No solamente es una rima, es también una remota posibilidad decir que
se puede truncar todo lo que ha conseguido el pueblo venezolano, en sus
estamentos más olvidados por largo tiempo donde prevalecieron gobiernos
de las clases dominantes, que se ocuparon a fortalecer sus intereses de
clase y entregaron la soberanía de Venezuela junto a las riquezas
naturales, especialmente el petróleo a precios irrisorios durante casi
todo el siglo XX al imperio norteamericano, favoreciendo así la economía
del país más rico, en detrimento de hacer cada día más pobres al
pueblo.
Plantear así el inicio de este año 2012, donde se debe
desarrollar una contienda electoral el próximo 7 de octubre, donde se
deberá elegir principalmente al Presidente de la República por otro
periodo más, no se trata de ninguna forma de pesimismo o temor ante los
resultados, sino de estar siempre alerta contra cualquier contingencia
que este tramando el enemigo.
Estamos al corriente de las encuestas que
siguen dando como favorito para triunfar, en dichas elecciones, al
compañero Presidente Chávez y también conocemos lo que todos los
venezolanos y el mundo sabe de todos los beneficios en salud, educación,
trabajo, vivienda, seguridad social, jubilaciones dignas y oportunas
para su pueblo, colocando a Venezuela junto a Cuba en los más altos
índices de desarrollo humano, superior a muchos países llamados
“desarrollados” durante estos 12 años de revolución bolivariana.
Esbozamos
esta expectación con la seguridad absoluta de un triunfo por la firmeza
del avance de consciencia política (condición indispensable en todo
proceso liberador) y organización, de un pueblo que durante este
período, ha tenido el coraje de revertir con sus luchas, un golpe de
estado (2002), así como sabotaje petrolero y un permanente intento de
desestabilización.
Esta burguesía apátrida aún hoy trata de montar en
dos caballos al mismo tiempo, dicen que saldrán de Chávez por medio de
las urnas, pero al mismo tiempo están jugando permanentemente al golpe
de estado, y todo con la venia y auspicio del gobierno avasallador de
los EUA.
Además la confianza sobre un triunfo el 7-10 se sostiene en el
apoyo de ese pueblo que en su mayoría ha respaldado a su gobierno en más
de 10 confrontaciones en las urnas, y hoy ese pueblo conquistó más que
ayer y mañana con Chávez, conquistará más que hoy.
Para quienes
no somos venezolanos, pero si ciudadanos de la Patria grande y del
mundo, es una manera de argumentar y sostener nuestro apoyo a la
Revolución Bolivariana ante el enemigo y confundidos por el discurso
permanente del imperio, en contra de procesos liberadores y
principalmente de la revolución Bolivariana y su líder Presidente
Chávez, y de reafirmar nuestro compromiso solidariamente de defender
nuestros procesos hacia una verdadera liberación nacional allí donde nos
encontremos, aclarando conceptos ideológicos, económicos y sociales en
contra de una campaña mediática, del desahuciado sistema capitalista
pretendiendo seguir enajenando y confundiendo a gran parte de la
población con el “cuento del tío” del anticomunismo.
Tremenda tarea la
que nos queda para acortar el camino hacia una verdadera liberación
definitiva de nuestros pueblos.
Con Chávez y el pueblo
venezolano, gana la Revolución Bolivariana en todas partes, gana Evo
Morales, Correa, y todos los gobiernos del ALBA y sus pueblos, gracias a
la nueva forma solidaria de hacer negocios no solamente pensando en el
lucro capitalista, sino en la complementariedad, para tener la capacidad
de hacer fuerza común en contra de los poderosos que siempre utilizaron
a nuestro pueblos, para esquilmarlos en beneficio de un sistema que
está destinado a perecer.
La experiencia integradora del ALBA, debe
convertirse en un núcleo importante de apoyo para la nueva organización
del CELAC.
Es el momento de que los gobiernos del ALBA, no vean a
Venezuela y la Revolución Bolivariana, como alguien que está obligado a
ayudar, porque tiene la reserva petrolera más grande del mundo, debemos
tener bien en claro, que la lucha es política fundamentalmente, que la
alianza, la solidaridad y complementariedad no deben ser gestos de
samaritanos, ni de oportunismo, sino ser transparentes en reconocer que
hay un sistema y un enemigo común de los pueblos, contra el que hay que
defenderse y para eso hay que luchar juntos con transparencia y lealtad
revolucionaria.
Nadie está empecinado en negar que tanto en
Bolivia, Ecuador y menor dimensión en Venezuela, aún siguen existiendo
grandes contradicciones tanto en el plano ideológico, económico y de
participación social orgánica en las decisiones de estado, por falta de
claridad o temor de los lideres en el objetivo final de los procesos y
por la incapacidad, política y organizativa de partidos, sindicatos,
tendencias y organizaciones sociales, para encarar luchas unitarias
poderosas, que sean contempladas como exigencias por los responsables,
de la profundización y aceleración de los procesos en la construcción de
una nueva sociedad de iguales, enterrando decididamente el capitalismo
en crisis y construyendo el socialismo liberador. Reiteramos lo que
dijimos en artículo anterior sobre el compañero Evo Morales y hoy sirve
para el Presidente Correa y el Presidente Chávez:
Ellos y los
procesos, no es todo lo que los pueblos queremos, pero por ahora, es lo
único y mejor que tenemos, hay que conservarlos y apoyarlos para mejorar.
De
aquí al 7-10 queda tiempo para que los venezolanos orgullosos de tener
una revolución social que les pertenece y como destinatarios de todos
sus beneficios, hagan su parte para consolidar el triunfo en octubre.
Quienes tenemos procesos en marcha, al exigir su profundización en
beneficio de las mayorías que lo eligieron, estaremos apoyando a Chávez,
y los pueblos que están luchando en las calles por que sus gobiernos
escuchen y acepten que este sistema ya no da para más, también saben que
con Chávez como ganador seguirá siendo un referente mundial de la lucha
de los pueblos, en contra del sistema y el imperialismo. Con Chávez
todos ganamos.
* José Justiniano Lijerón es ex Dirigente de la Central Obrera Boliviana (COB)