que generar evidentemente una contrarrevolución. La punta de lanza de esa reacción es la Alianza para el Pacífico, no hay lugar dudas, apostilló.
García califico de vergüenza continental la perspectiva de que un país latinoamericano se integre a la OTAN invasora, y en particular se refirió como esa idea flotó en la Argentina de los años 90 durante el gobierno de Carlos Menem, y ahora la manifiestan en Colombia.
“Qué tenemos que ver nosotros con la OTAN. Qué tiene que ver esa linda Colombia de trabajadores, de gente buena, de jóvenes con la OTAN que está invadiendo Libia, que invadió Yugoslavia, que está en carrera de invasión hacia Siria”, cuestionó el vicepresidente.
Sugirió que son los pueblos, dentro del marco del respeto y la democracia, los que deben luchar por detener esa peligrosa alianza, “y en esto debemos entonces estar todos expectantes”, puntualizó.
“Es muy peligrosa esa alianza en términos políticos y económicos, es una alianza belicista, por lo que hay que estar atentos al presupuesto militar que se está moviendo en esa alianza”, advirtió.
Ese no es solamente -remarcó- un esquema comercial; es político y de potenciación militar.
“¿Contra quiénes? Pues contra nosotros, contra Argentina, contra Bolivia, contra Brasil, contra Nicaragua, contra Venezuela, contra Ecuador, contra los pueblos”, afirmó.
García se refirió al proyecto que bajo el concepto de libre comercio, Washington impulsa con el apoyo de varios gobiernos, en especial de corte conservador y neoliberal, en el que participan México, Chile, Colombia y Perú, y se esfuerza por involucrar a otros.
Esa es la fórmula que Estados Unidos promociona ahora después que perdió el esquema de dominio colonial que representaba la Alianza de Libre Comercio para las Américas (ALCA), derrotada por la voluntad de los pueblos progresistas latinoamericanos, observó.
Es una contraofensiva de la Casa Blanca -señaló- para contrarrestar y tratar de desarticular los progresos integradores articulados en el continente como la Unión Suramericana de Naciones, la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, el fortalecimiento de Mercosur y la creciente estabilidad de los gobiernos progresistas.
Con ello, dijo, Washington pretende evitar que el continente explore sus propias iniciativas, que “ya no vienen de arriba, ni de afuera para decirnos qué tenemos que hacer. Y esto ha permitido en cierto sentido, una década sensacional para América Latina”, acotó.
En opinión de García frente a esta autonomía Estados Unidos tenía que generar evidentemente una contrarrevolución. La punta de lanza de esa reacción es la Alianza para el Pacífico, no hay lugar dudas, apostilló.
García califico de vergüenza continental la perspectiva de que un país latinoamericano se integre a la OTAN invasora, y en particular se refirió como esa idea flotó en la Argentina de los años 90 durante el gobierno de Carlos Menem, y ahora la manifiestan en Colombia.
“Qué tenemos que ver nosotros con la OTAN. Qué tiene que ver esa linda Colombia de trabajadores, de gente buena, de jóvenes con la OTAN que está invadiendo Libia, que invadió Yugoslavia, que está en carrera de invasión hacia Siria”, cuestionó el vicepresidente.
Sugirió que son los pueblos, dentro del marco del respeto y la democracia, los que deben luchar por detener esa peligrosa alianza, “y en esto debemos entonces estar todos expectantes”, puntualizó.