AP – En un parque industrial cuya ubicación no se puede
revelar, analistas de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) que se
autodenominan jocosamente los “bibliotecarios ninja” revisan una gran
cantidad de información que la gente publica sobre sí en el exterior,
rastreando de todo, desde la opinión pública hasta revoluciones.
El esfuerzo del grupo da a la Casa Blanca una instantánea diaria del
mundo con base en tuits, artículos de periódicos y actualizaciones de
Facebook.
El Centro de Fuentes Populares de la agencia a veces revisa 5
millones de tuits por día.
Los analistas también inspeccionan canales
noticiosos de televisión, estaciones locales de radio, salas de “chat”
en internet, todo aquello a lo que la gente pueda tener acceso y
contribuir.
The Associated Press obtuvo una vista al parecer sin precedente de
las operaciones del centro, incluso una gira por sus instalaciones
centrales.
La AP accedió a no revelar el lugar exacto y a resguardar la
identidad de algunos que trabajan allí porque gran parte del trabajo del
centro es secreta.
Desde árabe hasta mandarín, desde un tuit indignado hasta un blog
juicioso, los analistas recogen la información, a menudo en una lengua
autóctona.
La comparan con algún periódico local o una conversación
telefónica interceptada.
A partir de esos datos, compaginan un cuadro que llega a los mayores
niveles de la Casa Blanca.
Puede ser un atisbo en tiempo real, por
ejemplo, sobre el ánimo reinante en una región después de la operación
comando que mató a Osama bin Laden, o quizás una predicción de qué
nación en el Oriente Medio está madura para una rebelión.
Los varios centenares de analistas del centro —la cifra total es
secreta— rastrean una amplia gama de temas, incluso el acceso de los
chinos a internet y el ánimo prevaleciente entre la población de
Pakistán.
Aunque la mayoría de los analistas están en Virginia, también
trabajan desde embajadas estadounidenses en todo el mundo para ver más
de cerca a sus sujetos.