MAYOR TENSIÓN EN
MEDIO ORIENTE: Israel presentará próximamente a la ONU su propio mapa
sobre la que cree que debe ser su frontera marítima con Líbano, tras
haber aprobado hoy el Gobierno de Benjamín Netanyahu su delimitación a
partir de "principios jurídicos, acuerdos internacionales e intereses de
explotación económica".
"No
cederemos ni un ápice", aseguró el ministro israelí de Exteriores,
Avigdor Lieberman, en la reunión semanal del Consejo de Ministros, que
hoy aprobó el mapa con una descripción de su límite marítimo con Líbano y
Chipre, los dos países vecinos.
Lieberman explicó en la reunión que su país tiene "una postura muy sólida desde el punto de vista de los mapas", y que luchará ante la ONU "por cada centímetro" para preservar los intereses territoriales y económicos de Israel.
La frontera entre Israel y Líbano, terrestre y marítima, nunca ha sido delimitada porque los dos países están formalmente en estado de guerra, pero a través de la ONU se comenzó en 2000 la delimitación por tierra, que aún prosigue con no pocas dificultades.
La marítima, tanto en lo que tiene que ver con las aguas territoriales como las de explotación económica, se basan en dos acuerdos alcanzados entre Chipre y Líbano, de un lado, y Chipre e Israel, del otro.
En agosto pasado Líbano presentó a la ONU su delimitación fronteriza en el Mediterráneo Oriental con unas coordenadas que, según el primer ministro israelí, "contradicen el acuerdo que (el país árabe) firmó con Chipre en 2007".
El límite presentado por Beirut es más al sur que el aprobado hoy por Israel a partir de los acuerdos de referencia con Chipre, y que consiste en una línea recta entre la frontera terrestre en Rosh Hanikrá (Nakura) y el punto de encuentro de las aguas fijadas por Nicosia en sus dos acuerdos bilaterales con Israel y Líbano.
Israel apelará la propuesta del Líbano en la ONU por temor a que, de no hacerlo, la comunidad internacional reconozca esa delimitación como permanente.
"Es importante ofrecer a la ONU lo antes posible la versión israelí, y reaccionar a la propuesta libanesa.
No responder puede ser interpretado como un acuerdo tácito", explicó sobre el tema una alta fuente diplomática citada por el diario Haaretz.
En principio se había informado de que incluso Estados Unidos, aliado de Israel, había aceptado la propuesta libanesa pero hoy Lieberman aseguró que esa información "no tiene fundamento".
La disputa en torno a las aguas territoriales y de explotación económica ha cobrado fuerza en los últimos tres años por el descubrimiento de grandes cantidades de gas natural entre la costa levantina y Chipre, en yacimientos que por ahora explota Israel pero que podrían ser transfronterizos.
La demanda del Líbano no afecta a los yacimientos de gas israelí "Tamar" y "Leviathan", pero las prospecciones se han acelerado en toda la región y hay de por medio grandes empresas internacionales, entre ellas varias estadounidenses y al menos una noruega.
Lieberman explicó en la reunión que su país tiene "una postura muy sólida desde el punto de vista de los mapas", y que luchará ante la ONU "por cada centímetro" para preservar los intereses territoriales y económicos de Israel.
La frontera entre Israel y Líbano, terrestre y marítima, nunca ha sido delimitada porque los dos países están formalmente en estado de guerra, pero a través de la ONU se comenzó en 2000 la delimitación por tierra, que aún prosigue con no pocas dificultades.
La marítima, tanto en lo que tiene que ver con las aguas territoriales como las de explotación económica, se basan en dos acuerdos alcanzados entre Chipre y Líbano, de un lado, y Chipre e Israel, del otro.
En agosto pasado Líbano presentó a la ONU su delimitación fronteriza en el Mediterráneo Oriental con unas coordenadas que, según el primer ministro israelí, "contradicen el acuerdo que (el país árabe) firmó con Chipre en 2007".
El límite presentado por Beirut es más al sur que el aprobado hoy por Israel a partir de los acuerdos de referencia con Chipre, y que consiste en una línea recta entre la frontera terrestre en Rosh Hanikrá (Nakura) y el punto de encuentro de las aguas fijadas por Nicosia en sus dos acuerdos bilaterales con Israel y Líbano.
Israel apelará la propuesta del Líbano en la ONU por temor a que, de no hacerlo, la comunidad internacional reconozca esa delimitación como permanente.
"Es importante ofrecer a la ONU lo antes posible la versión israelí, y reaccionar a la propuesta libanesa.
No responder puede ser interpretado como un acuerdo tácito", explicó sobre el tema una alta fuente diplomática citada por el diario Haaretz.
En principio se había informado de que incluso Estados Unidos, aliado de Israel, había aceptado la propuesta libanesa pero hoy Lieberman aseguró que esa información "no tiene fundamento".
La disputa en torno a las aguas territoriales y de explotación económica ha cobrado fuerza en los últimos tres años por el descubrimiento de grandes cantidades de gas natural entre la costa levantina y Chipre, en yacimientos que por ahora explota Israel pero que podrían ser transfronterizos.
La demanda del Líbano no afecta a los yacimientos de gas israelí "Tamar" y "Leviathan", pero las prospecciones se han acelerado en toda la región y hay de por medio grandes empresas internacionales, entre ellas varias estadounidenses y al menos una noruega.