Después de un fuerte bombardeo de los aviones de la OTAN contra una
caravana que se alejaba de la ciudad de Sirte, se conoció la muerte del
líder libio, Muammar Gadafi.
En un primer momento se dijo incluso que
había muerto por las bombas de los países europeos que intervienen en el
conflicto interno de Libia.
Pero al final, el asesinato del hombre
fuerte de Libia, que parecía escapar de las garras de los rebeldes que
lo sacaron del poder, fue tan poco digno y brutal como aquellos de los
que era acusado por los triunfantes rebeldes.
Tras los iniciales rumores
de ayer, acerca de que había sido capturado, se dispararon en los
noticieros las versiones de que había muerto y surgió el video que lo
mostraba por un camión y en manos de una multitud asesina, sangrando
pero vivo.
Otro video posterior mostraba su cuerpo muerto en un
charco de sangre en el pavimento, aparentemente con una herida de bala
en la sien. Un alto funcionario libio dijo que se estaban llevando a
cabo pruebas de ADN para confirmar que era él.
Si Gadafi fue asesinado a
pocos importó. “Confirmamos que todos los males, además de Gadafi, se
han desvanecido de este amado país”, declaró en Trípoli el primer
ministro Mahmud Jibril, intentando poner un cierre a las incertidumbres
que rodeaban la noticia que ya se ha´bía rumoreado muchas veces antes.
“Es hora de empezar una nueva Libia, una Libia unida”, añadió Jibril.
“Un pueblo, un futuro.”
La sensación de un día de transformaciones
aumentó por la noticia de que el ministro de Defensa de Gadafi, Abu
Kakr Yunis, también había muerto, así como el hijo del dictador
Mo’tassim Gadafi. De otro hijo, Said al Ismal –en una época la cara más
visible del régimen y heredero de su padre–, también se rumoreaba que
estaba muerto, aunque algunos afirmaban que había sido capturado o
cercado.
Aunque surgieron muchos relatos que competían, por lo menos era
posible decir anoche que la cadena de hechos que llevaron a su muerte
comenzó cuando la inteligencia occidental interceptó comunicaciones que
sugerían que estaba en Sirte.
Las fuentes de Defensa dijeron ayer a The Independent
que los combatientes del CNT (Consejo Nacional de Transición) habían
puesto todas sus energías en penetrar en el baluarte después de que
fueron informados de las comunicaciones entre comandantes de los restos
de las fuerzas del régimen.
La mayoría de las versiones de los
hechos estaban de acuerdo en que Gadafi y sus partidarios intentaron
huir de la ciudad en un convoy de 80 vehículos, pero fueron impactados
por ataques aéreos de la OTAN llevados a cabo por aviones de guerra
Mirage franceses.
Pero altas fuentes militares de Estados Unidos
aseguraron ayer a la cadena de televisión NBC que el convoy en el que
viajaba Gadafi, de quince vehículos, fue atacado por un avión Predator
no tripulado, un “drone” que lanzó un misil Hellfire, y después fue
abordado por los rebeldes, que capturaron al dictador.
Gadafi
estaba en la caravana, o cerca de ella, según los militares, pero al
parecer logró salir por un tubo de drenaje cercano, donde fue capturado
por las fuerzas de Consejo Nacional de Transición, que lo encontraron
herido en ambas piernas. Cuando se acercaban, un vocero del consejo
militar de Misrata, Fathi Bashaga, dijo que el depuesto dictador
preguntó: “¿Qué quieren?”.
Aún no está claro si las heridas visibles de
Gadafi las sufrió durante el ataque aéreo o a manos de sus captores.
De
acuerdo con la emisora árabe Al Jazeera, Gadafi se encontraba escondido
en una gran tubería de hormigón. Al ser descubierto por los rebeldes
los enfrentó con una pistola. Algunas informaciones señalan que un joven
de 16 años le arrebató el revólver y lo baleó en la cabeza.
Las heridas
que le provocaron la muerte las sufrió recién cuando lo trasladaban de
Sirte a Misrata. Gadafi recibió un disparo en la cabeza y otro en el
estómago.
Al ex líder libio no lo mataron a golpes, sino que murió
cuando llegó al hospital de Misrata después de perder mucha sangre.
