“América Latina rechaza la imposición de determinada definición de
democracia y, más allá de diferencias políticas o ideológicas, está en
un momento de aceptación de la diversidad de su significado”, afirmó el vicecanciller ecuatoriano, Kintto Lucas.
En entrevista con Prensa Latina, el viceministro de Relaciones
Exteriores e Integración Política precisó que antes democracia era la
que nos decía Estados Unidos, cuando les venía bien a ellos para tratar
de justificar las dictaduras militares con subterfugios.
Antes era una imposición, desde los términos hasta los símbolos, pero
eso está quedando a un lado y hoy es una ruptura total con lo que
ocurrió a fines del siglo XX, señaló Lucas.
Ahora, apuntó, vemos que las democracias deben tener en cuenta la
idiosincrasia de cada pueblo y cómo cada pueblo construye su método de
participación.
Lamentablemente, comentó, no ha habido ningún interés en la
administración del presidente estadounidense Barack Obama en cambiar las
relaciones con América Latina.
Simbólicamente fue una ruptura que un afroamericano resultara
presidente de Estados Unidos, dijo, la necesidad nos llevó a creer que
iba a haber otro tipo de relación de su gobierno con los países
latinoamericanos y del Sur, pero lamentablemente no ha sido así.
Desconocemos por qué, pero se ha demostrado que el gobierno de Obama
no ha mostrado preocupación por entender primero, y acercarse después, a
América Latina. No lo ha intentado, subrayó.
Al referirse al proceso integrador que está ocurriendo en América
Latina y El Caribe, Lucas admitió que está produciéndose más rápido de
lo imaginado, pero todavía hay retos que tenemos que solucionar.
Como ejemplo de esos retos puso la firma de Tratados de Libre
Comercio (TLC), los cuales sí van de alguna forma contra los procesos
integradores.
Más allá del respeto a los gobiernos que firman los mismos, expresó,
la realidad es esa, pues los TLC ponen condiciones externas a países que
podrían trabajar de conjunto en el modelo integrador de la Comunidad de
Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC).
Obviamente, recalcó, Estados Unidos y Europa, con la actual crisis
económica, nos ven a nosotros sólo como un mercado y un lugar donde
seguir extrayendo recursos naturales. Ese es su interés, y para nada les
servirá que exista un modelo distinto de integración.
Un modelo, explicó Lucas, donde podamos trabajar mejor de conjunto la
comercialización de nuestros recursos naturales, complementarnos y
comerciar entre nosotros con otro tipo de medidas justas.
Venezuela nos muestra cómo pueden existir posibilidades de
complementar e inclusive fortalecer el comercio desde una mirada mucho
más equitativa, comentó.
Eso ocurre con Venezuela porque hay determinadas afinidades, pero
tiene que ocurrir también con otros países, acotó, donde sí hay otras
formas de relación no sólo mercantil sino de cooperación, como el
intercambio de petróleo crudo por derivados.
Ecuador lo está haciendo con Venezuela y Uruguay, son otras formas
que comienzan dentro de la Alianza Bolivariana de los Pueblos de Nuestra
América (ALBA), y pueden ser, por ejemplo, de intercambio de arroz de
un país por medicamentos de otro, reseñó.
Nunca se hubiera pensado, admitió Lucas, porque siempre estaba sobre
todo el lucro de exportadores e importadores. En cambio ahora, con
gobiernos progresistas y mayor influencia del Estado en planificación y
comercialización, se pueden comenzar a hacer.
Eso es lo que ocurre con Venezuela, cuya relación se ha multiplicado
tanto a nivel político como comercial, y de alguna forma también empieza
a ocurrir con Cuba dentro del ALBA y creo comenzará con otros países,
expresó el vicecanciller ecuatoriano.
El Sucre (moneda virtual de intercambio comercial sin desembolso de
divisas) es una herramienta importantísima dentro de una nueva
estructura financiera, subrayó, aunque dijo que falta “aceitarla”,
porque todas las nuevas herramientas son difíciles de entender.
Estamos abriendo el espectro, afirmó. Antes dependíamos para créditos
del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, les pedíamos
dinero y ellos ponían condiciones, como le están haciendo ahora a Grecia
en lugar de declararle una moratoria.
En cambio, expresó, otra cosa es pedir créditos a China, que no pone
ninguna condición ni crea dependencia, como sucedía antes con
instituciones que marcaban la política y así llevaron al mundo a la
crisis en que estamos.
Eso es lo que tampoco pueden aceptar determinados países que siempre
marcaron el ritmo de las economías latinoamericanas, y ahora comienzan a
ver otros tipos de flujos con países como China, Rusia, India, los
países árabes, y otras perspectivas.
Con Perú, precisó, hemos tenido una excelente relación y se solucionó
definitivamente el tema de límites marítimos, lo cual da confianza en
países que son hermanos, culturalmente iguales, y en determinado momento
estuvieron en conflicto.
Se ha mejorado la integración fronteriza y la relación comercial como
nunca en la historia, dijo Lucas, y creemos que con el presidente
Ollanta Humala se va a profundizar al igual que otros proyectos, pues
tiene una visión muy parecida a la de Ecuador en integración.
Respecto a la relación con Colombia, afirmó ha mejorado muchísimo y
con el presidente Juan Manuel Santos es excelente, porque de alguna
forma ha tenido una voluntad política que no tuvo nunca Álvaro Uribe,
quien apostaba a otra cosa y nunca quiso conversar.
El presidente Santos y su cancillería tienen otra postura, agregó.
Estamos fortaleciendo la Comisión Binacional de Fronteras, que integra
gobernaciones, prefecturas e instituciones, y es importante para el
desarrollo de esas zonas.
Siempre he tenido el sueño de la
integración latinoamericana, pero como la veían nuestros libertadores,
como la veían Bolívar y Artigas, mucho más allá de lo que es el
comercio, reveló el vicecanciller ecuatoriano.
El sueño mayor, puntualizó, es la integración de toda América Latina,
como avanza ahora con la CELAC, el ALBA, la Unión de Naciones
Suramericanas (Unasur), y que los pueblos se involucren más, pues sin
ellos no puede haber integración ni Revolución.
Otro mundo es posible y ya lo estamos construyendo, enfatizó, con
dificultades, errores, contradicciones, y aún falta mucho, sobre todo
mejorar la distribución de las riquezas y proyectos productivos que
involucren a los sectores rurales más pobres.
Pedro Rioseco