Nicaragua: “Oenegé” de Javier Meléndez Quiñónez facturó C$88 millones anuales

El bloqueo de Cuba: crimen y fracaso

El imperio no duerme: Tiene USAID y fundamedios

https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjkXg_MGUuPaVjlasFlh8U_tKlPzpR3woobb_1KIsEWN8YEuN6ps3I286WnH7MEP6bye45p5xBXo-qlY20Wl2T-BrWWkWUwKQ_oh3YIYDPiJ-HDFpsk8eCiqKtQPFItsPkWvc-GhqB7Dfw/s288/99530_US_InjerenciaAmLat.jpg Confieso que me parecía una exageración.

Los antiguos camaradas (de esos que si estudiaban y si sabían lo que era marxismo) tenían por costumbre encasillar a todos los que se oponían o por lo menos eran críticos de sus posiciones megalómanas (excluyentes, dueños de la verdad) como “agentes de la CIA” Y ya. 

Con ese sambenito descalificaban a todos los que se atrevían a contradecirles o que no observaban sus decires, que se parecían más a un catecismo que a un razonamiento.

Y recuerdo (esto de llegar a viejo y de recordar hechos y personajes) que en los años 60 del siglo 20 se dio la dictadura militar retardataria, que la presidió el contralmirante Ramón Castro Jijón (que en paz descanse; lo dudo, pero lo deseo) Como parte de ese régimen, era el “ideólogo” (o por lo menos, eso parecía, por aquello de que en el país de los ciegos, el tuerto es el rey) el general Marcos Gándara Enríquez. 
 
Ante las acusaciones de que esa dictadura estaba al servicio incondicional del gran imperio (Estados Unidos) pues se declaró “agente de la CIA” pero de esos gratuitos, que no recibía salario alguno y que lo hacía por convicción ideológica, por ser un anticomunista profesional.

A estas alturas de la vida, estoy seguro que así como hay agentes de la CIA pagados (y bien pagados) hay otros, que, sin serlo, hacen lo posible por serlo. Por supuesto, es muy difícil probar que una persona es agente de la CIA (en Estados Unidos puede ir a la cárcel un denunciante de alguien que “trabaja” para la CIA) y como tengo nada de “investigador” de intereses ajenos, pues con esa aclaración paso a lo que verdaderamente me interesa. Hablar de gentes que no sé si sean o solo parezcan que trabajan para grandes o conocidos organismos de inteligencia mundial, continental o nacional.

Dicen la Eva Golinger y el periodista Roman Migus, en su libro “La Telaraña Imperial” (edición 2008 - Centro Internacional Miranda de Caracas) que el gran imperio no descansa en agredir, de mil maneras, al gobierno de Hugo Chávez Frías y su socialismo siglo 21.
 
Eva Golinger es una abogada-periodista norteamericana y venezolana (a la vez) que se ha dedicado a este tipo de investigación. Román Migus es un periodista francés radicado desde el 2004 en Caracas. 
 
Y la fundación Centro de Estudios Estratégicos (CESE) es un organismo que se dedica a “descubrir, analizar y divulgar información sobre las estrategias y amenazas de ingerencia y subversión en América Latina”.

Ecuador está en la lista de gobiernos anti-imperialistas, aunque muchos camaradas (viejos y nuevos) no lo crean. Y, por supuesto, se mueven en su interior y exterior, fichas que tratan de desprestigiarlo cuando no de botarlo (30-S) No se puede decir que todos están pagados por el gran imperio para defenestrarlo o por lo menos molestarlo; pero que los hay, los hay. 
 
Figura, en primer lugar, la ya vieja USAID, un organismo que fue ideado por John F. Kennedy (el mismísimo que fue asesinado en 1973) para apoyar a los pueblos de América Latina y sacarlos, de su subdesarrollo.
 
