“(…) El hecho de que Benedicto XVI presente su dimisión es en sí mismo un gesto sorprendente; ¿cómo no puede serlo?, se trata de la dimisión de alguien que incursionó en el nazi-fascismo para luego incorporarse y ser moldeado por el ‘poder’ hasta convertirse en la figura máxima de la expresión de ese poder, y claro está, en jefe del estado más poderoso que existe, poder que ejercen desde el control absoluto de los temores de la gente crédula, por cierto, muy útil para la clase dominante (…)
Claro está que nunca sabremos cuales son las verdaderas motivaciones de su renuncia, lo que sí está claro es que debajo de esa anquilosada alfombra que llamamos ‘catolicismo’ hay otras muchas formas de poder, y poderosos, que pueden acabar incluso con un papa –asesinatos, renuncias, ¿Hay diferencias?- (…)
De momento celebremos, ‘el pastor alemán’, el 'santo de los pederastas' disfrazados de clérigos –Benedicto XVI , junto a Juan Pablo II, ocultó deliberadamente la existencia de esos crímenes- ya no está; celebremos hasta que un nuevo papa sea elegido por los cardenales; perdón, por el ‘espíritu santo’, jejejejeje; esperemos que esta vez no lo haga; hay cada ‘bestia’ convertida en papa que deberíamos temer cuando uno nuevo sube al cargo (…)
En cualquier caso el trono de Mussolini será nuevamente ocupado por otro fascista (…)”
Cuaderno de Viajes
KBML - 1917
2013
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2013