Las dos mujeres protagonistas del escándalo que costó el puesto al jefe de la CIA, el general Petraeus, hicieron varias visitas a la Casa Blanca después de la llegada a la misma de Barack Obama, según indicó ayer una autoridad norteamericana a France Presse.
Paula Broadwell, biógrafa y amante del general, participó en reuniones sobre Afganistán y Pakistán en el complejo de la Casa Blanca, más exactamente en el edificio Eisenhower, que está al lado de la residencia presidencial, según la misma fuente que pidió el anonimato.
La primera reunión tuvo lugar en junio de 2009, y Broadwell estuvo acompañada de un miembro del equipo gubernamental encargado de los “dossier” afgano y paquistaní; la segunda fue en junio en 2011.
La segunda mujer es Jill Kelley, cuya denuncia al FBI por amenazas de Paula Broadwell destapó el escándalo. Kelley estuvo relacionada no sólo con el general Petraeus sino también con el general John Allen, actual jefe de las tropas norteamericanas en Afganistán.
Según la fuente contactada por France Presse, la señora Kelley estuvo varias veces en la Casa Blanca en los últimos años.
La segunda mujer es Jill Kelley, cuya denuncia al FBI por amenazas de Paula Broadwell destapó el escándalo. Kelley estuvo relacionada no sólo con el general Petraeus sino también con el general John Allen, actual jefe de las tropas norteamericanas en Afganistán.
Según la fuente contactada por France Presse, la señora Kelley estuvo varias veces en la Casa Blanca en los últimos años.
“La primera vez para una visita turística con su familia y sus hijos, y dos veces más para comer en el restaurante del personal de la Casa Blanca, junto a su hermana gemela, en compañía de un empleado del Ejecutivo al que conoció en la base aérea de McDill”, cerca de Tampa, la ciudad de Florida donde reside Jill Kelley.