Un proyecto de ley prevé
hacer desaparecer de internet aquellas páginas acusadas de contener
material que infrinja la propiedad intelectual de la industria cultural
estadounidense.
La norma, apoyada desde Holly-wood, ha soliviantado a
todo Silicon Valley.
El Comité Judicial de
la Cámara de Representantes de EEUU celebró ayer una audiencia previa
para escuchar argumentos a favor y en contra de la Stop Online Piracy
Act (SOPA).
El proyecto de ley, apoyado por una veintena de congresistas
y senadores tanto demócratas como republicanos, establece un mecanismo
por el que el fiscal general podrá exigir un mandamiento judicial para
bloquear aquellas páginas extranjeras que "roban y venden innovaciones y
productos americanos", dice en el texto.
La norma, apoyada por Hollywood, ha soliviantado a todo Silicon Valley
Para
conseguirlo, las autoridades podrán ordenar a los buscadores que
bloqueen las páginas denunciadas por albergar música, películas, libros e
incluso falsificaciones de medicinas o marcas de EEUU.
El objetivo es
que los ciudadanos de aquel país no puedan visitarlas.
También
incluye instrucciones para obligar a las empresas estadounidenses que
alojen web acusadas a retirarlas de sus servidores.
Además dará
cobertura legal para pedir a las empresas de pagos por internet o con
tarjetas que impidan transacciones hacia estos sitios.
Si todo esto no
funciona, el fiscal general podrá exigir el bloqueo a nivel de Sistema
de Nombres de Dominio (DNS).
Se trata del mecanismo que traduce los
nombres de las páginas (www.publico.es, por ejemplo) a direcciones IP
que entienden las máquinas (178.249.14.9 en este caso). El servidor raíz
de DNS se encuentra en EEUU.
"Como Estados Unidos produce la
mayoría de la propiedad intelectual, nuestro país es el que tiene más
que perder si no somos capaces de resolver el problema de estos sitios
web sin escrúpulos", aseguró el presidente del Comité Judicial e
impulsor del proyecto, Lamar Smith, horas antes de que se iniciara la
audiencia.
En ella participaron representantes de la Biblioteca del
Congreso, de la farmacéutica Pfizer, de la asociación de las
cinematográficas (MPAA), de MasterCard y la poderosa AFL-CIO, el
principal sindicato estadounidense. Todos se mostraron a favor de la
ley.
Otras organizaciones denuncian que la ley traería el caos a la red
Persecución en cadena
Para
Michael O'Leary, vicepresidente de la MPAA, "la Stop Online Piracy Act
reconoce que para detener efectivamente el robo online, cada miembro del
ecosistema de internet tiene que jugar un papel, incluidos los
propietarios de los derechos que crearon el contenido, los proveedores
de servicios de internet y motores de búsqueda que conectan a los
consumidores con los sitios deshonestos y las redes de publicidad y los
procesadores de pagos que dan soporte financiero a estos sitios".
O'Leary
rechazó las críticas de aquellos que han venido sosteniendo que la SOPA
romperá internet. "Además, es absurdo sugerir que la promulgación de
leyes para ir contra páginas fraudulentas vaya a dar amparo a los
regímenes represivos que desean censurar las actividades políticas",
añadió al referirse a los temores de que se vea afectada la libertad de
expresión.
El único que discrepó en la audiencia fue Google. Su
consejera Katherine Oyama reconoció la importancia de combatir la
piratería, pero no por ese camino. "SOPA socavaría la estructura
jurídica, comercial y cultural que ha impulsado el extraordinario
crecimiento del comercio en internet en la última década", aseguró en su
testimonio ante los legisladores.
"Al mismo tiempo, la ley impone
nuevas y confusas obligaciones a los proveedores de servicios de
internet para adoptar las medidas técnicamente factibles y razonables
para bloquear el acceso a los sitios y eliminarlos de los resultados de
búsqueda, convirtiendo a los proveedores en censores de facto", añadió.
De ser aprobada tal cual está redactada, las empresas de internet serían
responsables de lo que hacen otros.
Es esa nueva responsabilidad
lo que hizo que Google, Twitter, Facebook, AOL y eBay, entre otros,
firmaran una carta conjunta a los congresistas mostrando su rechazo a la
nueva ley.
Otras organizaciones lanzaron la iniciativa American Censorship Day: Nov 16, 2011 para
denunciar una medida que "traería el caos a internet".
Uno de sus
impulsores es Wikimedia, responsable de la Wikipedia.
El portavoz de la
Fundación Wikimedia escribió ayer:
"Nuestros usuarios y todos nuestros proyectos se verían obligados a
operar en un entorno legislativo insostenible, poniendo la Wikipedia al
servicio de los propietarios de los derechos en lugar de la distribución
libre del conocimiento".
SOPA aún tiene que ser debatida por el pleno del Congreso de EEUU.
Y ya hay varias iniciativas reunidas en la web de American Censorship Day para presionar a los políticos estadounidenses.