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Inventando pretextos para atacar a Irán

 Mediante una campaña que podría denominarse “Unidos contra Irán”, el gobierno estadounidense ha acusado a Teherán de orquestar un complot de asesinato contra el representante saudí en Washington, una actuación que se considera forma parte de las estratagemas de EEUU para seguir adelante con su plan de satanización y aislamiento de la República Islámica de Irán.
El vicepresidente estadounidense Joe Biden declaró el miércoles en The Early Shaw: “Es absolutamente importante que unamos al mundo en el aislamiento de los iraníes. Es la vía más segura para conseguir resultados”.
Obviamente, los funcionarios de EEUU utilizarán la inventada ocasión para presionar por nuevas sanciones internacionales mientras proclaman que agentes iraníes han intentado alquilar a un supuesto miembro del cartel mexicano de la droga para asesinar al enviado saudí en suelo estadounidense.
A pesar de la impertinencia y la falsedad de la afirmación, uno no debería ignorar la influencia del poderoso lobby sionista en el nuevo plan de injurias que es, como dijo el portavoz del parlamento iraní Ali Larijani, “un juego infantil y falto de tacto”.
Para añadir más combustible a la islamofobia, la secretaria de estado de EEUU Hillary Rodham Clinton hizo un llamamiento a otros países para trabajar juntos contra lo que cada vez es una “amenaza más clara” de Irán y dijo: “Realmente, en las mentes de muchos de los diplomáticos y funcionarios del gobierno, esto cruza una línea por la que Irán tendrá que asumir responsabilidades”.
Washington siguió adelante en su frenesí y llamó a Irán “el principal estado del mundo patrocinador del terrorismo”.
Hay una serie de especulaciones bien fundadas de que la nueva medida pretende fomentar la discordia en la región para que EEUU pueda reafirmar su menguante influencia entre los países del Oriente Medio en un momento en que Irán exhibe gran cantidad de músculo político en la región. Es decir, que EEUU estará así en posición de pescar en aguas revueltas.
En esfuerzos concertados con Israel, Washington tiene una larga historia de operaciones secretas en Irán, incluyendo ciberterrorismo, sabotaje comercial y asesinatos selectivos. Un notable ejemplo de tales operaciones es un gusano informático conocido como Stuxnet, que ha machacado las instalaciones nucleares iraníes, categóricamente un intento deliberado del gobierno de EEUU para tratar de destruir lo que los científicos iraníes han cosechado durante años.
Según se informó, el gusano se estuvo probando en Israel en el tristemente célebre lugar arsenal nuclear de Dimona en un esfuerzo conjunto estadounidense-israelí (The New York Times, 15 de enero de 2011). Parece una burla porque Dimona, utilizado como campo de prueba para el gusano, alberga 300 ojivas nucleares y se mantuvo en secreto durante años hasta que Mordechai Vanunu, un ex técnico de dicha central, huyó a Gran Bretaña en 1986 y reveló el programa nuclear israelí, así como el complejo subterráneo muy secreto existente bajo las instalaciones.
Los informes dicen que Israel dispone de material para fabricar aproximadamente 20 bombas de hidrógeno y 200 bombas de fisión. Pero, después de todo, Israel, aliado servil de EEUU, no es una amenaza a pesar de sus ojivas nucleares secretas e irresponsable conducta con los palestinos.
Además de sabotear el programa nuclear en Irán, Washington se ha involucrado descaradamente en una serie de asesinatos contra los científicos nucleares iraníes. En julio de 2011, abatieron a tiros a un estudiante universitario llamado Daryoush Rezaei, de 35 años, hiriendo gravemente a su mujer que tuvo que ser apresuradamente trasladada al hospital.
En 2010, mataron en Teherán a Masud Ali Mohammadi, un científico nuclear, mediante una bomba con control remoto. El 29 de noviembre de 2010, atentaron contra otros dos científicos con bombas que estallaron en sus coches en la capital. Los asaltantes, que iban en motocicletas, habían colocado bombas magnéticas en los coches de sus víctimas. El profesor Mayid Shahriani murió en el acto, pero el Dr. Fereydun Abbasi y su esposa sufrieron heridas de menor gravedad y fueron traslados al hospital. Un informe que elaboró The Jerusalem Post citando al semanario francés Le Canard Enchainé revelaba que el Mossad había llevado a cabo los asesinatos “con la ayuda de la CIA y del MI6”.
Según fuentes de inteligencia, los asesinatos eran parte de una serie de complots conjuntos de Israel y EEUU para sabotear el programa nuclear iraní. Asimismo, un artículo publicado en el semanal en lengua portuguesa, The Expresso, revelaba que funcionarios de alto rango del Mossad se habían reunido en la sede de la agencia de espionaje situada al norte de Tel Aviv y habían decidido que la muerte de Shahriari sería la última operación secreta del Mossad bajo su actual director, Meir Magan. Sin embargo, las dos agencias de espionaje se negaron a asumir responsabilidad alguna por cualquiera de los ataques.
En el debate del candidato republicano por Iowa celebrado en agosto de 2011, Newt Gingrich no paró de escupir desvergonzados eslóganes contra la república islámica y cuando se le preguntó por la situación en Libia, inconscientemente dejó salir su rabia y empezó a clamar contra Irán, diciendo que esta nación había “proseguido su ofensiva” contra EEUU y era hora ya de hacerle frente.
Pronto se unieron a él otros halcones y ex gobernador estadounidense Tim Pawlenty se decantó malignamente por atacar al país y alabó atrevidamente las “buenas obras” del gobierno estadounidense al asesinar a los científicos iraníes y el “buen trabajo” de haber creado el virus informático Stuxnet. Así fue como se descubrió el pastel dejando claro que EEUU estaba detrás de todas esas atrocidades.
Algunos expertos creen que la posición estadounidense situará a Irán frente al odio mundial. Pero esto no va a suceder porque EEUU y su perro faldero Israel han jugado ya juegos similares frente a Irán una y otra vez.
Lo que el gobierno estadounidense le ha hecho a la nación iraní no es fácil de olvidar y el apoyo que sigue manifestando hacia Israel no es fácil de digerir.
¿No resulta insólito que Irán, que lleva tanto tiempo siendo una víctima del terror y los asesinatos estadounidenses, se convierta en el blanco de sus mezquinas acusaciones?.
Ismail Salami es un escritor y analista político iraní. Ha escrito numerosos libros y artículos sobre Oriente Medio, algunos de los cuales se han traducido a más de diez lenguas. Pueden encontrarse sus análisis en numerosas publicaciones, como Veterans Today, Media Monitors, Global Research, Opinion Maker, Palestine Chronicle, Dissident Voice, Foreign Policy Journal, Al-Ahram, Arab News, Salem News, Intifada Palestine, Iran Review, Counter Currents, Turkish Weekly Journal, Intrepid Report y Ramallah Online.

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