Pocas
horas después de su muerte, el cuerpo del ex líder libio fue trasladado
a una mezquita en la ciudad de Misrata. Esta información confirma que
Gadafi será enterrado bajo el ritual islámico. Siempre según Al Jazeera,
que se basa en reportes del gobierno de transición libio, el hijo de
Gadafi, Mutassim, fue abatido en un tiroteo.
Los funcionarios
occidentales insisten en que las misiones de la OTAN, que incluían
aviones de reconocimiento de la RAF, no eran directamente responsables
de la muerte del ex dictador. Pero la decisión de llevar a cabo ataques
aéreos sobre las fuerzas leales huyendo era el resultado de un cambio de
política de la OTAN en respuesta a las comunicaciones interceptadas.
Previamente,
las fuerzas occidentales habían evitado tales ataques porque esos
blancos no representaban una amenaza inmediata.
Según algunas fuentes
del CNT, fueron algunos guardaespaldas de Gadafi, acorralados y
amenazados con ser ejecutados, los que revelaron su paradero.
En
Bruselas, la OTAN insinuó que la muerte de Gadafi podría ser una señal
del comienzo de una reducción de la operación militar internacional
sobre los cielos de Libia. Un funcionario sugirió que una “retirada” de
las operaciones podría comenzar las próximas semanas.
El funcionario
dijo: “Los hechos de hoy inducirán a la cadena de comandos del ejército a
hacer una nueva evaluación. Si la decisión es terminar las operaciones,
se hará en forma gradual. Las operaciones militares muy rara vez
finalizan.
Uno se toma tiempo para estar absolutamente seguro de que el
fuego se extinguió”. Al ser cuestionado sobre el rol que tendrán, ahora
que Gadafi ha muerto, las fuerzas británicas en Libia, un vocero del
Ministerio de Defensa dijo: “Tenemos que dejar que el polvo se asiente y
ver qué pasa con el resto de los leales a Gadafi. Nuestra parte en las
operaciones de la OTAN continuará hasta que no sean más necesarias”.
Los
espasmos finales de violencia en Sirte fueron transmitidos a una
aturdida nación y a los televidentes de todo el mundo. El video de un
celular fue pasado en los canales de noticias de todo el globo,
aparentemente tomado por un combatiente rebelde, mostrando el cadáver
sangrante y desnudo de Gadafi tirado en una sábana.
Tenía 69 años y
había gobernado durante 42. Muchos en Libia están asombrados de que
Sirte fuera su último escondite y hace mucho que sospechaban que, o bien
había huido del país o que estaba escondido en remotas regiones del
desierto en el sur, cerca de las fronteras con Argelia y Níger.
Mientras
la euforia explotaba en las calles de Trípoli y otras ciudades libias,
el primer ministro británico, David Cameron, dijo que era un día para
recordar a todas las víctimas de Gadafi, en referencia al pueblo libio y
a las víctimas del avión de Pan Am 103 que explotó en el aire.
La
desaparición de Gadafi para el futuro de Libia también significa un
espaldarazo preelectoral para el presidente estadounidense Barack Obama,
después de un verano con escasas señales de que los rebeldes se
impondrían. Hablando en la Casa Blanca, anoche, dijo que la sombra
oscura había desaparecido.
“Este es un día importante en la historia de
Libia”, dijo antes de dirigirse al pueblo del país directamente con las
palabras: “Ustedes han ganado esta revolución”.
Las noticias del
sangriento fin de Gadafi motivaron que Amnesty International pidiera una
investigación sobre la forma en que murió Gadafi.
El primer
ministro de Libia del CNT, Mahmud Jibril, dijo que los nuevos
gobernantes anunciarán mañana oficialmente el inicio de la etapa de
transición hacia un Estado democrático.
El presidente del CNT, Mustafá
Abdul Jalil, lo hará en Sirte, la ciudad natal de Gadafi. A partir de
entonces, en el transcurso de 30 días se formará un nuevo gobierno de
transición. Ocho meses después se convocará a un congreso nacional, para
sentar las bases de un nuevo comienzo.
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Celita Doyhambéhère.