El llamado Movimiento Democracia en Miami con el
delincuente Ramón Saúl Sánchez Rizo, es una organización terrorista y
provocadora, creada el 13 de julio de 1995.
Ahora se constituye en
promotora de las llamadas flotillas, que en 17 ocasiones han
violado las aguas territoriales de Cuba.
Aunque anuncia ser de corte
pacífico, su estructura militar compuesta por un presidente; un jefe
de operaciones; un jefe naval, uno de seguridad y otro a cargo del
grupo aéreo, revelan su verdadera esencia.
Tiene
además una emisora llamada Radio Democracia, que transmite cientos de
horas instigando a la subversión interna y a la comisión de delitos.
Sánchez
Rizo, ha sido miembro de los grupos terroristas, Jóvenes de la
Estrella, Organización para la Liberación de Cuba y otras del mismo
corte.
Actúa en coordinación con los llamados Hermanos al Rescate, otra
agrupación similar, que tiene como cabecilla al agente de la CIA José
Basulto León.
Estas flotillas
han sido utilizadas para introducir explosivos en el territorio
cubano, como sucedió el 12 de julio de 1995, al ser detenido el
terrorista Omelio Sánchez y otros tres miembros del llamado Partido
Unidad Nacional Democrático, PUND, en posesión de doce libras de
explosivo C-4. Formaban parte de una flotilla y desembarcarían en Sagua la Grande, Villa Clara.
También
han lanzado artefactos de propaganda teledirigidos hacia las costas
cubanas; empleado reflectores de gran potencia, que han puesto en
peligro la aviación civil; arrojado propaganda en envases, que han
recalado en territorio cubano y dañado su fauna marítima. También han
preparado transmisiones de señales de televisión ilegales hacia Cuba
desde la embarcación Democracia.
Tras
la firma de los acuerdos migratorios en 1995 entre los gobiernos de
Cuba y los Estados Unidos, el mencionado Hermanos al Rescate se vinculó
estrechamente al Movimiento Democracia y participó en la organización
de las flotillas provocadoras del 13 de julio y el 2 de septiembre de ese año.
El
13 de julio de 1995, tres embarcaciones violaron las aguas
jurisdiccionales cubanas, mientras cinco aeronaves, junto a una avioneta
de otra organización terrorista y un helicóptero penetraron también en
el espacio aéreo, donde realizaron peligrosos vuelos rasantes sobre
nuestras unidades navales, mientras que dos aeronaves de Hermanos al
Rescate sobrevolaron la ciudad de La Habana e hicieron filmaciones que
se transmitieron en la televisión de Miami.
Pocos meses más tarde, el 9
de enero de 1996, tres avionetas C-337 de la misma organización
violaron nuevamente el espacio cubano al norte de Guanabo y Santa María
del Mar, cercanas a la capital, lanzando octavillas en diferentes
puntos del litoral habanero incitando al desorden.
Este
proceder ha tensionado las relaciones entre Estados Unidos y Cuba y
obligó a la aprobación del decreto presidencial 6867 de 1996 del
gobierno de William Clinton para disuadir a los perturbadores, por medio
del cual se creó una zona de exclusión de doce millas, que prohibía a
embarcaciones dirigirse a Cuba sin el debido permiso de las autoridades
norteamericanas.
El 9 de julio de 2003 el gobierno de Estados Unidos negó autorización a la provocadora flotilla para salir de la zona de seguridad y entrar en aguas de Cuba, entonces argumentó que “perturbaría” las relaciones internacionales.
También
la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC) advirtió a los
organizadores de que cualquier intento de transmitir señales de
televisión hacia Cuba sería considerado un acto ilegal, incluso aunque
transcurriera en aguas internacionales.
Estaba previsto que llevarían en la flotilla un transmisor denominado Teledemocracia
para enviar señales ilegales hacia Cuba, con el propósito de irrumpir
ilegalmente en la televisión nacional.
