En una semana donde el establishment está desesperado por reforzar la
historia oficial sobre el 11-S, un grupo de caridad apoyado por el
gobierno británico se ha propuesto incluir la misma dentro del material
de estudio para los jóvenes del Reino Unido, con el objetivo de “demoler
las teorías de conspiración” que rodean a los ataques sucedidos el 11
de Septiembre de 2001.
El lanzamiento del proyecto está coordinado para coincidir con la
innauguración de un macabro monumento conmemorativo en el Battersea
Park, Londres, luego que el alcalde Boris Johnson resolviera llevar a
cabo una “demolición controlada” de las teorías de conspiración para
“recordar a la gente lo que realmente pasó ese infame día”.
Se ha puesto a disposición del público el sitio web “9/11 London Project“,
el cual incluye material descargable con lecciones para los profesores.
El programa está diseñado “para instruir a los estudiantes británicos
sobre los eventos del 11-S y terminar con las especulaciones del caso”,
según reporta AFP.
Este proyecto es apoyado por autoridades tanto de Nueva York como de
Nueva Jersey, al igual que por figuras del establishment británico como
el miembro de Common Purpose
Maqsood Ahmed, Lord Carey, y Lord Fink, CEO del International Standard
Asset Management (ISAM) y tesorero del Partido Conservador.
“Un montón de niños… saben poco sobre el evento, y algunos han oído
solo teorías conspirativas, así que es bueno tener otra perspectiva”,
dice el profesor de historia Nat Ogborn.
Como explicación a semejante programa educativo, el sitio web del
proyecto argumenta que la meta es desarrollar el pensamiento crítico de
los estudiantes que “se encuentran confundidos sobre lo sucedido ese
día”.
No obstante, anunciar su propósito de “demoler teorías de
conspiración”, es decir cualquier evidencia que contradiga a la historia
oficial aprobada por el Estado, tira por tierra cualquier noción que
aliente el pensamiento crítico.
Es más, persigue exactamente lo
contrario.
Es un descarado lavado de cerebro.
Se trata de adoctrinar a los niños con pseudoconceptos como que una mole de acero, el Edificio 7, puede colapsar de la nada,
en caída libre, siendo que el mismo se encontraba libre de daño por
fuego.
Cualquier investigación educativa de los eventos del 11-S
develaría evidencias claras de una demolición controlada, y contaría con
el soporte que proveen miles de arquitectos e ingenieros que aseguran
que lo sostenido por la historia oficial es imposible, sin mencionar a
seis integrantes de la Comisión del 11-S que, junto con otros individuos
calificados, han rechazado la historia oficial.
Desde ya, es obvio que esta no es la primera vez que se intenta
implantar una versión histórica poco creíble y complaciente con las
altas esferas, dentro de las mentes del público.
En relación con el tema, recientemente un profesor universitario del
Reino Unido llevo a cabo un análisis comparativo entre un documental de
la BBC sobre las “teorías conspirativas” del 7-J y un documental
independiente en el cual la historia detrás de los atentados con bombas
en Londres era cuestionada.
El profesor concluyó que el documental
producido por los “teóricos de la conspiración” era más exacto y
probablemente representaba mejor lo ocurrido en los eventos del 7 de
Julio de 2005.
Podemos estar seguros que evidencias como las contenidas en el video
que se cita a continuación, no formarán parte del material educativo de
los jóvenes británicos, pues a diferencia del “9/11 London Project”,
fomenta el pensamiento crítico y no la regurgitación de los cuentos que
las autoridades quieren que crean.