Pablo Gonzalez

Jesuítas pagan $ 166,1 millones a cientos de indígenas americanos y nativos de Alaska que sufrieron abusos

Oregon, Canadá. A los lugares más extremos de la tierra, allí llevaron su maldad los curas pederastas.
 
Buscando gente indefensa para poder someterla, pisotear sus derechos y abusar sexualmente de sus niños. 
 
Ignorar sus costumbres y creencias y obligarlas a acatar las suyas.

La Iglesia católica fue la que hizo todo esto, cometiendo toda clase de barbaridades, destruyendo pueblos enteros de comunidades indígenas desde sus raíces más profundas hasta sus tradiciones más inofensivas. 
 
Llevan por los años tal peso de culpa que solo su total destrucción cesará sus abusos y desaparecerá sus mentiras de cuanto lugar tuvo la desgracia de padecer y soportar por siglos su malévola presencia.

Trae la noticia el informe de la reportera Donna Gordon de la Associated Press. 
 
Da cuenta de que por uno de los más grandes casos de escándalo de abuso sexual habidos en la Iglesia católica, una orden de sacerdotes aceptó pagar la suma de 166.1 millones de dólares a cientos de indios americanos y nativos de Alaska que fueron víctimas de abusos en escuelas de la orden en toda la franja noroeste del Pacífico.

Continúa la nota señalando que suman más de 450 las víctimas en la provincia de Oregon. 
 
La orden aludida es la de la Compañía de Jesús, es decir, la que agrupa a los jesuitas.
 
 Ella dio sus disculpas por escrito a las víctimas, así como los documentos con el historial de su asentamiento en la provincia incluyendo el historial médico de cada una de ellas. 
 
"Muchos de los abusos ocurrió en aldeas remotas y en las reservaciones.
 
 La orden fue acusada de utilizar esas áreas como basureros de los sacerdotes",añade el informe.

Una testigo, Clarita Vargas, de la tribu de Colville, dio su versión en una conferencia de prensa de como sus dos hermanos y su cuñada fueron abusados.

Los curas de las órdenes religiosas o diocesanos son todos iguales, hombres perversos, degenerados del mismo costal.
 
 Como está escrito de ellos, sin afecto natural. 
 
Raza de víboras como ya fueron calificados, cuyo dios es el vientre.
 
 La destrucción de estas personas y de todo el sistema religioso está, como se dice, a la vuelta de la esquina. 
 
El mundo será testigo de su inminente y pronta destrucción. Veremos al papado caer. 
 
Lo dice… ¡Jesucristo Hombre!

Fuente: http://copsandcourts.com/?p=2692

Editorial Para Protegeatushijos.org

lima-peru@protegeatushijos.org

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