“El
mundo se divide en tres categorías de personas: Un muy pequeño número
que produce los acontecimientos, un grupo un poco más grande que
asegura su ejecución y mira como acontecen, y por fin una amplia mayoría
que no sabe nunca lo que ha ocurrido en realidad”.
(Nicholas
Murray Butler: Presidente de la Pilgrim Society, miembro de la
Carnegie, miembro del CFR (Council on Foreign Relations))
Noam
Chomsky es, sin duda, uno de los más grandes lingüistas del siglo XX.
Pero, además, como filósofo político es uno de los críticos más agudos
del actual sistema financiero-económico-militar-político.
Los grandes
medios de comunicación de masas son parte fundamental de este sistema,
que para continuar existiendo necesita de la ignorancia y del miedo en
la mayoría de la población. La función principal de estos medios es
conformar la conciencia colectiva en interés de los grupos dominantes.
En palabras de Chomsky: ‘fabricar el consenso’:
“En
un estado totalitario no importa lo que la gente piensa, puesto que el
gobierno puede controlarla por la fuerza empleando porras.
Pero cuando
no se puede controlar a la gente por la fuerza, uno tiene que controlar
lo que la gente piensa, y el medio típico para hacerlo es mediante la
propaganda (manufactura del consenso, creación de ilusiones necesarias),
marginalizando al público en general o reduciéndolo a alguna forma de
apatía”
Para
ello, la realidad inconveniente debe ser ocultada y sustituída por la
apariencia conveniente, la mentira debe hacerse pasar por verdad. Los
grandes medios son en esencia fabricantes y transmisores de ‘mâyâ’.
Todo
ello ha llevado a Chomsky a formular las “10 estrategias de la
manipulación” a través de los medios de comunicación de masas.
Conocerlas puede ayudarnos a no ser ciegos instrumentos o destinatarios
pacientes de ellas, a pasar de ser medios o meros objetos a ser
realmente sujetos.
Puede contribuir al despertar colectivo de la
conciencia necesario para crear un mundo realmente humano, una
civilización basada en el desarrollo de la conciencia.
1.- La estrategia de la distracción.
2. -Crear problemas y después ofrecer soluciones.
3. -La estrategia de la gradualidad.
4. -La estrategia de diferir.
5.- Dirigirse al público como criaturas de poca edad.
6. -Utilizar el aspecto emocional mucho más que la reflexión.
7. -Mantener al pueblo en la ignorancia y la mediocridad.
8. -Estimular al público a ser complaciente con la mediocridad.
9. -Reforzar la auto-culpabilidad.
10.-Conocer a los individuos mejor de lo que ellos se conocen a sí mismos.
2. -Crear problemas y después ofrecer soluciones.
3. -La estrategia de la gradualidad.
4. -La estrategia de diferir.
5.- Dirigirse al público como criaturas de poca edad.
6. -Utilizar el aspecto emocional mucho más que la reflexión.
7. -Mantener al pueblo en la ignorancia y la mediocridad.
8. -Estimular al público a ser complaciente con la mediocridad.
9. -Reforzar la auto-culpabilidad.
10.-Conocer a los individuos mejor de lo que ellos se conocen a sí mismos.
A
continuación veamos en qué consisten las 10 estrategias de manera
detallada, cómo influyen a la hora de manipular las masas y en qué se
basan:
1.- La estrategia de la distracción.
El elemento primordial del control social es la estrategia de la
distracción que consiste en desviar la atención del público de los
problemas importantes y de los cambios decididos por las elites
políticas y económicas, mediante la técnica del diluvio o inundación de
continuas distracciones y de informaciones insignificantes.
La
estrategia de la distracción es igualmente indispensable para impedir al
público interesarse por los conocimientos esenciales en las áreas de la
ciencia, la economía, la psicología, la neurobiología y la cibernética.
”Mantener la atención del público distraída, lejos de los
verdaderos problemas sociales, cautivada por temas sin importancia
real…/….
Mantener al públi
co
ocupado, ocupado y ocupado, sin ningún tiempo para pensar; de vuelta a
la granja como los otros animales.” (Cita del documento ‘Armas silenciosas para guerras tranquilas’).
2.- Crear problemas y después ofrecer soluciones.
Este método también es llamado ‘problema-reacción-solución’. Se crea un
problema, una ‘situación’ prevista para causar cierta reacción en el
público, a fin de que éste sea el demandante de las medidas que se desea
hacer aceptar.
Por ejemplo: dejar que se desenvuelva o se intensifique
la violencia urbana, u organizar atentados sangrientos, a fin de que el
público sea el demandante de leyes de seguridad y políticas en perjuicio
de la libertad. O también crear una crisis económica para hacer aceptar
como un mal necesario el retroceso de los derechos sociales y el
desmantelamiento de los servicios públicos.
