

La tesis del latinoamericanismo que responde a las ideas y los
pensamientos del Libertador Simón Bolívar, cuando en 1812, desde su
Manifiesto de Cartagena, expresó la necesidad de fundar una sola Patria
latinoamericana tanto por su extensión y riqueza como por su libertad
política.
En 2010, los Jefes de Estado y
de Gobierno de 32 países de Nuestra América, reunidos en Cancún,
México, resolvieron la creación de una nueva institucionalidad
continental sin la presencia de Estados Unidos y Canadá, bajo la forma
de una Comunidad de Estados de Latinoamérica y el Caribe (CELAC).
En
la cita, se acordó realizar la fundación de este nuevo organismo
hemisférico en la ciudad de Caracas, el 5 de julio de 2011, en la
efeméride del Bicentenario de la Patria Bolivariana.
Y no es casual la
selección de esta fecha, pues fue la genialidad de Simón Bolívar quien
propuso la unidad latinoamericana para combatir y enfrentar al entonces
naciente colonialismo norteamericano, pero por la enfermedad del
Presidente Chávez fue postergada para este 2 y 3 de diciembre.
En
ese momento, los mandatarios de Venezuela, Hugo Chávez; Bolivia, Evo
Morales; Nicaragua, Daniel Ortega; y el líder histórico de la Revolución
Cubana, Fidel Castro, señalaron que fue una decisión histórica
conformar una organismo sin la injerencia norteamericana.
De
inmediato, y hasta entonces, la Casa Blanca ha dado señales de
incomodidad con esta iniciativa y ha tratado de “reformular” su política
hacia su otrora “patio trasero” con unas nada exitosas giras de Clinton
y Obama en el Continente, en el mes de junio de éste año.
Sin
lugar a dudas, la configuración de la CELAC constituye una herramienta
política para defender los intereses comunes de la región, como el
principio de la soberanía y la libre autodeterminación de los pueblos.
Para
el Departamento de Política Internacional del Partido Comunista de
Venezuela (PCV), la Organización de Estados Americanos (OEA) y la CELAC
son dos visiones opuestas de la integración.
Ambas entidades representan
dos corrientes ideologías del siglo XIX: el panamericanismo y el
latinoamericanismo.
La OEA promulga el
panamericanismo pro-imperialista en su concepto de integración.
Mientras, la recién constituida CELAC, se edifica bajo la tesis del
latinoamericanismo que responde a las ideas y los pensamientos del
Libertador Simón Bolívar, cuando en 1812, desde su Manifiesto de
Cartagena, expresó la necesidad de fundar una sola Patria
latinoamericana tanto por su extensión y riqueza como por su libertad
política.
El Congreso Anfictiónico de Panamá,
de 1826, constituyó la más expresa acción para llevar a cabo la
concepción continental latinoamericana. Bolívar buscaba la unión con el
objetivo de asegurar la independencia, la libertad, la igualdad jurídica
y la seguridad del desarrollo autónomo.
Tenía una idea clara del
peligro de las relaciones bilaterales con las potencias europeas y con
EEUU. Es allí cuando escribe su célebre frase: "Los Estados Unidos
parecen destinados por la providencia a plagar la América de miserias en
nombre de la libertad".
Todo este proceso está
muy bien explicado en el libro del camarada Pedro Ortega Díaz “El
Congreso de Panamá y la Unidad Latinoamericana”, donde deja en evidencia
que los comunistas venezolanos siempre mantuvieron una clara posición
sobre cómo debían orientarse los procesos de integración en Nuestra
América, de cara a nuestros vecinos y de espaldas a las potencias
imperialistas del Norte.
Tras el fracaso del
Congreso Anfictiónico, surgió en la última década del siglo XIX, debido a
la conveniencia de EEUU de limitar la actividad del Reino Unido en el
área comercial del continente americano, el concepto “panamericanista”
que incluía a Norteamérica.
En 1889 y 1890, se celebró en Washington la
“Primera Conferencia Internacional de Estados Americanos” o “Conferencia
Panamericana”, y desde entonces el latinoamericanismo perdió posición y
EEUU extendió el contenido de la Doctrina Monroe, formulada en 1823 por
el presidente James Monroe bajo el lema: “América para los Americanos”,
asumiendo el control de la política continental.
En
1948, surgió la OEA como brazo ejecutor de esa política imperialista en
la región. De allí la importancia histórica y definitiva para los
procesos de liberación en el continente, del nacimiento de la CELAC para
enfrentar de manera eficaz el injerencismo panamericanista.
http://www.argenpress.info/2011/11/celac-frente-al-tutelaje-imperialista.html