Un calor infernal y una lluvia del demonio afean la reunión integrista .
Sol de castigo y lluvia del cielo.
Durante toda la jornada, miles de peregrinos esperaban el momento de la
llegada papal a pesar del sol y el calor, ya que se han alcanzado los
40 grados, por lo que ocho tanques de bomberos del Ayuntamiento de
Madrid han recorrido Cuatro Vientos para refrescar a los asistentes.
Pese a todo los servicios sanitarios tuvieron que asistir a 900
peregrinos por casos de lipotimia o desvanecimientos a causa del intenso
calor.
Luego, y casi sin solución de continuidad, empezó a llover
con tal intensidad en el recinto de Cuatro Vientos, que el Papa se vio
obligado a suspender su discurso y los peregrinos se preguntaban ¿por
qué este castigo, Señor?
Una tormenta de lluvia y de fuerte viento
han obligado a interrumpir la celebración de la Vigila en el aeródromo
de Cuatro Vientos, tras una jornada de calor sofocante.
Durante
aproximadamente media hora la ceremonia ha estado interrumpida a causa
del temporal, tiempo durante el cual Benedicto XVI ha permanecido en el
enorme escenario del aeródromo protegido por un paraguas.
El sistema de agua preparado para el evento está dando problemas a la organización, que se ha visto obligada a repartir decenas de miles de botellines de agua entre el público, que ha sido periódicamente regado por hasta ocho camiones del cuerpo de bomberos de Madrid.