PL – El sitio digital Wikileads reveló hoy la posibilidad de soborno en el indulto concedido por la expresidenta panameña Mireya Moscoso a los terroristas Luis Posada Carriles, Guillermo Novo Sampoll, Pedro Remón y Gaspar Jiménez Escobedo.
En un amplio reportaje a toda página del diario La Estrella, que adquirió los derechos de publicación , se indica que los cables hablan de coima en el caso del indulto a Posada Carriles y a más de 100 personas que dio la presidenta Moscoso antes de dejar su gobierno.
El diario indica que en un cable del 26 de agosto de 2004, la exembajadora Linda Watt recogió informes de prensa que hablaban de la posibilidad de que la jefa de Estado y su hermana Ruby habrían recibido sobornos para dejar en libertad a los cuatro terroristas.
Incluso, Watt asegura en el cable que se especulaba que la exmandataria estaba ganando puntos en Miami con oficiales del Gobierno de Estados Unidos, “como una póliza de seguro” contra la revocación de su visa bajo la sección 212-F por corrupción oficial.
“Un abogado con nexos del partido entrante dice tener el nombre del banco europeo en el que millones de dólares [provenientes] de sobornos fueron depositados”, afirma la exembajadora, según La Estrella.
Moscoso, en entrevista con este diario, agrega, negó que hubiera recibido dinero a cambió de liberar a Posada Carriles y otros.
A mí nadie se me acercó a ofrecerme ni un real. Y si lo hubieran hecho, hubiera dicho que no, declaró.
“El día que yo firmé ese indulto no me tembló la mano. Hoy no me arrepiento.
Y a la jueza [en Estados Unidos] que le dijo hace poco que podía irse, también debieron darle plata. Si a mí me dieron, a ella de repente también”, dijo Moscoso según el diario.
El grupo de criminales encabezado por Posada Carriles preparó un atentado contra el líder cubano Fidel Castro en noviembre de 2000 en ocasión de la X Cumbre Iberoamericana de jefes de Estado y Gobierno.
La criminal acción implicaba volar con explosivos C-4 el Paraninfo de la Universidad de Panamá, lo que hubiera provocado cientos de muertos entre los asistentes, principalmente jóvenes estudiantes, y vecinos de los alrededores.
Una detallada información entregada a los órganos policiales panameños y la oportuna denuncia de Fidel Castro permitieron evitar la masacre, capturar a los criminales, ocupar las pruebas materiales y poner en manos del gobierno de Moscoso todas las evidencias.
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