MAPOCHO PRESS . La periodista María Elizabeth Macías Castro,
de 39 años, apareció decapitada en las primeras horas del sábado 24 en
Nuevo Laredo, ciudad fronteriza de unos 400.000 habitantes del estado
Tamaulipas, situada en la ribera sur del Río Bravo, frente a la urbe
estadounidense llamada Laredo.
Junto a sus restos había una nota, típica de la banda Z, indicando
que fue “castigada” por sus publicaciones periodísticas en Internet,
además de dos teclados de computadora, un reproductor de discos y
cables.
El cuerpo, que horrorizó a los automovilistas, permaneció largo
tiempo colgado, hasta que apareció la Policía Federal.
Macías Castro era editora-jefa del periódico local Primera Hora, de
propiedad del alcalde de Nuevo Laredo, Benjamín Galván Gómez, de 39
años, del opositor Partido Revolucionario Institucional (PRI).
El
mensaje colocado junto al cuerpo identificaba a la víctima por el
pseudónimo “La Nena de Laredo”, señalando que reportaba informes “sobre
la violencia” a través del portal “Nuevo Laredo en Vivo” y las redes
sociales.
Este atroz homicidio sería el tercero ocurrido en esa ciudad
fronteriza en venganza por publicaciones en Internet y las redes
sociales sobre cárteles del narco-crimen organizado.
El 13 de septiembre
aparecieron colgados de un puente peatonal los cuerpos de una mujer de
28 años y un hombre de 25.
El cadáver de la mujer apareció destripado y
con los pechos desnudos, colgando de pies y manos, mientras a su lado
estaba suspendido de las manos el cuerpo ensangrentado del joven, con su
hombro derecho visiblemente separado del cuerpo.
Junto a los cuerpos de
los jóvenes “twuitteros” había un letrero en cartulina con esta
terrible amenaza contra quienes usen Internet para reportar
narco-delitos:
“Esto les va a pasar a todos los relajes (twitteros) del
Internet, pónganse vergas (listos) ya los traigo en corto, Atte: Z”.
La revista Contralínea informó que en los 11 años en que gobierna
México el Partido Acción Nacional (PAN) -desde 2000-, han sido
asesinados o desaparecidos 102 periodistas en México.
Con el horrible
asesinato de María Elizabeth Macías, en los 9 meses transcurridos de
2011, han matado o desaparecido a 15 periodistas, según el recuento de
la Comisión Investigadora de Atentados a Periodistas (CIAP), de la
Federación Latinoamericana de Periodistas (FELAP).
Entre los últimos asesinatos se cuentan dos mujeres periodistas cuyos
cuerpos aparecieron a principios de septiembre en un parque de la
Ciudad de México y otra reportera en julio en el estado de Veracruz
(este).
Los ciudadanos de las localidades fronterizas a menudo publican
“twitters” bajo seudónimos para denunciar crímenes de narco-bandas,
buscando cierto grado de anonimato, mientras los medios locales se
muestran intimidados para denunciar la violencia, no sólo en la frontera
con EEUU sino en todos los estados en que operan cárteles tipo Z.
La
comunidad de periodistas vive consternada y en permanente zozobra, pero
no todos aceptan la mordaza.
Según el blog “ElBoomeran.com”, de la valerosa periodista Sanjuana
Martínez (1) “dos twiteros fueron encarcelados en Veracruz por
“perturbar el orden público”, acusados de ‘terrorismo y sabotaje’.
“El ‘delito’ del profesor Gilberto Martínez Vera y de la periodista
María de Jesús Bravo Pagola fue, según la autoridad, generar una ola de
pánico por haber difundido en Twitter y Facebook la versión de posibles
ataques del crimen organizado en escuelas.
“El tic autoritario del gobernador de Veracruz Javier Duarte [PRI] no
tiene límites.
En cuestión de días fue capaz de modificar la ley para
perseguir más cómodamente a los twitteros que fueron encarcelados sin
que existiera una tipificación del delito en cuestión.
Envió una
iniciativa de reforma a los artículos 311 y 313 del código penal de
Veracruz para incluir el delito de ‘perturbación del orden público.
El
gobernador se olvidó que en derecho existe un principio fundamental:
“Nullum crimen, nulla poena, sine praevia lege”, es decir “ningún
delito, ninguna pena sin ley previa”.
Pero Duarte se pasó por el Arco
del Triunfo la Constitución. La nueva ley fue aprobada, aunque la
jugarreta no cuajó del todo.
“Los twitteros cosecharon miles de adhesiones: desde las
organizaciones de derechos humanos, legisladores, senadores y hasta la
Iglesia. Twitter se convirtió una vez más en una herramienta contra la
opresión y la falta de libertad.
El apoyo fue mayoritario y la
movilización en Internet fue tan contundente que el gobernador déspota
dio marcha atrás. Ambos twitteros salieron en libertad, después de 27
días en prisión.
“Bien sabemos que los ímpetus de censura de algunos gobernantes no
tienen límites, pero actualmente dicho propósito es prácticamente
estéril.
Pueden comprar periodistas, operar medios de comunicación a
través de la publicidad oficial, tener opinadores a modo, amenazar o
asesinar periodistas independientes; el mensaje llegará tarde o
temprano.
“Una prueba de ello es el famoso Blog del Narco (2), convertido ya en
lectura indispensable de la guerra delirante de Felipe Calderón que ha
dejado un saldo de 60 mil muertos, 250 mil desplazados, 20 mil
desparecidos…
“Lo censurado en algunos medios de comunicación se publica sin
ambages en el Blog del Narco, incluidas las crudas imágenes de
violencia, tortura, ejecuciones, barbarie cotidiana.
Nadie sabe quien
maneja el Blog del Narco, pero la leyenda dice que detrás de esas
páginas llenas de sangre e información oportuna y casi siempre veraz,
están dos estudiantes de Monterrey.
“La información fluye, y seguirá fluyendo aunque algunos intenten detenerla”.
Ernesto Carmona*.
Referencias:
*) Ernesto Carmona, periodista y escritor chileno, secretario
ejecutivo de la Comisión Investigadora de Atentados a Periodistas
(CIAP), de la Federación Latinoamericana de Periodistas (FELAP).