En estos tiempos, es usado como pantalla de muchas organizaciones “sociales” que están cumpliendo su papel, en nuestros países. Y dicen los investigadores citados, que una de sus pantallas actuales se identifica con las siglas de NED (Fundación para la Democracia, en castellano) que hace los trabajos que hacía antes la CIA. 
 
Y que dispone de muchos recursos para ello. Por supuesto, solo contra Cuba revolucionaria, se gastan (del presupuesto USA) algunos millones de dólares, inútilmente, porque esa revolución sigue viva y en proceso de rectificación. Y Evo tuvo que botarles de Bolivia, porque conspiraban en su contra. 
 
Y Fundamedios apareció de pronto y ahora denuncia su personero (César Ricaurte) que quieren atacarlo, aunque desprecia la “guardia de corp” que se ha decidido para protegerlo, por si acaso.

Quiero dejar constancia de que tengo nada contra el señor Ricaurte, a quien ni siquiera conozco. Pero, ¿no es sospechoso que aparezca este membrete precisamente contra el actual gobierno, junto a sus adversarios políticos más enconados? Para comenzar, digo y repito que la tal Fundamedios, por lo menos a mí (y a un numeroso grupo de periodistas) no nos representa. 
 
No sabemos quién lo eligió, quién le paga, quién le sostiene, quién le dice qué hacer o no hacer, etc. Además, el único dato cierto que tenemos es que en el 2008 recibió de la USAID (o de la NED) 42.500 dólares para sus operaciones. Si ha seguido recibiendo, en los últimos 3 años, el presupuesto debe ser mayor.
 
¿Explica eso los constantes viajes a Estados Unidos, especialmente la última, ante la Comisión de Derechos Humanos de la OEA (CIDH)? Tal vez. ¿Le pagan por su trabajo o es un supernumerario tipo general Gándara? Si es una fundación, ¿es una fundación especial, especialísima, que puede hacer lo que le da la gana o debe sujetarse a disposiciones legales que están escritas para otras ONGs?

Fundamedios, dígase lo que se diga (sea lo que sea) ocupa desde hace rato lugar privilegiado en la gran prensa ecuatoriana. ¿Lo mismo en la gran prensa internacional? Y se ubica en primeros planos junto a los que se oponen rabiosamente al “autócrata” y candidato a “neo fascista” Rafael Correa.
 
¿No es esa afirmación una contradicción con el gran imperio o es una consigna? Fundamedios, además, cumple un papel específico: tiene que llevarle las cuentas (ya van más de 300) de los “ataques” de Correa contra la gran prensa sipiana de Ecuador, por lo que ha sido calificado de “alto riesgo” para la sagrada libertad de expresión (de ellos). ¿No es eso intervenir descaradamente en la política ecuatoriana?

Que la agrupación de dueños de periódicos (AEDEP) salga en defensa de uno de sus socios más conspicuos (El Universo de Guayaquil) se explica, aunque el pasado reciente de quien ahora es su Presidente (Diego Cornejo-Diario Hoy de Quito) nos lleva a conclusiones apresuradas y, sobre todo, equivocadas. Pero, ¿qué tiene que hacer Fundamedios en este embrollo? A no ser que esta fundación esté en Ecuador, cumpliendo otras funciones. 
 
Y no nos quieren decir, cuáles. O no pueden. ¿Quién paga esos viajes a Estados Unidos, a quejarse, como plañideras de velorio, ante la señora Ashton y la señora o señorita Catalina Botero? ¿Quién mismo le invitó al señor Gustavo Lemos a la queja de Washington? Es hasta chistoso que a este “pobre señor” todos ahora le repudian y le reconocen que fue un funcionario tenebroso del gobierno del Ing. León Febres Cordero (1984-1988) declarado como el más violento de los últimos 50 años Y conste que la Comisión de la Verdad declaró a ese gobierno como el más violento de los últimos tiempos.

Por último, dice el refranero popular, que “no hay mal que por bien no venga” La cerrada oposición que, desde todos los lados, nacionales y universales, se ejecuta contra el proyecto de ley de comunicación, ha servido como carta de identificación de quién es quién en el tablero político-ideológico del país.
 
