Los antiguos camaradas (de esos
que si estudiaban y si sabían lo que era marxismo) tenían por costumbre
encasillar a todos los que se oponían o por lo menos eran críticos de
sus posiciones megalómanas (excluyentes, dueños de la verdad) como
“agentes de la CIA” Y ya.
Con ese sambenito descalificaban a todos los
que se atrevían a contradecirles o que no observaban sus decires, que se
parecían más a un catecismo que a un razonamiento.
Y
recuerdo (esto de llegar a viejo y de recordar hechos y personajes) que
en los años 60 del siglo 20 se dio la dictadura militar retardataria,
que la presidió el contralmirante Ramón Castro Jijón (que en paz
descanse; lo dudo, pero lo deseo) Como parte de ese régimen, era el
“ideólogo” (o por lo menos, eso parecía, por aquello de que en el país
de los ciegos, el tuerto es el rey) el general Marcos Gándara Enríquez.
Ante las acusaciones de que esa dictadura estaba al servicio
incondicional del gran imperio (Estados Unidos) pues se declaró “agente
de la CIA” pero de esos gratuitos, que no recibía salario alguno y que
lo hacía por convicción ideológica, por ser un anticomunista
profesional.
A estas alturas de la vida, estoy
seguro que así como hay agentes de la CIA pagados (y bien pagados) hay
otros, que, sin serlo, hacen lo posible por serlo. Por supuesto, es muy
difícil probar que una persona es agente de la CIA (en Estados Unidos
puede ir a la cárcel un denunciante de alguien que “trabaja” para la
CIA) y como tengo nada de “investigador” de intereses ajenos, pues con
esa aclaración paso a lo que verdaderamente me interesa. Hablar de
gentes que no sé si sean o solo parezcan que trabajan para grandes o
conocidos organismos de inteligencia mundial, continental o nacional.
Dicen
la Eva Golinger y el periodista Roman Migus, en su libro “La Telaraña
Imperial” (edición 2008 - Centro Internacional Miranda de Caracas) que
el gran imperio no descansa en agredir, de mil maneras, al gobierno de
Hugo Chávez Frías y su socialismo siglo 21.
Eva Golinger es una
abogada-periodista norteamericana y venezolana (a la vez) que se ha
dedicado a este tipo de investigación. Román Migus es un periodista
francés radicado desde el 2004 en Caracas.
Y la fundación Centro de
Estudios Estratégicos (CESE) es un organismo que se dedica a “descubrir,
analizar y divulgar información sobre las estrategias y amenazas de
ingerencia y subversión en América Latina”.
Ecuador
está en la lista de gobiernos anti-imperialistas, aunque muchos
camaradas (viejos y nuevos) no lo crean. Y, por supuesto, se mueven en
su interior y exterior, fichas que tratan de desprestigiarlo cuando no
de botarlo (30-S) No se puede decir que todos están pagados por el gran
imperio para defenestrarlo o por lo menos molestarlo; pero que los hay,
los hay.
Figura, en primer lugar, la ya vieja USAID, un organismo que
fue ideado por John F. Kennedy (el mismísimo que fue asesinado en 1973)
para apoyar a los pueblos de América Latina y sacarlos, de su
subdesarrollo.
En estos tiempos, es usado como pantalla de muchas
organizaciones “sociales” que están cumpliendo su papel, en nuestros
países. Y dicen los investigadores citados, que una de sus pantallas
actuales se identifica con las siglas de NED (Fundación para la
Democracia, en castellano) que hace los trabajos que hacía antes la CIA.
Y que dispone de muchos recursos para ello. Por supuesto, solo contra
Cuba revolucionaria, se gastan (del presupuesto USA) algunos millones de
dólares, inútilmente, porque esa revolución sigue viva y en proceso de
rectificación. Y Evo tuvo que botarles de Bolivia, porque conspiraban en
su contra.
Y Fundamedios apareció de pronto y ahora denuncia su
personero (César Ricaurte) que quieren atacarlo, aunque desprecia la
“guardia de corp” que se ha decidido para protegerlo, por si acaso.
Quiero
dejar constancia de que tengo nada contra el señor Ricaurte, a quien ni
siquiera conozco. Pero, ¿no es sospechoso que aparezca este membrete
precisamente contra el actual gobierno, junto a sus adversarios
políticos más enconados? Para comenzar, digo y repito que la tal
Fundamedios, por lo menos a mí (y a un numeroso grupo de periodistas) no
nos representa.
No sabemos quién lo eligió, quién le paga, quién le
sostiene, quién le dice qué hacer o no hacer, etc. Además, el único dato
cierto que tenemos es que en el 2008 recibió de la USAID (o de la NED)
42.500 dólares para sus operaciones. Si ha seguido recibiendo, en los
últimos 3 años, el presupuesto debe ser mayor.
¿Explica eso los
constantes viajes a Estados Unidos, especialmente la última, ante la
Comisión de Derechos Humanos de la OEA (CIDH)? Tal vez. ¿Le pagan por su
trabajo o es un supernumerario tipo general Gándara? Si es una
fundación, ¿es una fundación especial, especialísima, que puede hacer lo
que le da la gana o debe sujetarse a disposiciones legales que están
escritas para otras ONGs?
Fundamedios, dígase
lo que se diga (sea lo que sea) ocupa desde hace rato lugar privilegiado
en la gran prensa ecuatoriana. ¿Lo mismo en la gran prensa
internacional? Y se ubica en primeros planos junto a los que se oponen
rabiosamente al “autócrata” y candidato a “neo fascista” Rafael Correa.
