Bryan Fischer, portavoz de la AFA (American Family
Association), una organización ultraconservadora que tiene como objetivo
la defensa de los “valores cristianos”, se ha declarado a favor de que
homosexualidad vuelva a ser considerada delito en el futuro en Estados Unidos.
“Desde
su fundación hasta finales del siglo XX la actividad homosexual fue
considerada delito en los Estados Unidos de América.
No hay razón por la
cual no pueda volver a serlo en el futuro“, declaró el lunes Fischer.
Parece
difícil, sin embargo, que los deseos de Fischer se cumplan: las
relaciones homosexuales consentidas dejaron de ser delito en todo el
territorio de Estados Unidos en 2003, cuando su Tribunal Supremo
(sentencia Lawrence contra el estado de Texas) declaró inconstitucional su prohibición, vigente entonces de una forma u otra en 14 estados,
por 6 votos a 3.
Las leyes correspondientes quedaron de esta forma
inmediatamente invalidadas.
A pesar de ello, varios estados las
mantienen en sus textos legales.
Hace un año, por mencionar un ejemplo,nos referíamos al caso de Montana,
estado en el que la criminalización de las relaciones homosexuales ya
había sido declarada inconstitucional en 1997 por su Corte Suprema, pero
en el que el Partido Republicano local se niega a retirarla del
articulado del Código Penal aunque no se pueda aplicar.
Según Wikipedia,
la AFA cuenta con un presupuesto de 14 millones de dólares anuales y
posee 180 emisoras de radio en 28 estados del país.
Es una de las
organizaciones, por cierto, que fueron incluidas por el prestigioso
Southern Poverty Law Center (SPLC) en su lista de grupos homófobos, a la
que nos referíamos hace varios meses, por “demonizar” a las personas LGTB y difundir “información verificablemente falsa”.
El SPLC es una ONG que lleva cuatro décadas vigilando la actividad de
organizaciones extremistas cuyas acciones o declaraciones atentan
contra los derechos de las minorías.