EFE - El Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) identificó los restos del diplomático cubano Jesús Cejas Arias, desaparecido durante la última dictadura militar (1976-1983), que estaban ocultos en un tambor metálico con cemento, informaron el jueves fuentes judiciales a la agencia oficial Télam.
El hallazgo de los restos de Cejas Arias ocurrió hace un mes en la localidad de Virreyes, en el partido de San Fernando, a 28 kilómetros de Buenos Aires, una zona donde se realizan excavaciones en busca de víctimas de aquel periodo de la historia argentina.
Cejas Arias fue secuestrado el 9 de agosto de 1976 en el barrio porteño de Belgrano, junto con su compatriota Crescencio Galañena Hernández.
Ambos fueron mantenidos en cautiverio ilegal y sometidos a apremios ilegales en el centro clandestino de detención y tortura “Automotores Orletti”, instalado por la Secretaría de Inteligencia de Estado (SIDE) como sede del denominado “Plan Cóndor” y que fuera comandado por Aníbal Gordon y otros miembros de la Triple A.
Los restos de Galañena Hernández fueron encontrados en junio de 2012 en el mismo lugar en el que se encontró el de Cejas Arias.
Junto a Galañena Hernández se encontraron los cadáveres de los argentinos María Rosa Clementi de Cancere, empleada de la Embajada de Cuba, y Ricardo Manuel González, también secuestrados durante el mes de agosto de 1976 y hasta ese momento desaparecidos.
Según las fuentes judiciales consultadas por Télam, “en todos los casos los restos se hallaron en tambores de doscientos litros de capacidad rellenados con cemento, la que constituyó una práctica sistemática y exclusiva de los represores que actuaron en Orletti para el ocultamiento de las víctimas asesinadas”.
En la búsqueda e identificación de los retos de Cejas Arias ha participado también la embajada de Cuba en Argentina y han llegado a Buenos Aires autoridades de ese país para realizar los trámites necesarios para devolver el cadáver del diplomático a su familia en la isla.
Los trabajos se han realizado en el marco de la “megacausa” que juzga los delitos de lesa humanidad cometidos en la órbita del Primer Cuerpo de Ejército argentino, reabierta tras la derogación y declaración de “nulidad insalvable” de las leyes de Obediencia Debida y Punto Final.
El hallazgo de los restos de Cejas Arias ocurrió hace un mes en la localidad de Virreyes, en el partido de San Fernando, a 28 kilómetros de Buenos Aires, una zona donde se realizan excavaciones en busca de víctimas de aquel periodo de la historia argentina.
Cejas Arias fue secuestrado el 9 de agosto de 1976 en el barrio porteño de Belgrano, junto con su compatriota Crescencio Galañena Hernández.
Ambos fueron mantenidos en cautiverio ilegal y sometidos a apremios ilegales en el centro clandestino de detención y tortura “Automotores Orletti”, instalado por la Secretaría de Inteligencia de Estado (SIDE) como sede del denominado “Plan Cóndor” y que fuera comandado por Aníbal Gordon y otros miembros de la Triple A.
Los restos de Galañena Hernández fueron encontrados en junio de 2012 en el mismo lugar en el que se encontró el de Cejas Arias.
Junto a Galañena Hernández se encontraron los cadáveres de los argentinos María Rosa Clementi de Cancere, empleada de la Embajada de Cuba, y Ricardo Manuel González, también secuestrados durante el mes de agosto de 1976 y hasta ese momento desaparecidos.
Según las fuentes judiciales consultadas por Télam, “en todos los casos los restos se hallaron en tambores de doscientos litros de capacidad rellenados con cemento, la que constituyó una práctica sistemática y exclusiva de los represores que actuaron en Orletti para el ocultamiento de las víctimas asesinadas”.
En la búsqueda e identificación de los retos de Cejas Arias ha participado también la embajada de Cuba en Argentina y han llegado a Buenos Aires autoridades de ese país para realizar los trámites necesarios para devolver el cadáver del diplomático a su familia en la isla.
Los trabajos se han realizado en el marco de la “megacausa” que juzga los delitos de lesa humanidad cometidos en la órbita del Primer Cuerpo de Ejército argentino, reabierta tras la derogación y declaración de “nulidad insalvable” de las leyes de Obediencia Debida y Punto Final.