Ante la advertencia federal, el
transmisor fue llevado en la embarcación Democracia con un cartel que rezaba Censurado.
En
esta provocación participarían cinco barcos y cinco avionetas.
El
Servicio de Guardacostas del Séptimo Distrito, con sede en Miami, y el
Departamento de Seguridad Nacional de EE.UU. negaron el permiso con el
propósito de evitar un incremento de las tensiones entre Estados Unidos y
Cuba.
La argumentación de estas agencias norteamericanas para lograr
la prohibición en el 2003, hizo un recuento de las veces que estas flotillas ingresaron sin permiso a aguas cubanas “colocando en grave peligro a los tripulantes y a los barcos de los guardacostas operando en el área”.
Esta flotilla será la decimoséptima organizada por el provocador Movimiento Democracia.
Esta
nueva provocación promovida para el próximo 9 de diciembre ha sido
aprobada por la administración de Barack Obama, quien dice trabajar
para distender las relaciones entre Estados Unidos y Cuba, contrario a
la decisión de su predecesor George W. Bush y a la posición de su
copartidario William Clinton.
Medios
de prensa locales de Miami y voceros de los provocadores aseguraron
que el jueves 2 de noviembre del 2011 tuvo lugar una reunión entre el
Director del Buró Cuba en el Departamento de Estado, Peter Bremman y
el presidente del Movimiento Democracia, Ramón Saúl Sánchez. La reunión
se celebró en el Departamento de Estado en Washington DC.
En
esta reunión Bremman, según los organizadores, habría aprobado la
acción subversiva y el Movimiento Democracia se comprometió a permanecer
en aguas internacionales.
La jornada provocadora será desde el 9 hasta
el 11 de diciembre con el objetivo de crear tensiones entre Estados
Unidos y Cuba y apoyar a los grupúsculos mercenarios internos.
Ese día comenzará la llamada Operación Marítima,
a pesar de anunciarse como de contenido humanitario, ha asumido una
preparación militar.
Estará integrada por barcos, que zarparán a las
siete de la mañana desde la Conch Harbor Marina en Cayo Hueso para
llegar frente a La Habana al caer la tarde.
Los
flotilleros, al llegar la noche, comenzarán durante tres horas el
lanzamiento de poderosas emisiones de luz o fuegos artificiales
directamente hacia el cielo, que serán vistos desde las costas de La
Habana, Pinar del Río y Matanzas.
Esto pondrá en peligro la navegación
aérea y podría causar cierta inquietud en una parte de la población
capitalina que reside cerca del litoral.
Se
estimulan, para tres días de provocación, acciones colaterales de
desorden interno en Cuba, lo cual está en franca violación de la
convivencia entre países, previstas en decenas de Convenciones amparadas
por el Derecho Internacional, de las cuales el gobierno de Estados
Unidos es signatario.
Ahora, al permitirla, ha devenido en favorecedor
de esta agresión subversiva.
¿Qué
pasaría si grupos de derechos humanos cubanos promovieran y anunciaran
acciones similares para colocarse en territorio marítimo
norteamericano a doce millas de las costas de Miami y realizaran
acciones similares con total impunidad y permiso del gobierno cubano?
La
respuesta estadounidense sería inmediata y drástica, se movilizaría,
sin dudas, su defensa antiaérea, se pondrían en alertas las fuerzas
guardacosteras y el mismo Departamento de Estado, que ha aprobado esta
agresión para el 9 de diciembre, enviaría una contundente advertencia
al gobierno de la Isla donde afirmaría que tal hecho constituye una
amenaza para su seguridad nacional y no la toleraría.
Este
es otro ejemplo del doble rasero vigente en esta administración
norteamericana cuando se trata de sus terroristas de origen cubano, en
este año preelectoral, que busca dinero y votos de cara a las elecciones
de noviembre próximo.
5 de diciembre de 2011