Nicaragua: “Oenegé” de Javier Meléndez Quiñónez facturó C$88 millones anuales

El bloqueo de Cuba: crimen y fracaso

Este es el rostro de “El origen del mundo”, la polémica pintura de Gustave Courbet


El célebre y polémico óleo de Gustave Courbet, “L’Origine du monde”, “El origen del mundo”, ya tiene rostro, según la investigación realizada por expertos en su obra.

L’Origine du monde es un óleo pintado en 1866 por Gustave Courbet, una obra oscilante entre el erotismo y la crudeza, la exhibición desnuda ―literal y figurativamente― de un símbolo que al mismo tiempo es totalmente real, un binomio paradójico y por momentos incluso contradictorio que quizá explica por qué uno de sus poseedores fue el psicoanalista Jacques Lacan, teórico de la triada real-simbólico-imaginario que bien podría explicarse teniendo a la vista El origen del mundo ―de nuevo, literal y figurativamente. 
 
El origen del mundo

Recientemente, un grupo de investigadores dio a conocer la posibilidad de que este célebre y polémico cuadro sea, en realidad, un fragmento de un retrato mayor, en el que la zona púbica y el torso de la mujer tiene también rostro.

Luego de analizar exhaustivamente un óleo encontrado en 2010 por un coleccionista amateur de arte, investigadores del Institut Gustave Courbet, en particular Jean-Jacques Fernier, determinaron que, efectivamente, el fragmento que muestra la parte superior de una mujer fue pintado por Courbet y, todavía más importante, puede considerarse parte del mismo lienzo que L’Origine du monde. 
 
La femme au perroquet, Gustave Courbet (1866)
Según estos estudios, el rostro en cuestión guarda una notable semejanza con el de la modelo de La Femme au perroquet, Mujer con perico, óleo pintado en el mismo año que se conserva actualmente en el Metropolitan Museum of Art de Nueva York.

Ahora una de las preguntas que se hacen los historiadores del arte es si el lienzo fue cortado voluntaria o involuntariamente. 
 
El cuadro fue solicitado originalmente por Khalil Bey, un diplomático otomano aficionado al arte erótico que vivía a la sazón en París, donde conoció a Courbet gracias al infliuyente crítico literario Charles Augustin Sainte-Beuve.
Les dormeuses, Gustave Courbet (1866)
  Bey pidió al pintor un compañero para su colección personal que contaba ya con Le Bain turc de Ingres y Les Dormeuses del propio Courbet.

¿Pero quién segmentó el lienzo?
 
 ¿El embajador turco? 
 
¿Courbert en un arrebato irracional de genialidad?

Con información de The Guardian y Paris Match

Related Posts

Subscribe Our Newsletter