EE. UU. desembarcó al norte de Australia el primer contingente, del total de 2.500 militares, con el fin de reforzar su presencia en la región Asia-Pacífico, “donde el país norteamericano busca contrarrestar a China”, según analistas, mientras se retira de Irak y Afganistán.
Este primer despliegue de la unidad de 200 infantes en la base de Darwin forma parte de los planes del presidente de EE. UU., Barack Obama, que tienen el fin de fortalecer las capacidades militares de su país en la zona, donde China aspira a convertirse en la potencia regional.
Pekín amenazado
Según afirma el politólogo Emilio Viano, “claramente hay indicaciones que es una preocupación de Washington de tener una presencia importante en el sur del Pacífico para eventualmente intervenir en posibles disputas territoriales entre China y otros países del sur de Asia y mantener abiertas las vías navales de comercio en esta región”.
Viano apunta que se trata de “una advertencia por parte de EE. UU. a China y otros países como India e Indonesia, de que no está abandonando la región, que se considera un poder del Pacífico y quiere mantener una presencia militar, una influencia política y un rol en las decisiones importantes de toda la región”.
No obstante, cuando el pacto de defensa fue suscrito y anunciado en noviembre pasado por Obama y la primera ministra australiana, Julia Gillard, se hizo hincapié en que no representaban un intento de contener a China que, por su parte, tachó la decisión de “inoportuna”.
Según el acuerdo, al concluir su misión de seis meses, la fuerza será reemplazada mediante el sistema de rotación.
Según el plan previsto, el destacamento aumentará a 1.000 efectivos en 2014 y alcanzará los 2.500 soldados en 2016.
Este primer despliegue de la unidad de 200 infantes en la base de Darwin forma parte de los planes del presidente de EE. UU., Barack Obama, que tienen el fin de fortalecer las capacidades militares de su país en la zona, donde China aspira a convertirse en la potencia regional.
Pekín amenazado
Según afirma el politólogo Emilio Viano, “claramente hay indicaciones que es una preocupación de Washington de tener una presencia importante en el sur del Pacífico para eventualmente intervenir en posibles disputas territoriales entre China y otros países del sur de Asia y mantener abiertas las vías navales de comercio en esta región”.
Viano apunta que se trata de “una advertencia por parte de EE. UU. a China y otros países como India e Indonesia, de que no está abandonando la región, que se considera un poder del Pacífico y quiere mantener una presencia militar, una influencia política y un rol en las decisiones importantes de toda la región”.
No obstante, cuando el pacto de defensa fue suscrito y anunciado en noviembre pasado por Obama y la primera ministra australiana, Julia Gillard, se hizo hincapié en que no representaban un intento de contener a China que, por su parte, tachó la decisión de “inoportuna”.
Según el acuerdo, al concluir su misión de seis meses, la fuerza será reemplazada mediante el sistema de rotación.
Según el plan previsto, el destacamento aumentará a 1.000 efectivos en 2014 y alcanzará los 2.500 soldados en 2016.