Dagoberto Gutiérez, nuestro buen amigo de la Tendencia
Revolucionaria, TR, suele diferenciar al FMLN que hizo la guerra, del
FMLN que hace política electorera y parece que razón tiene al hacerlo,
por algunas evidencias empíricas, las cuales, como veremos, son
irrefutables.
Del FMLN que hizo la guerra yo sólo conocí a las
FPL y un poquito del PCS, con quien me inicié en estas cosas de la
necesidad de cambiar el sistema, gracias a una charla sabatina de
Shafick Handal, cuando no existía otra organización revolucionaria mas
que el PCS - que llegó tarde a la fiesta de las balas, porque seguía la
línea de la coexistencia pacífica emanada de Moscú, como probablemente
lo hacían, casi todos los partidos comunistas pro-soviéticos,- y que
dice, la derecha, ¨que ahora controla al FMLN¨.
No lo se, no lo creo y ni me importa.
Pese
a todo lo dicho, es evidente que hay un FMLN, y que dentro de este
partido, ya sea como simpatizantes, amigos o miembros, pienso que aún
existen algunas personas que conservan los ideales que los animaron a
incorporarse a la lucha revolucionaria para transformar esta sociedad
capitalista, miserable, excluyente, explotadora, corrupta y asesina.
Otros, ya se han decepcionado, como yo, de este partido y buscamos
nuevas opciones.
Pero algunos, aún dudan o siguen creyendo en esos, a
quienes les llaman los líderes históricos.
A ellos, no a los líderes
históricos, es a quienes quiero dirigir este mensaje, honesto, sincero y
sobre todo racional y es el siguiente:
Si no actúas como piensas, terminarás pensando como actúas.
El
FMLN, su dirigencia y usted que es miembro, amigo o simpatizante del
mismo, se definen como socialistas y revolucionarios, ese, es pues, su
pensamiento, pero ¿cómo actúan?
¿Podría usted mencionarme hoy, alguna
acción revolucionaria suya o de su partido?
Una, no le pido dos, ni
tres. Sino tan sólo una.
¿Podría usted mencionarme hoy, alguna acción
socialista –o al menos alguna acción orientada a construir las bases del
socialismo-, suya o de su partido? Una, tan solo una.
No piense que
quiero joderlo, es claro, que yo no soy de Arena y mucho menos de Gana.
Y, por favor, no me venga con aquel cuento, de que es mejor callar, si
al hablar, de manera políticamente incorrecta, se beneficia al enemigo, en este caso a Arena o a cualquiera de los partidos tradicionales de derecha.
Lo
único que me interesa es hacerlo caer en la cuenta de que si no actúa
como piensa, terminará pensando como actúa.
Si actúa como un burgués
terminará pensando como un burgués.
Si actúa como un torturador
terminará pensando como torturador.
Si actúa como un marero terminará
pensando como un marero.
Si actúa como un corrupto terminará pensando
como corrupto.
Que no le quepa ni la menor duda.
¿Y qué pasó con
sus ideales revolucionarios?
¿O acaso usted nunca los tuvo?
Supongamos
que si los tenía, porque es a ustedes a quienes me estoy refiriendo, los
otros, los de señales conocidas, los columnistas de los medios de
comunicación masiva, que escriben por una paga, o los otros, que maman
del gobierno o de las tetas de la empresa privada, con esos no me meteré
en esta ocasión, de esos que se ocupen otros y en todo caso, si nadie
lo hace, lo harán las futuras generaciones, eso téngalo por seguro y tan
cierto, como que mañana saldrá el sol.
Pero por favor, no
terminé respondiendo como todos los cínicos pequeñoburgueses que se
incorporaron a la lucha, no por ideales, sino buscando su interés
personal, con la trillada frase:
¨Esas eran pendejadas de la juventud¨.
Tampoco repitan lugares comunes como: ¨¿quién
de joven no ha querido transformar el mundo?
Pero mi mundo, ese, lo
puedo transformar yo, con mi trabajo, con mi esfuerzo personal, con mi
disciplina laboral y/o convirtiéndome, en un laméculos¨.
Y créame,
no lo digo por ofenderlo, sino porque no alcanzo a comprender ¿cómo
alguien puede soportar tal inmundicia sin vomitar?
¿O será que actúan
como esas modelos que para seguir siéndolo, tienen que meterse el dedo
en la boca y vomitar lo que se han hartado?
Pero no nos vayamos a
los extremos, es obvio, que de quienes tuvieron la capacidad moral de
asesinar a Roque, nuestro máximo literato y nuestro más consecuente
intelectual, uno no podría esperar otra cosa más que los excrementos que
nos han demostrado ser.
Aunque el extraño de Cartagena, se niegue a
reconocerlo y actuar en consecuencia con uno de sus presuntos autores y
lo mantenga como miembro de su gobierno.
Pero eso es harina de
otro costal, aunque sea revelador de la ética política de los dirigentes
del Frente y de su Presidente, porque el mío, ciertamente, no lo es.
Yo
sigo siendo un exiliado interior, aunque espero no serlo siempre.
