Docenas de inmigrantes africanos murieron en el mar Mediterráneo después de que militares de la OTAN ignorasen aparentemente sus peticiones de ayuda, según publica el diario británico The Guardian.
La embarcación con 72 personas a bordo, incluyendo varias mujeres, niños y refugiados políticos, abandonó Tripolí, capital libia, con destino a la isla italiana de Lampedusa el pasado marzo.
A pesar de las señales de alarma de los integrantes de la embarcación, que entablaron contacto con unidades militares y un helicóptero de la OTAN, nadie se esforzó en rescatarles.
Todos los inmigrantes menos 11 murieron de sed y hambre después de que su embarcación quedó a la deriva en el mar durante 16 días.
“Cada mañana nos levantamos y encontrábamos más cuerpos, los cuales tirábamos al mar”, relata a The Guardian Abu Kurke, uno de los nueve supervivientes.
La barcaza salió de Trípoli el pasado 25 de marzo cargada con 47 etíopes, siete nigerianos, siete eritreos, seis ghaneses y cinco sudaneses. Se quedó sin combustible cerca de Lampedusa y sin alimentos ni agua.
Los barcos que debieron acudir en su ayuda los ignoraron e incluso un helicóptero de la OTAN, que según la investigación del periódico británico correspondía al Ejército francés, no atendió a su rescate.
Después de días a la deriva en el mar, la embarcación acabó llegando el 10 de abril a una ciudad costera cerca de Misrata.
La ley internacional marítima obliga a todos los buques, incluyendo los militares, a dar respuesta a la angustia y llamadas de ayuda de embarcaciones cercanas que lo soliciten. Organizaciones de derechos humanos han reclamado una investigación por las muertes, mientras que el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) ha pedido una estricta cooperación entre navíos militares y comerciales en el Mediterráneo en un esfuerzo para salvar vidas.
En la última semana, el aumento del flujo de inmigrantes que trataron de alcanzar las costas italianas se ha convertido en tragedia, con el naufragio el sábado de un barco con 600 personas a bordo cerca de Trípoli.
Ayer, se vivieron momentos dramáticos al caer al agua los 500 inmigrantes que llegaban a Lampedusa en otra embarcación, entre ellos numerosos mujeres y niños, aunque finalmente han sido rescatados.
La barcaza llegó al puerto de la isla italiana hacia las cuatro de la madrugada, guiada por tres miembros de la Guardia de Finanzas que habían subido a bordo.
Pero la rotura del timón provocó que encallase en las rocas a una decena de metros de la orilla, con riesgo de vuelco debido al oleaje.
Los inmigrantes cayeron al agua o lanzaron por miedo, aunque no sabían nadar.
Una cadena humana, formada por miembros de las fuerzas de seguridad, voluntarios de organizaciones humanitarias ciudadanos e incluso periodistas se organizaron para salvarlos, según el diario Il Corriere Della Sera.
Desde que se iniciaron las revueltas en los países árabes, 660.000 personas han huido de Libia por las fronteras de Egipto y Túnez, según los datos de ACNUR.
A Italia han llegado por mar casi 10.000, si se suman los 2.000 de este fin de semana. Tras frenarse la salida de barcos desde Túnez, es ahora Libia la que ha abierto la mano.
Cubadebate