Los choques se produjeron en Cisjordania durante el funeral de Arafat Jaradat, quien fue detenido por tirar piedras a las fuerzas de ocupación y murió torturado.
Al menos siete manifestantes palestinos resultaron heridos este lunes en Cisjordania en enfrentamientos con fuerzas israelíes tras multitudinarios funerales por Arafat Jaradat, un joven fallecido el sábado pasado en una cárcel de Israel en circunstancias que son motivo de disputa.
En medio de la violencia desatada por Jaradat, que según las autoridades palestinas murió por torturas y según las israelíes por un ataque cardíaco, el presidente palestino Mahmud Abbas acusó a Israel de querer “crear el caos en los Territorios”, pero subrayó que los palestinos lo saben y lo van a impedir.
Tres de los heridos se registraron cerca de la prisión de Ofer, al sur de Ramallah, donde jóvenes palestinos arrojaron piedras a miembros de la policía israelí de fronteras.
La agencia de noticias oficial palestina Wafa informó de que dos de ellos sufrieron impactos de bala y un tercero, también hospitalizado, el impacto en la cabeza de un cartucho de gas lacrimógeno.
Unos 25.000 palestinos, entre ellos milicianos de las Brigadas de los Mártires de Al Aqsa, brazo armado del gobernante movimiento Al Fatah, participaron del funeral y el entierro de Jaradat en su local natal, Sair, a las afueras de Hebrón, informó Radio Israel.
Los milicianos realizaron disparos al aire durante la ceremonia, que culminó con fuertes enfrentamientos entre la policía y manifestantes.
La madre de Jaradat y su esposa, embarazada, se desmayaron durante el funeral, informó la agencia de noticias palestina Maan.
La muerte de Jaradat, que según Israel fue producto de un ataque al corazón, ya provocó disturbios durante el fin de semana en Cisjordania, y las fuerzas israelíes están en estado de alerta ante la escalada de violencia.
También se inició una huelga de hambre de cerca de 4.500 presos palestinos en cárceles de todo Israel.
“Los reclusos han rechazado ingerir las tres comidas correspondientes a la jornada como parte de una protesta solidaria por lo que sucedió”, confirmó un funcionario de prisiones israelí.
Israel impuso este lunes restricciones al movimiento en toda la zona de Hebrón, y las fuerzas policiales y militares emplearon gases lacrimógenos y otros medios antidisturbios contra palestinos de los campamentos de refugiados de Al Arrub y Beit Einun, ubicados en cercanías.
Torturas extremas
Jaradat, de 30 años, fue detenido la semana pasada por lanzar piedras contra vehículos israelíes en Cisjordania y murió en la prisión de Megiddo por un ataque al corazón, según la versión israelí.
La Autoridad Nacional Palestina asegura, no obstante, que murió por “tortura extrema” basándose en los primeros datos de la autopsia, realizada en Israel, aunque con testigos palestinos.
El ministro para los Asuntos Penitenciarios de la Autoridad Palestina, Issa Qaraqe, aseguró este domingo que durante la autopsia se encontraron seis huesos rotos en el cuerpo de Jaradat: en su cuello, en su columna, en sus brazos y en sus piernas.
Del mismo modo, durante el examen del cadáver se descubrieron heridas en el interior de su labio inferior, contusiones en el rostro, dos costillas rotas y sangre en la nariz.
Todo ello indica que el joven fue víctima de torturas mientras se encontraba bajo custodia israelí.
Fuentes del Instituto Forense Abu Kabir de Tel Aviv, donde se realizó la autopsia, informaron a los medios israelíes que no se detectaron “heridas externas” más allá de las que podrían haber provocado las maniobras de reanimación y un pequeño hematoma en la parte derecha de su pecho.
“Se han detectado dos costillas rotas, lo que podría ser consecuencia de los intentos de reanimación. Estos resultados preliminares no pueden determinar la causa de la muerte”, a falta de los análisis microscópicos y toxicológicos, señala el instituto.