Pero
detengámonos en la eternidad del instante en que vivimos, -maravilloso
oxímoron- y pongamos nuestra atención en los dirigentes del FMLN, alguno
de ellos, dígame con toda su honestidad revolucionaria, si es que le
queda alguna: ¿actúan como revolucionarios?
¿Hacen algo qué nos indique,
al menos, que caminamos hacia el socialismo?
Si sus respuestas
son negativas, ¿por qué continúan apoyando a ese partido?
¿Por qué no
pensar en algo alternativo?
¿Por qué desperdiciar su tiempo, sus
energías y su coraje revolucionario en un partido que, evidentemente,
traicionó los ideales revolucionarios y los sacrificios de miles y miles
de salvadoreños y muchos internacionalistas que de buena fe, se
incorporaron a la lucha?
Hace algún tiempo escribí un artículo,
titulado ¨La izquierda que la derecha quisiera¨, y lo paradójico del
asunto, es que la derecha ya la tiene, pero que, sin embargo, aún así no
la quiere.
Pero no por las tonterías que argumentan en los medios de
comunicación: ¨que son chavistas, que son enemigos de la empresa privada, que quieren llevarnos al socialismo, etc¨.
Ellos, los burgueses, la derecha política y empresarial, sus
intelectuales orgánicos, saben que esas son patrañas, mentiras, en todo
caso, tonterías.
No los quieren, por otras razones, que unos y otros,
las conocen perfectamente y que se refleja en una frase que escuché en
una película protagonizada por Orson Wells, ambientada en Italia, luego
de pasada la segunda guerra mundial, ante la llegada del nuevo gobierno
italiano:
¨Es la misma mierda con diferentes moscas¨.
Mil
disculpas por la cita, que suena fuerte y grosera, pero no encuentro
otra, que describa mejor nuestra realidad.
En todo caso, no hay porqué
criticar al pintor, que pinta lo que mira, o al fotógrafo que retrata la
realidad, tal cual se le presenta.
Sin embargo, para los que
aspiramos a una sociedad diferente, debería de ser obvio que necesitamos
una izquierda consecuente.
Y, yo pienso, que solamente existe una
izquierda consecuente y ésta es aquella que es anticapitalista.
Si cree
que estoy equivocado, refúteme, pero hágalo con argumentos lógicos.
Porque de opiniones, de quienes opinan, porque existe el derecho a
opinar, yo, al menos, no me voy a ocupar. Porque sería tan pendejo, como
los que opinan pendejadas.
Pero insisto
¿Por qué en vez de lamentarnos,
en vez de llorar por la leche derramada, en vez de recordar con
amargura los sacrificios que realizamos en vano?
O como ocurre con
otros, ¿por qué en vez de seguir militando, simpatizando o apoyando a un
partido, que evidentemente, no es ni revolucionario, ni socialista, no
nos organizamos y creamos algo nuevo?
Me dirán que todos los
intentos han fracasado, inclusive, la de aquellos que quisieron
adueñarse de las siglas del FDR.
Mucho ojo, pero sólo de las siglas,
porque ninguno de ellos se puede comparar con Enrique Álvarez Córdova,
presidente del FDR, asesinado por la burguesía escuadronera, que ahora
habla de democracia y de defender las instituciones democráticas.
Pero
si usted, observa y analiza esas experiencias, se dará cuenta, sin mayor
esfuerzo, que ninguna pretendía ser una izquierda anticapitalista, sino
una izquierda como la que ahora es el FMLN.
O sea una izquierda sólo de
nombre, de consignas y de bandera.
No, yo no lo estoy animando a
repetir ese tipo de experiencias.
Yo lo que le propongo a usted,
quien quiera que sea, estudiante, ama de casa, asalariado, informal,
empleado público, campesino, microempresario, cooperativista,
ecologista, feminista, joven, adulto o viejo, como yo, es que
comprendamos que necesitamos crear una organización, un movimiento
social anti-sistema consecuente, esto es, un Movimiento Social Revolucionario.
No importa,
que usted, sea marxista, trosquista, anarquistas, maoísta, leninista,
ecologista, feminista, farabundista, chavista, cooperativista,
campesinista, católico, protestante, islamista, budista, etc.
No se si
dejé por fuera a alguien, pero lo importante es, que si usted es
anti-sistema, usted tiene cabida en este movimiento.
Las diferencias,
los matices, las vías, se pueden discutir y avanzar hacia una posición
consensuada.
Lo único que debemos tener en común es el convencimiento
de la necesidad de crear una sociedad diferente a la capitalista y
evitar los errores cometidos en el pasado en nuestras luchas
libertarias.
Me parece que si bien nos ocupamos de la
realidad específica de El Salvador, la cual es necesario que se conozca a
nivel internacional, la problemática y la propuesta, no son exclusivas
de El Salvador, sobre todo ahora que los pueblos están cayendo en la
cuenta de la gran estafa de que han sido objeto por parte de los
partidos políticos considerados progresistas, de izquierda, socialistas o
socialdemócratas, e inclusive, revolucionarios como el FSLN de
Nicaragua.
Feliz año nuevo
Aquiles Montoya, economista marxista y profesor de la UCA