GIORGIO TRUCCI – A horas de las elecciones nacionales de
este domingo (6/11) todas las encuestas daban prácticamente por segura
la reelección de Daniel Ortega, quien podría sentarse por tercera vez
(1984-1990 y 2007-2011) en el sillón presidencial.
La candidatura de Ortega por la Alianza Unida Nicaragua Triunfa,
que encabeza el gobernante FSLN (Frente Sandinista de Liberación
Nacional), ha sido posible gracias a una controvertida decisión
judicial.
La Corte Suprema de Justicia del país decretó la
inaplicabilidad de aquellos artículos de la Constitución que prohíben la
reelección continua y por más de dos mandatos del presidente y
vicepresidente de la República.
La decisión ha sido fuertemente custionada por los partidos y
grupos de la sociedad civil opositores al gobierno sandinista.
Según
ellos, la candidatura de Ortega sería ilegal e ilegítima, y las
autoridades judiciales y electorales estarían sumetidas al poder
Ejecutivo.
“Llamamos al voto masivo en
rechazo a quien violenta la ley, a la impunidad, a la corrupción y a la
falta de acceso a la justicia.
Sólo de esa manera podemos asegurar que
eso no derive en una situación de más exclusión, confrontación y
dictadura”, dijo a Opera Mundi, Azahálea Solís, del CDC (Centro de
Derechos Constitucionales) de Nicaragua.
Pese a los reclamos, las últimas
encuestas indican que el ex guerrillero sandinista, hoy portador de
mensajes de amor, paz y reconciliación, frecuentemente mezclados con
citas bíblicas, tendría hasta el 58,3 por ciento de las intenciones de
voto.
La ventaja sobre el candidato en segundo lugar, el octuagenario
empresario radial Fabio Gadea Mantilla (Alianza PLI), supera los 40
puntos porcentuales.
Más distante aún el ex presidente Arnoldo Alemán
(Alianza GANA).Además, la Alianza Unida Nicaragua Triunfa estaría a
punto de lograr la mayoría absoluta de diputados, lo cual le daría por
primera vez al gobierno el apoyo legislativo necesario para impulsar sus
programas.
Este domingo, cerca de 3.4 millones de nicaragüenses serán
llamados a las urnas para elegir al presidente y vicepresidente de la
República, así como a 90 diputados de la Asamblea Nacional y 20 del
Parlacen (Parlamento Centroamericano).
La Ley electoral nicaragüense establece que gana en primera vuelta el
candidato que logre el 40 por ciento de los votos, o en su defecto, el
35 por ciento con una diferencia de por lo menos 5 puntos sobre su más
cercano rival.
Apoyo del Alba
Según varios analistas, la posibilidad de que Ortega gane por amplia
mayoría se debe principalmente al proyecto político-social impulsado por
el gobierno sandinista en los últimos años, facilitado por la gran
disponibilidad de recursos económicos provenientes del Alba (Alternativa
Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América), especialmente de
Venezuela.
“La situación de revolución regional encabezada por los países del
Alba empalma con el proyecto del gobierno sandinista.
Lo mejora, lo
potencia y lo hace comprensible y asimilable a un pueblo que ya no tiene
temor, y que siente que sus derechos están siendo restituidos y
reconquistados”, afirmó el historiador y analista político, Aldo Díaz
Lacayo.
De acuerdo con datos de la Funides (Fundación Nicaragüense para el
Desarrollo Económico y Social), Nicaragua comprará este año petróleo a
Venezuela por un valor estimado de 900 millones de dólares.
“De esa
cantidad, la mitad se paga en efectivo en 90 días, y el resto queda al
gobierno para usarlo en financiamiento productivo”, explicó Emilio
Rappaccioli, ministro de Energía y Minas.
Fuentes oficiales calcúlan en aproximadamente 1.600 millones de
dólares los fondos de la cooperación venezolana que han llegado al país
durante los últimos cuatro años, y que fueron administrados directamente
por el Ejecutivo para implementar sus programas.
Esa decisión ha sido fuertemente criticada por la oposición, que ha
denunciado un supuesto uso impropio de estos recursos para la
adquisición de medios de comunicación y la propia campaña electoral,
entre otros. ¿Asistencialismo o restitución de derechos?
La implementación de programas destinados a garantizar la seguridad
alimentaria y el crédito a la población, sobre todo a las mujeres, y a
pequeño y medianos productores, así como el acceso a los servicios
básicos, a la salud, educación y a la vivienda, parece haber calado
entre los y las nicaragüenses.
“El presidente Ortega ha demostrado que se conquistan votos haciendo
un buen gobierno.
El pueblo está premiando a quien siente que le
resuelve los problemas, y usa el poder en función de las personas y no
de las cosas materiales o del dinero, como era en el pasado”, afirmó a
medios nacionales el director de Radio La Primerísima, William Grigsby.
Por el contrario, para la oposición, que nuevamente se presenta a la
cita electoral fragmentada en varias opciones de voto, estos programas
serían parte de una política asistencialista “que no resuelve la
problemática estructural de falta de desarrollo que hay en el pais”,
aseguró la también defensora de los derechos de las mujeres, Azahálea
Solís.
“No se están dando como derechos, sino como concesiones graciosas del
poder. Todo esto le está haciendo un gran daño a la institucionalidad
de Nicaragua”, afirmó.
Sin embargo, y pese a la polarización que aún persiste en el país,
todo hace indicar que las repetidas denuncias vertidas contra las
iniciativas del gobierno y la alarma ante una posible deriva hacia una
“dictadura institucional, no han logrado disminuir la percepción
positiva que la mayoría de los votantes tiene del gobierno sandinista.
De acuerdo con la encuesta de M&R Consultores, en 2006 un 42 por
ciento de los encuestados decía que nunca votaría por Daniel Ortega.
Ahora, ese porcentaje se redujo hasta un 11 por ciento.
Ese mismo año,
un 71 por ciento decía que el rumbo del país iba por el camino
equivocado.
En 2011, el 63 por ciento se declara satisfecho.
“Después de 16 años de gobiernos neoliberales (1990-2006), Nicaragua
tuvo que comenzar de cero.
La voluntad política del gobierno y la
solidaridad del Alba han permitido comenzar a remontar un saldo que era
muy negativo.
Ahora se trata de continuar y ampliar lo que se está
haciendo”, afirmó Díaz Lacayo.
Fuente Original: Opera Mundi (portugués)