Pablo Gonzalez

La frustración del escritor”disidente”



Se narra en las memorias adjudicadas a Nikita Jruschov que Stalin acostumbraba a invitar a sus colaboradores más cercanos en su casa de campo a cenas en la que abundaba el vodka, el pescado salado y donde casi siempre el mandatario lo instigaba a bailar la típica danza rusa sobre las piernas flexionadas, lo que hacia torpemente para deleite del anfitrión y de los presentes.

Posiblemente esta anécdota la tuviera presente Nikita Jrushov, años después cuando al frente del Estado Soviético en 1956, llegó al convencimiento y a la valiente decisión de denunciar las¨graves violaciones de la legalidad y las desviaciones del culto a la personalidad cometidas por Stalin¨, - durante el XX Congreso del Partido Comunista de la URSS de ese año y que fueron recogidas en un informe secreto, a la reunión que lo fue por pocos meses, hasta que según versiones, la inteligencia israelí lo obtuvo e hizo público.

Ese histórico congreso cambió la vida de miles de ciudadanos soviéticos que fueron encarcelados y sufrieron represiones por muchos años y a quienes se les rehabilitó. Uno de ellos el escritor, matemático e historiador Alexander Solzhenitsyn, quien cumplió ocho años de prisión, sobresaldría por iniciar una parábola en la vida intelectual y política del país, caracterizada por una mirada crítica al pasado estimulada oficialmente,- y que fueron temas de varios de sus libros en las que abordó las atrocidades de los centros de reclusión en los que estuvo. Pero sus ideas iban mucho más allá de los marcos de la crítica a Stalin.
 
Los máximos culpables el Zar y Hitler

Era partidario de demoler el socialismo hasta los cimientos, asumió un nacionalismo ruso extremo y consideró al zar Nicolás II el primer culpable de la desgracia de Rusia ya que según él, fue incapaz de aniquilar a los bolcheviques oportunamente e impedir llegaran al poder mediante la Revolución de 1917. Acusó a Lenin de genocidio junto con Stalin y de usar cámaras de gas para asesinar a prisioneros.

Solzhenitsyn combatió como capitán de artilleria durante la II Guerra Mundial, tomó parte en varias batallas y por enviar unas cartas criticando a Stalin fue condenado a 8 años de prisión en 1945 cuando todavía era militar.

La experiencia que adquirió en los campos de batalla y en la prisión le hizo encontrar a otro gran culpable además del Zar de la conservación del comunismo en su patria en la figura de Hitler, quien al margen de ideologías, anunció que Alemania se anexaría a Rusia y sus habitantes serían eliminados y los supervivientes servirían como esclavos del nuevo imperio. 
 
 En la guerra cumplió con parte de su programa y tenía la idea de destruir Moscú y convertirlo en un lago y desaparecer para siempre la nacionalidad rusa.

No obstante estos antecedentes históricos en 1990 el escritor ruso, escribió al referirse a la invasión alemana en su obra ¨El problema ruso a finales del siglo XX¨, que la gente se entregaban voluntariamente a los soldados alemanes y agregó (…)
 
 ¨En los primeros meses de la guerra, el poder soviético podría haber sucumbido fácilmente y habernos dejado libres de no haber sido por el empecinamiento y soberbia raciales de Hitler, que hicieron ver claro a nuestras sufridas gentes que el pueblo no podía esperar nada bueno de la invasión alemana. 
 
Esta era la única fuerza de Stalin¨.

Además rindió homenajes a los soviéticos que pelearon al lado de los alemanes y considero que ocuparan ¨una página insigne de valentía en la historia de Rusia¨.

Publicó su primera novela autobiográfica en 1962 de gran éxito editorial en la URSS y en el extranjero “Un día de Ivan Desinovich” en la que narra la vida en un campo de reclusos en la etapa de Stalin. 
 
Tema que fue recurrente en su otro libro¨EL archipiélago e Gulap¨, pero más ampliado y basado en testimonios de cientos de ex reclusos, según explicó.

Cuando todavía residía en la URSS, separado de todas las instituciones culturales oficiales y vigilado por los servicios secretos, pero promovido por la prensa occidental y sus órganos de información como el principal pivote de todo el movimiento intelectual disidente en ese país y en el entonces campo socialista,- le fue entregado el Premio Nobel de Literatura 1970.

Las autoridades le retiraron su nacionalidad soviética en 1974 y lo expulsaron a Suiza. 
 
Posteriormente se traslado a los EEUU donde siguió escribiendo hasta completar alrededor de alrededor de 20 libros y cientos de artículos. 
 
Regresó a su patria tras la caída del socialismo en 1994.

La mano extendida de Boris Yelsin

Pero para el entonces Presidente Ruso Boris Yelsin que esperaba recibirlo en el Kremlin con toda pompa, le aguardaba una gran sorpresa.
 
 Lo dejo con la mano extendida y al llegar el escritor sentenció en “En Rusia no hay democracia” y se dedicó a viajar por todo el país para divulgar sus puntos de vista

Inició una campaña para denunciar el estado de corrupción de los nuevos ricos y oligarcas rusos y su vinculación con el gobierno. 
 
En sus artículos y conferencias acusó a los dirigentes rusos de desarmarse unilateralmente frente a los EEUU dejar de atender el nivel de vida de los militares y llevar a la miseria a la mayoría del pueblo ruso.

También atacó los cambios en la sociedad y dijo (…)
 
”Pero si alguien me pregunta si yo pondría a occidente tal como es el día de hoy como ejemplo para mi país, francamente tendré que responder: no.
 
 Yo no puedo recomendar esta sociedad en su presente estado como ideal para la transformación del nuestro”.

Y agregó en otra ocasión “No tengo ninguna esperanza en Occidente, y ningún ruso debería tenerla.
 
 La excesiva comodidad y prosperidad han debilitado su voluntad y su razón”.
 
Proclamaba que Occidente carecía de recursos morales y espirituales para resistirse a su propia decadencia.”
 
A pesar de estas declaraciones Solzhenitsyn hasta el final de sus días mantuvo contactos con el gobierno de Estados Unidos.

En un cable desclasificado por Wikileaks de 4 de abril del 2008, que refleja una entrevista del intelectual con el embajador estadounidense en Moscú William J. Burns, se expresa:
 
 “Como hizo en una entrevista concedida a Der Spiegel en el 2007, Solzhenitsyn contrastó de manera positiva los ocho años de gobierno de Putin con los de Gorbachov y Yeltsin, de los que dijo que habían”añadido al daño hecho al estado ruso por setenta años de mandato comunista.”

En otra parte del informe se explica que el escritor se opuso a los planes de Ucrania de acercarse a la OTAN, estimulados por los norteamericanos y expresó su preocupación sobre la pobreza y la creciente desigualdad entre los ricos y los pobres en Rusia.

Por supuesto Solzhenitsyn no había cambiado para nada sus profundas convicciones anti comunistas.
 
 Fue un analista objetivo y testigo del desastre que siguió a la caída del socialismo en la URSS, para lo cual luchó toda su vida, solo que llegado el momento sus sueños no se correspondieron con la dura realidad y tuvo la honestidad de denunciar los nuevos males que se entronizaban en su patria. 
 
El escritor murió el 4 de agosto de 2008 en Moscú, a causa de un ataque cardíaco a los 89 años de edad y le fueron rendidos altos honores por el estado ruso.


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