La Fiscalía federal, los fiscales locales y los obispos de Bélgica reciben aún cada mes nuevas denuncias de víctimas de abusos sexuales cometidos en la Iglesia católica, que suman ya más de 800 demandas ante una instancia oficial, informa hoy la Gaceta de Amberes.
La Fiscalía federal contaba a principios de año con 204 denuncias oficiales, pero el número de víctimas que ha decidido tomar medidas judiciales contra la Iglesia ha aumentado considerablemente desde entonces, según este periódico.
"Continuamos recibiendo nuevas denuncias. Ya no son tantas como en 2010 después del caso (del exobispo de la diócesis de la ciudad belga de Brujas, Roger Vangheluwe), pero las denuncias no cesan; algunas víctimas necesitan mucho tiempo para dar este paso ante el fiscal", señaló la portavoz de la Fiscalía, Lieve Pellens, a la Gaceta de Amberes.
Una comisión independiente constató el suicidio de 13 víctimas
De acuerdo con este medio, uno de los últimos en denunciar a la Iglesia católica es un hombre de 30 años que acusa a Vangheluwe de haber abusado de él varias veces en la institución Godtschalck Huyze en Loker, en Flandes Occidental.
Ante fiscales locales se han registrado más de 70 víctimas y también en la diócesis de Gante se han recibido una treintena de denuncias.
El periódico afirma que, con este número de demandas, junto con los 478 casos contabilizados por la comisión Adriaenssens, hasta ahora las denuncias oficiales por abusos sexuales por parte de eclesiásticos se elevan a 800.
La Iglesia acepta pagar indemnizaciones
El escándalo de los abusos de menores por parte de religiosos estalló en Bélgica en abril de 2010 cuando el Vaticano cesó al obispo de Brujas, Roger Vangheluwe, quien abusó al menos de un sobrino suyo (hay denuncias de al menos otra sobrina y de algunos miembros de un coro infantil).
El informe de la comisión independiente creada por la Conferencia Episcopal belga y encabezada por el psiquiatra infantil Peter Adriaenssens recibió al menos 478 denuncias por casos de pederastia entre 1969 y 1985, además de constatar el suicidio de 13 víctimas.
En diciembre pasado, la Iglesia católica belga anunció que pagará indemnizaciones de entre 2.500 y 25.000 euros a las víctimas de abusos sexuales por parte de religiosos aunque hayan prescrito legalmente.