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Un grupo de sacerdotes austriacos que ya habían mostrado públicamente su rechazo a los multiples casos de pedolifilia en la iglesia católica, se han rebelado epistolarmente contra el Vaticano propugnando el final del celibato y la prohibición para ejercer el sacerdocio a las mujeres.
Tal posición obligó ayer al papa Benedicto XVI a comenzar los ritos de la Semana Santa criticando a quienes proponen la “desobediencia” como vía para renovar a la Iglesia Católica.
En una de las misas habituales de la Semana Santa, el ciudadano Ratzinger se refirió a los ecos de la protesta (denominada Iniciativa del Pastor), calificándola como “una llamada a la desobediencia”.
Aprovechando el tema, el anciano nazi, jefe de la Iglesia Católica, aprovechó para cuestionar si la desobediencia es la vía adecuada para transformar a la Iglesia:
“Dicen que hay que abrir caminos nuevos, que hay que colocar nuestra comunidad a la altura de los tiempos. pero ¿es la desobediencia un camino para ello?”, dejando claro que la dictadura del Vaticano y sus mafias jamás consentirán tales prácticas, que forman parte de la estructura de otros credos cristianos del mundo.
El movimiento o Iniciativa pastoral, guiado por monseñor Helmut Schueller, nació en Austria y se ha extendido a Alemania, Irlanda y Bélgica.
El movimiento o Iniciativa pastoral, guiado por monseñor Helmut Schueller, nació en Austria y se ha extendido a Alemania, Irlanda y Bélgica.
Ayer mismo, el propio Schueller restó importancia a la severidad de la crítica y dijo que el Papa sólo pidió reflexionar sobre si la disidencia puede reformar la Iglesia.
Los seminaristas tendrán que esperar para degustar los placeres del sexo, aunque siempre les queda el bendito onanismo que tanto agrada en el Vaticano… o la pederastia, que con tanto cariño perdona el Papa, bendiciendo aquello de “Dejad que los niños se acerquen a mí…”