Al menos siete manifestantes palestinos resultaron heridos este lunes en Cisjordania en enfrentamientos con fuerzas israelíes tras multitudinarios funerales por Arafat Jaradat, un joven fallecido el sábado pasado en una cárcel de Israel en circunstancias que son motivo de disputa.
En medio de la violencia desatada por Jaradat, que según las autoridades palestinas murió por torturas y según las israelíes por un ataque cardíaco, el presidente palestino Mahmud Abbas acusó a Israel de querer “crear el caos en los Territorios”, pero subrayó que los palestinos lo saben y lo van a impedir.
Tres de los heridos se registraron cerca de la prisión de Ofer, al sur de Ramallah, donde jóvenes palestinos arrojaron piedras a miembros de la policía israelí de fronteras.
La agencia de noticias oficial palestina Wafa informó de que dos de ellos sufrieron impactos de bala y un tercero, también hospitalizado, el impacto en la cabeza de un cartucho de gas lacrimógeno.
Unos 25.000 palestinos, entre ellos milicianos de las Brigadas de los Mártires de Al Aqsa, brazo armado del gobernante movimiento Al Fatah, participaron del funeral y el entierro de Jaradat en su local natal, Sair, a las afueras de Hebrón, informó Radio Israel.
Los milicianos realizaron disparos al aire durante la ceremonia, que culminó con fuertes enfrentamientos entre la policía y manifestantes.
La madre de Jaradat y su esposa, embarazada, se desmayaron durante el funeral, informó la agencia de noticias palestina Maan.
La muerte de Jaradat, que según Israel fue producto de un ataque al corazón, ya provocó disturbios durante el fin de semana en Cisjordania, y las fuerzas israelíes están en estado de alerta ante la escalada de violencia.
También se inició una huelga de hambre de cerca de 4.500 presos palestinos en cárceles de todo Israel.
“Los reclusos han rechazado ingerir las tres comidas correspondientes a la jornada como parte de una protesta solidaria por lo que sucedió”, confirmó un funcionario de prisiones israelí.
Israel impuso este lunes restricciones al movimiento en toda la zona de Hebrón, y las fuerzas policiales y militares emplearon gases lacrimógenos y otros medios antidisturbios contra palestinos de los campamentos de refugiados de Al Arrub y Beit Einun, ubicados en cercanías.
Torturas extremas
Jaradat, de 30 años, fue detenido la semana pasada por lanzar piedras contra vehículos israelíes en Cisjordania y murió en la prisión de Megiddo por un ataque al corazón, según la versión israelí.
La Autoridad Nacional Palestina asegura, no obstante, que murió por “tortura extrema” basándose en los primeros datos de la autopsia, realizada en Israel, aunque con testigos palestinos.
El ministro para los Asuntos Penitenciarios de la Autoridad Palestina, Issa Qaraqe, aseguró este domingo que durante la autopsia se encontraron seis huesos rotos en el cuerpo de Jaradat: en su cuello, en su columna, en sus brazos y en sus piernas.
Del mismo modo, durante el examen del cadáver se descubrieron heridas en el interior de su labio inferior, contusiones en el rostro, dos costillas rotas y sangre en la nariz.
Todo ello indica que el joven fue víctima de torturas mientras se encontraba bajo custodia israelí.
Fuentes del Instituto Forense Abu Kabir de Tel Aviv, donde se realizó la autopsia, informaron a los medios israelíes que no se detectaron “heridas externas” más allá de las que podrían haber provocado las maniobras de reanimación y un pequeño hematoma en la parte derecha de su pecho.
“Se han detectado dos costillas rotas, lo que podría ser consecuencia de los intentos de reanimación. Estos resultados preliminares no pueden determinar la causa de la muerte”, a falta de los análisis microscópicos y toxicológicos, señala el instituto.
Telam