Diez mujeres de la etnia itxil han testificado en el juicio contra el exdictador guatemalteco Ríos Montt, procesado en la actualidad por genocidio.
Las mujeres narran los abusos sexuales y torturas que sufrieron durante la dictadura entre 1982 y 1983.
Con los rostros cubiertos con mantos, diez mujeres de la etnia maya ixil testificaron el martes 2 de abril ante una corte de Guatemala los horribles abusos sexuales y torturas que sufrieron a manos de soldados durante el régimen (1982-83) del exdictador Efraín Ríos Montt procesado actualmente por genocidio.
Los municipios de Chajul, Cotzal y Nebaj forman parte del llamado triángulo ixil, en el departamento de Quiché, donde viven personas de esta etnia que es descendiente de los mayas.
A pesar de que el juicio es por genocidio, los testimonios de violación sexual tienen cabida en el proceso porque uno de los elementos “subyacentes” es que, con la intención de destruir al grupo se cometen lesiones físicas y psicológicas, explicó el fiscal Orlando López.
Los abogados de Ríos Montt no se pronunciaron durante la presentación de las mujeres indígenas y se limitaron a hacer algunas preguntas coyunturales sobre los hechos.
Fuera de la sala de audiencias de la Corte Suprema de Justicia, en el centro de la capital, un grupo de mujeres realizó una manifestación en solidaridad con las indígenas.
“Su verdad es nuestra verdad”, “La violación sexual es genocidio”, señalaban unas pancartas colocadas por grupos defensores de los derechos humanos.
Ríos Montt y el exoficial de inteligencia militar José Rodríguez son juzgados por la masacre de 1.771 indígenas mayas ixiles, ocurrida entre 1982 y 1983, en lo más cruento de la guerra que vivió Guatemala durante 36 años (1960-1996) y que dejó 200.000 muertos o desaparecidos, según la ONU.
Los testimonios
Una indígena del municipio de Chajul, cuya identidad se reserva al igual que la del resto de testigos a solicitud de la jueza Jamín Barrios, narró cómo los militares la llevaron a un campo y abusaron sexualmente de ella repetidas veces, tras lo cual quemaron su vivienda, ocasionando la muerte a su pequeño hijo de 30 días.
Otra testigo, quen fue abusada por unos 30 soldados junto a una de sus hijas de 12 años, relató en la octava jornada del juicio:
Con los rostros cubiertos con mantos, diez mujeres de la etnia maya ixil testificaron el martes 2 de abril ante una corte de Guatemala los horribles abusos sexuales y torturas que sufrieron a manos de soldados durante el régimen (1982-83) del exdictador Efraín Ríos Montt procesado actualmente por genocidio.
Los municipios de Chajul, Cotzal y Nebaj forman parte del llamado triángulo ixil, en el departamento de Quiché, donde viven personas de esta etnia que es descendiente de los mayas.
A pesar de que el juicio es por genocidio, los testimonios de violación sexual tienen cabida en el proceso porque uno de los elementos “subyacentes” es que, con la intención de destruir al grupo se cometen lesiones físicas y psicológicas, explicó el fiscal Orlando López.
Los abogados de Ríos Montt no se pronunciaron durante la presentación de las mujeres indígenas y se limitaron a hacer algunas preguntas coyunturales sobre los hechos.
Fuera de la sala de audiencias de la Corte Suprema de Justicia, en el centro de la capital, un grupo de mujeres realizó una manifestación en solidaridad con las indígenas.
“Su verdad es nuestra verdad”, “La violación sexual es genocidio”, señalaban unas pancartas colocadas por grupos defensores de los derechos humanos.
Ríos Montt y el exoficial de inteligencia militar José Rodríguez son juzgados por la masacre de 1.771 indígenas mayas ixiles, ocurrida entre 1982 y 1983, en lo más cruento de la guerra que vivió Guatemala durante 36 años (1960-1996) y que dejó 200.000 muertos o desaparecidos, según la ONU.