Lo malo es que la gran comunicación comercial ha logrado confundir a un sector de la población, con la repetición de mentiras. Una de ellas, que es un proyecto de ley de medios, no de comunicación.
 
Dos, que los dueños de medios de comunicación (en especial impresos) están más allá del bien y del mal; que nadie puede enjuiciarles, peor, mucho peor, pedirles cuentas. Tres, que hay un afán de restarles un supuesto derecho exclusivo a la libertad de expresión que ellos mismos se han dado. Cuatro, que cualquier ley es contra ellos y contra la libertad de expresión. 
 
Y así podríamos continuar ad infinitun.

El lado bueno, es que este mal (que ya no es de todos los ecuatorianos y de muchísimos latinoamericanos) ha permitido la identificación ideológica y política de quienes se creían herederos únicos y exclusivos del viejo marxismo. Y como tales, los únicos que podían etiquetarse de revolucionarios y de guardianes del derecho universal de la libertad de expresión.

Me refiero a la cúpula de la antigua CONAIE (Confederación de Nacionalidades Indígenas) que, por los años 90 del siglo pasado, apareció, con voz propia y respetable, en el escenario político nacional. Y que se identificaba con la izquierda ecuatoriana. 
 
Aquello ha quedado en el pasado y son pocos los dirigentes que aún se identifican con esa tendencia. La mayor parte pretende cubrirse de “equivocaciones” recientes haciéndose pasar como “promotores populares” que son perseguidos por el gobierno. 
 
Esto para justificar su apego último a los sectores más retardatarios de la derecha ecuatoriana, como es la Junta Cívica (pelucones) de Guayaquil. Con ellos vale recordar una vieja sentencia bíblica: “quien con lobos se acuesta a aullar aprende”.

Y no solo es la vieja dirigencia de la CONAIE. Es también otro grupo político que se auto calificaba de heredero y defensor del marxismo-leninismo. Me refiero al Movimiento Popular Democrático (MPD) En lo personal, después de haberlos visto y constatado lo que hicieron, durante décadas, en la Universidad Central del Ecuador (la otrora principal y más grande universidad del país) comprendí su real alcance.
 
Pero, ahora, no solamente que sus bases (tira piedras) han desaparecido sino que sus dirigentes (pocos) exhiben su calidad de asambleístas, no tienen escrúpulo alguno en aparecer defendiendo posiciones de la extrema derecha. ¿Será que uno está equivocado o ellos?

Lo cierto es que el imperio no se duerme. Se vale de sus agentes (pagados o de buena voluntad) para tratar de contener y desvirtuar esa corriente continental que circula por nuestras tierras y que nos habla de una segunda independencia o de un socialismo siglo 21.Por algo será que el imperio (a través de la NED o de la USAID) se opone brutalmente a todo cambio, por más epidérmico que sea. 
 
Solo los ingenuos (o los de mala fe) pueden confundirse. Por algo (y mucho más) el gran imperio y los imperitos (la OTAN, que ahora ha encontrado qué hacer) acometieron, ocuparon y asesinaron a Kadafi; y se disponen -previa la campaña política correspondiente- a invadir y ocupar Siria; y más adelante Irán.

Pregunto: ¿por qué solo ellos tienen derecho a tener bombas atómicas? ¿Acaso Israel (medio oriente) no tiene bombas atómicas provistas por el gran imperio? Y todo esto para el supuesto de que Irán se encamine a desarrollar ojivas nucleares. Lo universal sería que TODOS destruyan los arsenales que tienen. Solo así, se garantizará a la humanidad que puede dormir tranquila.

A pesar de que hay mucho qué hacer. En especial, en el marco del clima universal, que también nos acosa. Y les acosa a ellos.

http://www.argenpress.info/2011/11/el-imperio-no-duerme-tiene-usaid-y.html

Related Posts

Subscribe Our Newsletter