3.- La estrategia de la gradualidad. Para
hacer que se acepte una medida inaceptable, basta aplicarla
gradualmente, a cuentagotas, durante años consecutivos.
De esta manera
fueron impuestas durante las décadas de 1980 y 1990 condiciones
socioeconómicas radicalmente nuevas (neoliberalismo):
Estado mínimo,
privatizaciones, precariedad, flexibilidad laboral, desempleo en masa,
salarios que ya no aseguran ingresos decentes. Cambios que hubieran
provocado una revolución si hubiesen sido aplicados de una sola vez y no
de forma gradual, tal y como se ha hecho.
4.- La estrategia de diferir. Otra
manera de hacer aceptar una decisión impopular es la de presentarla
como ‘dolorosa y necesaria’, obteniendo la aceptación pública en el
momento para una aplicación futura. Es más fácil aceptar un sacrificio
futuro que un sacrificio inmediato.
En primer lugar, porque el esfuerzo
no es empleado inmediatamente. Segundo, porque el público, la masa,
tiene siempre la tendencia ingenua a esperar que ‘todo irá mejor mañana’
y que el sacrificio exigido podrá ser evitado. Esto da más tiempo al
público para acostumbrarse a la idea del cambio y de aceptarla con
resignación cuando llegue el momento.
5.- Dirigirse al público como criaturas de poca edad.
La mayoría de la publicidad dirigida al gran público utiliza discursos,
argumentos, personajes y entonaciones particularmente infantiles,
muchas veces próximos a la debilidad, como si el espectador fuese una
criatura de poca edad o un deficiente mental. Cuanto más se intenta
engañar al espectador, más se tiende a adoptar un tono infantil.
¿Por
qué?: Si uno se dirige a una persona como si tuviese 12 años o menos,
entonces, debido a la sugestionabilidad, esta tenderá, con cierta
probabilidad, a una respuesta o reacción más infantil desprovista del
sentido crítico de un adulto.
6.- Utilizar el aspecto emocional mucho más que la reflexión. Hacer
uso del aspecto emocional es una técnica clásica para causar un corto
circuito en el análisis racional y, finalmente, neutralizar el sentido
crítico de los individuos. Por otra parte, la utilización del registro
emocional permite abrir la puerta de acceso al inconsciente para
implantar o insertar ideas, deseos, miedos y temores, compulsiones, o
inducir determinados comportamientos, etc.
7.- Mantener al pueblo en la ignorancia y la mediocridad. Hacer que el público sea incapaz de comprender las tecnologías y los métodos utilizados para su control y su esclavitud.
“La calidad de la educación dada a las clases inferiores debe ser de la
peor calidad, de manera que la brecha de la ignorancia, que separa las
clases inferiores de las clases superiores, sea y permanezca
incomprensible para las clases inferiores.
Con tal discapacidad, incluso
los mejores elementos de las clases inferiores, tienen poca esperanza
de destacar sobre los demás en el estrato social que les ha sido
asignado en la vida. Esta forma de esclavitud es esencial para mantener
un cierto nivel de orden social, paz y tranquilidad para las clases
superiores dirigentes.” (Ver ‘Armas silenciosas para guerras tranquilas’).
8.- Estimular al público a ser complaciente con la mediocridad. Inducir
al público a creer que está de moda el hecho de ser estúpido, vulgar,
inculto, mal hablado, admirador de gente sin talento alguno. Despreciar
lo intelectual, exagerar el valor del culto al cuerpo y el desprecio por
el espíritu.
9.- Reforzar la auto-culpabilidad. Hacer
creer al individuo que solamente él es el culpable de su propia
desgracia, debido a la insuficiencia de su inteligencia, de sus
capacidades, o de sus esfuerzos. Así, en lugar de rebelarse contra el
sistema económico y social, el individuo se autoevalúa y se culpa a sí
mismo, lo que genera un estado depresivo, uno de cuyos efectos es la
inhibición de su acción. Y, sin acción, no habrá reacción ni revolución.
10.- Conocer a los individuos mejor de lo que estos se conocen a sí mismos. En
los últimos 50 años, los avances acelerados de la ciencia han generado
una brecha creciente entre los conocimientos del público y los
conocimientos poseídos y utilizados por las elites dominantes.
Gracias a
la biología, la neurobiología y la psicología aplicada, el ‘sistema’ ha
disfrutado de un conocimiento avanzado del ser humano, tanto de forma
física como psicológica.
El sistema ha conseguido conocer mejor al
individuo común de lo que este se conoce a sí mismo.
Esto significa que,
en la mayoría de los casos, el sistema ejerce un control y un poder
sobre los individuos mayor que el de los ind
ividuos
sobre sí mismos.
http://www.youtube.com/watch?feature=player_embedded&v=yi06lsGto0M
ARMAS DE DESINFORMACIÓN MASIVA
FABRICANDO EL CONSENSO