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El socialista Hollande sí tiene dinero para financiar el terrorismo en Siria

Francia destina un millón doscientos mil euros de euros a las bandas terroristas que asolan Siria

Siguiendo las órdenes emanadas desde la Casa Blanca para acabar con el legítimo gobierno sirio, el presidente socialista François Hollande anima a la oposición armada de aquella nación árabe (grupos mercenarios a quienes se facilita armamento de última generación), dotándola de un millón doscientos mil euros de euros, mientras la ciudadanía francesa está saliendo a las calles para reclamar los mínimos derechos que se les hurtan y recortan: trabajo, educación, sanidad y vivienda.

No hay dinero para invertir en servicios sociales, pero sí para matar inocentes en otra nación.

Como en el caso español o británico, otro mandatario socialista (al estilo Zapatero o Tony Blair) traiciona las más elementales leyes internacionales en cuanto a la no injerencia en asuntos internos de otra nación, colaborando como su antecesor en el cargo al asesinato de la población civil siria.

El Gobierno francés muestra una vez más su verdadero rostro criminal, dejando atrás una etapa en la que el país de Voltaire y Baudelaire, de Brassens y Paul Cézanne, planteó su desacuerdo con las políticas agresivas y belicistas de Estados Unidos, incluso durante los meses posteriores al atentado de las Torres Gemelas.

Tal vez por ello, el ex presidente Bush ordenó que las típicas french potatoes (patatas fritas a la francesa) se denominaran USA liberty potatoes , cosa que la cadena Mac Donald’s inauguró con entusiasmo.

Una medida ridícula a la que siguieron otras más sibilinas como la supresión de todas las películas y obras de teatro de origen francés en los medios televisivos, amén de una rebaja brutal en la importación de vino y champagne procedente de Francia, lo que sí repercutió gravemente en la industria del sector.

No contento con ello, los asesores del criminal de guerra George W. Bush ordenaron a la CIA y el FBI que desarollaran las estrategias adecuadas para castigar políticamente a Francia y a Alemania.

Para ello, desde las cloacas de ambas organizaciones se sobornó fácilmente a los miembros más influyentes de RPM y UPM (ambos partidos reaccionarios), para lanzar como futuro líder, apoyado por varios sectores de la prensa y los medios audiovisuales, a un mediocre abogado de origen judío llamado Nicholas Sarkozy, colaborador de la agencia de espionaje estadounidense, que ya militaba en la derecha.

El objetivo se consiguió en 2007, aunque el astuto personaje ya había ocupado en 2005 la cartera de Interior. La Casa Blanca se aseguraba así la obediencia de El Elíseo en sus planes hegemonistas.

Tras la miserable colaboración francesa en la masacre libia, protagonizada por “Narkozy”, el socialista Hollande anhela estar a la altura criminal de su predecesor, entregando esa enorme cifra de euros a la llamada Oposición Armada (la auténtica y pacífica actúa dentro de la ley siria sin el menor problema), que le habrá asegurado algún tipo de recompensa cuando las fuerzas armadas del gobierno de Bashar Al Assad no pudieran resistir tantos atentados y el presidente se viera abandonado por Rusia y China.

Los autores de este genocidio, lento pero imparable, que ya se ha cobrado la vida de más de 40.000 civiles, en Damasco, Alepo, Homs, etc., presentados en los medios occidentales como “rebeldes”, se ven ahora arropados por un gobierno que se dice progresista, pero que implementa las mismas políticas de exterminio de sus socios norteamericanos.

Fuente : diario-octubre

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