Los testimonios
Una indígena del municipio de Chajul, cuya identidad se reserva al igual que la del resto de testigos a solicitud de la jueza Jamín Barrios, narró cómo los militares la llevaron a un campo y abusaron sexualmente de ella repetidas veces, tras lo cual quemaron su vivienda, ocasionando la muerte a su pequeño hijo de 30 días.
Otra testigo, quen fue abusada por unos 30 soldados junto a una de sus hijas de 12 años, relató en la octava jornada del juicio:
“Ellos (los soldados) me violaron y yo estaba embarazada de seis meses.
A los 15 días ocurrió el parto pero mi hijo ya estaba muerto cuando nació”.
Los soldados “me taparon la boca, quería gritar pero no podía y ellos me decían cállese, porque esto está bien”, relató ante los jueces una tercera mujer que fue víctima de violación sexual durante tres días en una base militar del municipio de Nebaj.
Con la voz entrecortada y con ayuda de un intérprete, la testigo también explicó que los soldados cometieron abusos sexuales contra su madre que le decía “que no llorara ni gritara, porque sino las iban a matar”.
Otra mujer, que no recuerda su edad, testificó que fue violada por 10 días en un destacamento militar en el municipio de Cotzal, donde fue llevada “contra su voluntad”, después de que los soldados matasen a su esposo.Los soldados “que me estaban cuidando se aprovecharon de mí (…).
Los soldados “me taparon la boca, quería gritar pero no podía y ellos me decían cállese, porque esto está bien”, relató ante los jueces una tercera mujer que fue víctima de violación sexual durante tres días en una base militar del municipio de Nebaj.
Con la voz entrecortada y con ayuda de un intérprete, la testigo también explicó que los soldados cometieron abusos sexuales contra su madre que le decía “que no llorara ni gritara, porque sino las iban a matar”.
Otra mujer, que no recuerda su edad, testificó que fue violada por 10 días en un destacamento militar en el municipio de Cotzal, donde fue llevada “contra su voluntad”, después de que los soldados matasen a su esposo.Los soldados “que me estaban cuidando se aprovecharon de mí (…).
Sufrí bastante, sólo quiero que me ayuden”, suplicó la testigo al tribunal.
En otro relato y sin ayuda de traductor, una mujer de 58 años recordó que en 1982 soldados del ejército reunieron a varias mujeres en la iglesia católica de Cotzal.
En otro relato y sin ayuda de traductor, una mujer de 58 años recordó que en 1982 soldados del ejército reunieron a varias mujeres en la iglesia católica de Cotzal.
“Son varios hombres los que nos violaron”, mencionó, al recordar que también fueron golpeadas y amenazadas de muerte.
”A mi mamá también la quisieron violar en el salón parroquial. Llevaron a mi mamá como si fuera un ‘chucho’ (perro) muerto, y la amarraron”, agregó.
Después fueron llevadas a un cuartel militar donde continuaron los abusos.
Uno de los soldados le indicó que estaba en ese lugarr “porque el presidente Ríos Montt dijo que se fuesen a la basura todos los del área ixil, porque ustedes están colaborando con la guerrilla”.
FUENTE: Agencias de noticias, Internet
Descargar edicion impresa digitalizada Diario de los Andes
http://palabrademujer.wordpress.com/2013/04/07/las-indigenas-guatemaltecas-violadas-entre-1982-1983-narran-los-horrores-sufridos-durante-la-dictadura/
Uno de los soldados le indicó que estaba en ese lugarr “porque el presidente Ríos Montt dijo que se fuesen a la basura todos los del área ixil, porque ustedes están colaborando con la guerrilla”.
FUENTE: Agencias de noticias, Internet
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http://palabrademujer.wordpress.com/2013/04/07/las-indigenas-guatemaltecas-violadas-entre-1982-1983-narran-los-horrores-sufridos-durante-la-dictadura/