Pablo Gonzalez

Todo lo que avanzamos, sin Chávez lo perdemos


No solamente es una rima, es también una remota posibilidad decir que se puede truncar todo lo que ha conseguido el pueblo venezolano, en sus estamentos más olvidados por largo tiempo donde prevalecieron gobiernos de las clases dominantes, que se ocuparon a fortalecer sus intereses de clase y entregaron la soberanía de Venezuela junto a las riquezas naturales, especialmente el petróleo a precios irrisorios durante casi todo el siglo XX al imperio norteamericano, favoreciendo así la economía del país más rico, en detrimento de hacer cada día más pobres al pueblo. 

Plantear así el inicio de este año 2012, donde se debe desarrollar una contienda electoral el próximo 7 de octubre, donde se deberá elegir principalmente al Presidente de la República por otro periodo más, no se trata de ninguna forma de pesimismo o temor ante los resultados, sino de estar siempre alerta contra cualquier contingencia que este tramando el enemigo.

Estamos al corriente de las encuestas que siguen dando como favorito para triunfar, en dichas elecciones, al compañero Presidente Chávez y también conocemos lo que todos los venezolanos y el mundo sabe de todos los beneficios en salud, educación, trabajo, vivienda, seguridad social, jubilaciones dignas y oportunas para su pueblo, colocando a Venezuela junto a Cuba en los más altos índices de desarrollo humano, superior a muchos países llamados “desarrollados” durante estos 12 años de revolución bolivariana.

Esbozamos esta expectación con la seguridad absoluta de un triunfo por la firmeza del avance de consciencia política (condición indispensable en todo proceso liberador) y organización, de un pueblo que durante este período, ha tenido el coraje de revertir con sus luchas, un golpe de estado (2002), así como sabotaje petrolero y un permanente intento de desestabilización. 

Esta burguesía apátrida aún hoy trata de montar en dos caballos al mismo tiempo, dicen que saldrán de Chávez por medio de las urnas, pero al mismo tiempo están jugando permanentemente al golpe de estado, y todo con la venia y auspicio del gobierno avasallador de los EUA. 

Además la confianza sobre un triunfo el 7-10 se sostiene en el apoyo de ese pueblo que en su mayoría ha respaldado a su gobierno en más de 10 confrontaciones en las urnas, y hoy ese pueblo conquistó más que ayer y mañana con Chávez, conquistará más que hoy. 

Para quienes no somos venezolanos, pero si ciudadanos de la Patria grande y del mundo, es una manera de argumentar y sostener nuestro apoyo a la Revolución Bolivariana ante el enemigo y confundidos por el discurso permanente del imperio, en contra de procesos liberadores y principalmente de la revolución Bolivariana y su líder Presidente Chávez, y de reafirmar nuestro compromiso solidariamente de defender nuestros procesos hacia una verdadera liberación nacional allí donde nos encontremos, aclarando conceptos ideológicos, económicos y sociales en contra de una campaña mediática, del desahuciado sistema capitalista pretendiendo seguir enajenando y confundiendo a gran parte de la población con el “cuento del tío” del anticomunismo. 

Tremenda tarea la que nos queda para acortar el camino hacia una verdadera liberación definitiva de nuestros pueblos. 

Con Chávez y el pueblo venezolano, gana la Revolución Bolivariana en todas partes, gana Evo Morales, Correa, y todos los gobiernos del ALBA y sus pueblos, gracias a la nueva forma solidaria de hacer negocios no solamente pensando en el lucro capitalista, sino en la complementariedad, para tener la capacidad de hacer fuerza común en contra de los poderosos que siempre utilizaron a nuestro pueblos, para esquilmarlos en beneficio de un sistema que está destinado a perecer. 

La experiencia integradora del ALBA, debe convertirse en un núcleo importante de apoyo para la nueva organización del CELAC. 

Es el momento de que los gobiernos del ALBA, no vean a Venezuela y la Revolución Bolivariana, como alguien que está obligado a ayudar, porque tiene la reserva petrolera más grande del mundo, debemos tener bien en claro, que la lucha es política fundamentalmente, que la alianza, la solidaridad y complementariedad no deben ser gestos de samaritanos, ni de oportunismo, sino ser transparentes en reconocer que hay un sistema y un enemigo común de los pueblos, contra el que hay que defenderse y para eso hay que luchar juntos con transparencia y lealtad revolucionaria. 

Nadie está empecinado en negar que tanto en Bolivia, Ecuador y menor dimensión en Venezuela, aún siguen existiendo grandes contradicciones tanto en el plano ideológico, económico y de participación social orgánica en las decisiones de estado, por falta de claridad o temor de los lideres en el objetivo final de los procesos y por la incapacidad, política y organizativa de partidos, sindicatos, tendencias y organizaciones sociales, para encarar luchas unitarias poderosas, que sean contempladas como exigencias por los responsables, de la profundización y aceleración de los procesos en la construcción de una nueva sociedad de iguales, enterrando decididamente el capitalismo en crisis y construyendo el socialismo liberador. Reiteramos lo que dijimos en artículo anterior sobre el compañero Evo Morales y hoy sirve para el Presidente Correa y el Presidente Chávez: 

Ellos y los procesos, no es todo lo que los pueblos queremos, pero por ahora, es lo único y mejor que tenemos, hay que conservarlos y apoyarlos para mejorar

De aquí al 7-10 queda tiempo para que los venezolanos orgullosos de tener una revolución social que les pertenece y como destinatarios de todos sus beneficios, hagan su parte para consolidar el triunfo en octubre. Quienes tenemos procesos en marcha, al exigir su profundización en beneficio de las mayorías que lo eligieron, estaremos apoyando a Chávez, y los pueblos que están luchando en las calles por que sus gobiernos escuchen y acepten que este sistema ya no da para más, también saben que con Chávez como ganador seguirá siendo un referente mundial de la lucha de los pueblos, en contra del sistema y el imperialismo. Con Chávez todos ganamos.

* José Justiniano Lijerón es ex Dirigente de la Central Obrera Boliviana (COB)

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