El secretario de Defensa
norteamericano, León Panetta, ha exigido inmunidad para los soldados de
Estados Unidos en Irak como condición necesaria para sacar a sus tropas
de este país.
Según el titular de la Defensa, cualquier acuerdo para retirar sus tropas de suelo iraquí “debe incluir inmunidad ante la justicia de ese país para los soldados”.
Washington asegura que revisará su programa de instructores militares
que entrenan a las fuerzas armadas del país árabe si no obtiene
garantías de que sus soldados no serán perseguidos por la justicia
local.
Al mismo tiempo, el presidente estadounidense declara que cerca
de 16.000 personas llegarán al país en el marco del programa de
reconstrucción.
Algunos expertos opinan que EE. UU. está tratando de imponer su
influencia en varios ámbitos de la vida de Irak, ya que no pudo
establecer un control significativo de la zona ni en varios sectores de
la industria iraquí.
Así lo cree Wilfrefdo Amr Ruiz, analista de Oriente Medio y el mundo
islámico, que considera que “la verdadera misión en Irak” de EE. UU. fue
en realidad la de “controlar no sólo los aspectos de seguridad del
país, sino controlar al país militarmente y tener una injerencia muy
significativa en su política”.
Como prueba de ello, el experto recuerda
que la embajada con más personal de todo el mundo en Irak es la
estadounidense.
“Vemos que el interés estadounidense es
tener una injerencia política, una injerencia en los asuntos de
seguridad, injerencia en lo que se vaya a disponer con las riquezas
minerales del país de una manera muy significativa.