¿No es esa afirmación una contradicción con el gran imperio o es una
consigna? Fundamedios, además, cumple un papel específico: tiene que
llevarle las cuentas (ya van más de 300) de los “ataques” de Correa
contra la gran prensa sipiana de Ecuador, por lo que ha sido calificado
de “alto riesgo” para la sagrada libertad de expresión (de ellos). ¿No
es eso intervenir descaradamente en la política ecuatoriana?
Que
la agrupación de dueños de periódicos (AEDEP) salga en defensa de uno
de sus socios más conspicuos (El Universo de Guayaquil) se explica,
aunque el pasado reciente de quien ahora es su Presidente (Diego
Cornejo-Diario Hoy de Quito) nos lleva a conclusiones apresuradas y,
sobre todo, equivocadas. Pero, ¿qué tiene que hacer Fundamedios en este
embrollo? A no ser que esta fundación esté en Ecuador, cumpliendo otras
funciones.
Y no nos quieren decir, cuáles. O no pueden. ¿Quién paga esos
viajes a Estados Unidos, a quejarse, como plañideras de velorio, ante
la señora Ashton y la señora o señorita Catalina Botero? ¿Quién mismo le
invitó al señor Gustavo Lemos a la queja de Washington? Es hasta
chistoso que a este “pobre señor” todos ahora le repudian y le reconocen
que fue un funcionario tenebroso del gobierno del Ing. León Febres
Cordero (1984-1988) declarado como el más violento de los últimos 50
años Y conste que la Comisión de la Verdad declaró a ese gobierno como
el más violento de los últimos tiempos.
Por
último, dice el refranero popular, que “no hay mal que por bien no
venga” La cerrada oposición que, desde todos los lados, nacionales y
universales, se ejecuta contra el proyecto de ley de comunicación, ha
servido como carta de identificación de quién es quién en el tablero
político-ideológico del país.
Lo malo es que la gran comunicación
comercial ha logrado confundir a un sector de la población, con la
repetición de mentiras. Una de ellas, que es un proyecto de ley de
medios, no de comunicación.
Dos, que los dueños de medios de
comunicación (en especial impresos) están más allá del bien y del mal;
que nadie puede enjuiciarles, peor, mucho peor, pedirles cuentas. Tres,
que hay un afán de restarles un supuesto derecho exclusivo a la libertad
de expresión que ellos mismos se han dado. Cuatro, que cualquier ley es
contra ellos y contra la libertad de expresión.
Y así podríamos
continuar ad infinitun.
El lado bueno, es que
este mal (que ya no es de todos los ecuatorianos y de muchísimos
latinoamericanos) ha permitido la identificación ideológica y política
de quienes se creían herederos únicos y exclusivos del viejo marxismo. Y
como tales, los únicos que podían etiquetarse de revolucionarios y de
guardianes del derecho universal de la libertad de expresión.
Me
refiero a la cúpula de la antigua CONAIE (Confederación de
Nacionalidades Indígenas) que, por los años 90 del siglo pasado,
apareció, con voz propia y respetable, en el escenario político
nacional. Y que se identificaba con la izquierda ecuatoriana.
Aquello ha
quedado en el pasado y son pocos los dirigentes que aún se identifican
con esa tendencia. La mayor parte pretende cubrirse de “equivocaciones”
recientes haciéndose pasar como “promotores populares” que son
perseguidos por el gobierno.
Esto para justificar su apego último a los
sectores más retardatarios de la derecha ecuatoriana, como es la Junta
Cívica (pelucones) de Guayaquil. Con ellos vale recordar una vieja
sentencia bíblica: “quien con lobos se acuesta a aullar aprende”.
Y
no solo es la vieja dirigencia de la CONAIE. Es también otro grupo
político que se auto calificaba de heredero y defensor del
marxismo-leninismo. Me refiero al Movimiento Popular Democrático (MPD)
En lo personal, después de haberlos visto y constatado lo que hicieron,
durante décadas, en la Universidad Central del Ecuador (la otrora
principal y más grande universidad del país) comprendí su real alcance.
Pero, ahora, no solamente que sus bases (tira piedras) han desaparecido
sino que sus dirigentes (pocos) exhiben su calidad de asambleístas, no
tienen escrúpulo alguno en aparecer defendiendo posiciones de la extrema
derecha. ¿Será que uno está equivocado o ellos?
Lo
cierto es que el imperio no se duerme. Se vale de sus agentes (pagados o
de buena voluntad) para tratar de contener y desvirtuar esa corriente
continental que circula por nuestras tierras y que nos habla de una
segunda independencia o de un socialismo siglo 21.Por algo será que el
imperio (a través de la NED o de la USAID) se opone brutalmente a todo
cambio, por más epidérmico que sea.
Solo los ingenuos (o los de mala fe)
pueden confundirse. Por algo (y mucho más) el gran imperio y los
imperitos (la OTAN, que ahora ha encontrado qué hacer) acometieron,
ocuparon y asesinaron a Kadafi; y se disponen -previa la campaña
política correspondiente- a invadir y ocupar Siria; y más adelante Irán.
A pesar de que hay mucho qué hacer. En especial, en
el marco del clima universal, que también nos acosa. Y les acosa a
ellos.
http://www.argenpress.info/2011/11/el-imperio-no-duerme-tiene-usaid-y.html