Pablo Gonzalez

¿La CIA pudo haber envenenado a Hugo Chávez y a otros dirigentes latinoamericanos?

Si algo hemos aprendido de las teorías de conspiración es que aunque parezcan descabelladas aún persiste un pequeño resabio de verdad que siembra dudas durante décadas en la cultura popular: es el caso de la reciente muerte del presidente de Venezuela, Hugo Chávez, quien en diciembre pasado sembró la semilla de la duda al sugerir que la CIA podría estar inoculando cáncer en distintos líderes de estado latinoamericanos. 
 
Chávez declaró lo siguiente cuando Cristina Kirchner, presidenta de Argentina, fue diagnosticada con lo que en su momento se creyó cáncer:

“¿Sería extraño que hubieran desarrollado una extraña tecnología para inducir el cáncer y nadie lo sepa?
 
 ¿Y se descubra dentro de 50 años? 
 
No lo sé.
 
 Sólo dejo la reflexión. 
 
Pero esto es muy, muy extraño, que nos haya dado cáncer a [Fernando] Lugo en Paraguay, a Dilma Rousseff [presidenta de Brasil] cuando era candidata, después vengo yo y, pum, entrando en año electoral. 
 
A los pocos días, Lula [da Silva, entonces presidente de Brasil] y ahora Cristina [Kirchner]. 
 
Bueno, es un poco difícil de explicarlo.”

Pero aunque no exista evidencia concreta de que la teoría de Chávez fuera cierta, un experto en los métodos de la CIA lo desmiente de un plumazo, pues a decir de Kel McClanahan, inocular cáncer “simplemente no sería efectivo.”
 
 El abogado especializado en asuntos de seguridad nacional agrega que “aunque algunos tipos de cáncer pueden ser inducidos intencionalmente, toman años en matarte.
 
 Si una agencia de inteligencia te quiere muerto, te quiere muerto ya, para que dejes de hacer lo que sea que estés haciendo para que tengan la necesidad de matarte.”

Sin embargo, hay que recordar que estamos hablando de la mayor agencia de inteligencia del mundo, y que la eficacia de sus métodos —desarrollados a través de años de prueba y error en todos los países del mundo— podrían ser más descabellados y efectivos de lo que podríamos saber; inteligencia, por otra parte, es una forma de creatividad, así que dando un repaso por los métodos más creativos para asesinar líderes de Estado en el pasado, podríamos abrir cierta brecha por donde la teoría de Chávez encontraría un nicho.

Los ridículos atentados para matar a Fidel Castro

En el 2007 la CIA liberó cientos de documentos que datan de la era de la Guerra Fría, entre los que destacaban los numerosos intentos (fallidos, evidentemente) para deshacerse del ex presidente cubano Fidel Castro.
 
 Tales atentados incluían habanos explosivos, pañuelos cargados de letales bacterias y un wetsuit envenenado (lo cuál hubiera emulado la mítica muerte de Heracles, envenenado por la túnica impregnada con la sangre del centauro Neso).
 
 El gobierno cubano de hecho se ofendió más cuando el videojuego Call of Duty: Black Ops permitía al jugador asesinar a un líder muy similar a Castro que por estos atentados fallidos.

La conspiración para envenenar al líder congolés Patrice Lumumba

En 2011 se dio a conocer un memo sumamente breve de la CIA en el cual se hacía alusión a un “proyecto que involucra el asesinato de Patrice Lumumba, entonces premier de la República del Congo. Según [nombre borrado], el veneno habría sido el vehículo.”
 
 Una comisión belga atribuyó después la muerte de Lumumba en 1961 a rivales locales que lo mantuvieron en cautiverio.

La misteriosa muerte de Rafael Trujillo, de República Dominicana

En un giro que el propio Mario Vargas Llosa sería incapaz de prever en su novela respecto al militar dominicano, La fiesta del chivo, el entonces presidente de República Dominicana, Rafael Trujillo, también habría sido blanco de una conspiración de la CIA.
 
 Según una minuta del National Security Archive, una reunión con un antiguo director de la CIA, William Colby, reveló que los servicios de inteligencia estadunidense “planearon el asesinato de algunos líderes extranjeros, incluyendo [Rafael] Trujillo.
 
” El brutal líder militar en efecto fue asesinado el 30 de mayo de 1961 (el mismo año que Lumumba, curiosamente), aunque según la mencionada minuta, la CIA “no tuvo un ‘rol activo’, aunque tuvo una ‘débil conexión’ con los grupos que de hecho lo hicieron.”

Tal vez no sea necesario imaginar teorías de conspiración: la calidad del aire que respiramos, la amenaza de los alimentos genéticamente modificados y los distintos ingredientes cancerígenos con que se elaboran productos de uso diario serían más efectivos para matar a cualquiera de cáncer. 
 
Con todo, si la mayor agencia de inteligencia en el mundo te quiere muerto, probablemente lo haga con una eficacia tal que todo parezca un accidente.

[Foreign Policy]

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