“El golpe de Estado es una conspiración internacional, una conspiración que tiene actores en los diferentes campos de la sociedad y debe de investigarse”, dijo el ex presidente hondureño Manuel Zelaya en conferencia de prensa en su casa, donde militares encapuchados lo capturaron y sacaron del país la mañana del 28 de junio de 2009, reporta AP.
Zelaya señaló que su acercamiento al presidente venezolano Hugo Chávez molestaba a Estados Unidos y que así se lo hicieron saber.
Aseguró que en una reunión con miembros del gabinete de los dos gobiernos, “a mí me dijo (el ex presidente estadounidense) George W. Bush: ‘¿qué le puede dar Chávez que no le podamos dar nosotros?”’.
“Además”, continuó Zelaya, “me lo dijo en ese momento el subsecretario John Negroponte (segundo funcionario en jerarquía del Departamento de Estado): ‘si ustedes se afilian al Alba (Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América) van a tener problemas con Estados Unidos. Estados Unidos acepta que usted se meta a Petrocaribe, pero no acepta que se meta al Alba porque en el Alba está Cuba”’.
“Yo espero que después de este golpe —que ha sido un fracaso de las derechas de América Latina, y se los digo aquí, un fracaso— cambien su forma de pensar, la Guerra Fría terminó en los 90 y ustedes siguen todavía con esas ideas trogloditas de la prehistoria“, agregó el ex mandatario hondureño.
Dijo también que Washington debe cambiar su forma de pensar hacia América Latina, y consideró que su política exterior hacia el sur de su frontera “es de antes de la Guerra Fría, está dirigida por las derechas más recalcitrantes del continente y del mundo”.
“Vamos a contratar paramilitares para que sea liquidado”
Zelaya afirmó que el general Romeo Vásquez —en su momento jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas, con quien dijo ha conversado varias veces después del golpe— le confesó que los promotores de éste querían matarlo.
“El me dijo: algún día usted va a entender lo que pasó. Yo no puedo decírselo, pero la gente que planificó esto había contemplado su liquidación en el momento del asalto a su casa, y las fuerzas armadas se opusieron totalmente a su asesinato”, manifestó.
Detalló que, ante la negativa de los mandos militares, los golpistas se molestaron y dijeron “vamos a contratar paramilitares para que sea liquidado, si ustedes no lo quieren hacer”.
Pero Vásquez dijo que las fuerzas armadas se opusieron, diciendo: “tampoco vamos a permitirlo, nosotros vamos a sacarlo de la casa y lo vamos a llevar a Costa Rica”.
“Entonces la pregunta es, ¿quiénes son ellos? Hay que preguntarle al general Romeo Vásquez, los que querían un genocidio, los que querían manchar de sangre al país ese día”.
Zelaya afirmó que es difícil esclarecer todo, ya que en la Comisión de la Verdad que se formó no están representadas las víctimas.
“Hay simpatizantes del golpe en la Comisión de la Verdad, (pero) ¿cómo pueden ellos llegar a la verdad si los que somos las víctimas no tenemos un solo miembro de las víctimas en esa comisión?”, agregó.
Dicha comisión, creada en mayo de 2010 y encabezada por el ex vicepresidente guatemalteco Eduardo Stein, rendirá el 16 de junio su informe sobre lo ocurrido antes, durante y después del golpe.
“EL Plan Caracas, para instalar el comunismo en Estados Unidos”, decía general golpista
El ex mandatario, denunció que el golpe de Estado fue preparado minuciosamente, y dijo que una muestra de ello es la confesión ante la televisión local del general Miguel Angel García Padgeth.
Manifestó que este militar dijo que la fuerza armada de Honduras se unió para parar el Plan Caracas, y “el Plan Caracas se desarrolla en Venezuela para derrocar la democracia en Estados Unidos e instalar el comunismo en Estados Unidos”.
“Entonces Honduras era parte del Plan Caracas para derrumbar al imperio americano, ¿se ponen a creer?”, afirmó Zelaya.
“Nosotros, a siete meses de terminar el gobierno, íbamos a derrumbar el imperio de Estados Unidos, y dicho por el militar, oficialmente de las fuerzas armadas”, agregó el ex mandatario.