En días muy recientes el Señor embajador de los Estados Unidos Robert Callahan, hizo una larga exposición ante un grupo de empresarios y otros sectores representativos de la sociedad nicaragüense; en ella hizo alusión a las históricas relaciones entre Nicaragua y los Estados Unidos.
En la mención de algunos de estos acontecimientos he de expresar muy respetuosamente mis discrepancias, a partir de mi perspectiva profesional.
Primero he de decir que tiene razón el Sr. Callahan, cuando afirma que William Walker no fue enviado por el Gobierno de EEUU de la época, pero los Estados Esclavistas del Sur le dieron su apoyo a Walker en pleno auge de su campaña en el año de 1856 cuando se proclamó Presidente de Nicaragua y no en su peor momento –como asegura Callahan.
Primero he de decir que tiene razón el Sr. Callahan, cuando afirma que William Walker no fue enviado por el Gobierno de EEUU de la época, pero los Estados Esclavistas del Sur le dieron su apoyo a Walker en pleno auge de su campaña en el año de 1856 cuando se proclamó Presidente de Nicaragua y no en su peor momento –como asegura Callahan.
En estas circunstancias, los refuerzos materiales y humanos le llegaron en abundancia tanto por el Atlántico como por el Pacífico, sin que oficialmente se haya detenido una sola nave de los esclavistas.
No fue sino hasta en mayo 1857, cuando el Almirante Charles Davis intervino para salvar a Walker de una derrota y muerte segura a manos de los ejércitos centroamericanos en Rivas. También hay que destacar que en dos ocasiones posteriores el Gobierno de Estados Unidos detuvo a Walker en sus afanes por regresar a Nicaragua con su estela de muerte y destrucción.
En los mismos años de Walker hubo otros aventureros, de cuyas hazañas la postura de los Estados Unidos fue la de hacerse la vista gorda. Estas fueron las famosas expediciones filibusteras, apoyadas también por los Esclavistas del Sur e inspiradas por el éxito logrado por el "Gran Borrachón" Samuel Houston en la anexión de Texas en 1836 y la Doctrina del Destino Manifiesto.
En los mismos años de Walker hubo otros aventureros, de cuyas hazañas la postura de los Estados Unidos fue la de hacerse la vista gorda. Estas fueron las famosas expediciones filibusteras, apoyadas también por los Esclavistas del Sur e inspiradas por el éxito logrado por el "Gran Borrachón" Samuel Houston en la anexión de Texas en 1836 y la Doctrina del Destino Manifiesto.
(En este caso los aventureros, filibusteros anexionistas, se tomaron Texas, que pertenecía a México, y durante el Gobierno del Presidente Polk entre 1845 y 1847, de la mitad del territorio mexicano).
Entre esas expediciones, se destacan las de los anexionistas cubanos Domingo Goucuría y Narciso López a Cuba y las del mismo Walker. En Nicaragua no funcionó, porque hubo toda una resistencia popular y nacional de los centroamericanos contra Walker (1855-1857).
No se puede descartar tampoco que los círculos de poder del norte capitalista, aunque no vieron con malos ojos las posibilidades de Walker –como no vieron con malos ojos la apropiación de territorio mexicano– en última instancia, temieron a su vez el fortalecimiento del Sur Esclavista, si este filibustero se hubiera apoderado de Centroamérica, a pocos años de la Guerra de Secesión entre 1861 y 1864.
No es difícil de imaginar qué hubiera pasado si, hipotéticamente, los vencedores de San Jacinto hubieran sido las huestes de Walker y Cole, y si la ofensiva de Walker sobre Masaya en octubre-noviembre de 1856, hubiera tenido éxito. Esto le pudo haber permitido avanzar hacia León, colocar a los centroamericanos a la defensiva y derrotarlos.
Entre esas expediciones, se destacan las de los anexionistas cubanos Domingo Goucuría y Narciso López a Cuba y las del mismo Walker. En Nicaragua no funcionó, porque hubo toda una resistencia popular y nacional de los centroamericanos contra Walker (1855-1857).
No se puede descartar tampoco que los círculos de poder del norte capitalista, aunque no vieron con malos ojos las posibilidades de Walker –como no vieron con malos ojos la apropiación de territorio mexicano– en última instancia, temieron a su vez el fortalecimiento del Sur Esclavista, si este filibustero se hubiera apoderado de Centroamérica, a pocos años de la Guerra de Secesión entre 1861 y 1864.
No es difícil de imaginar qué hubiera pasado si, hipotéticamente, los vencedores de San Jacinto hubieran sido las huestes de Walker y Cole, y si la ofensiva de Walker sobre Masaya en octubre-noviembre de 1856, hubiera tenido éxito. Esto le pudo haber permitido avanzar hacia León, colocar a los centroamericanos a la defensiva y derrotarlos.
Entonces la Capital del Estado de Nicaragua hubiera sido Walker City y Walker no estuviera recogido en la historia como pirata, ni mucho menos como megalómano, ni demente, sino que como sucedió con el "Gran Borrachón" Samuel Houston, en Texas, tuviera una estatua que perennizara su hazaña, de haber integrado Centroamérica y Nicaragua a los Estados Unidos.
Garrote para defender intereses yankis
Por otro lado, cuando estuvo en boga el Gran Garrote y la Diplomacia del Dólar en el Siglo XX, a ojos de buen cubero se puede observar que en una aparente autocrítica de su relación histórica con Nicaragua, el Sr. Embajador sigue sosteniendo –en coincidencia con los títeres y traidores locales de aquella época (Díaz, Cuadra Pasos, Chamorro)– que "Estados Unidos envió a los marines con buenas intenciones: poner fin al caos político imperante en la época y ayudar a Nicaragua a establecer una democracia estable".
Garrote para defender intereses yankis
Por otro lado, cuando estuvo en boga el Gran Garrote y la Diplomacia del Dólar en el Siglo XX, a ojos de buen cubero se puede observar que en una aparente autocrítica de su relación histórica con Nicaragua, el Sr. Embajador sigue sosteniendo –en coincidencia con los títeres y traidores locales de aquella época (Díaz, Cuadra Pasos, Chamorro)– que "Estados Unidos envió a los marines con buenas intenciones: poner fin al caos político imperante en la época y ayudar a Nicaragua a establecer una democracia estable".
Desconozco si el señor embajador se refiere a la intervención militar de 1909-1910, en donde se frustró el primer intento de desarrollo de un proyecto nacional autónomo del territorio nacional, al promover la caída del Gobierno del presidente José Santos Zelaya.
El gobierno de Zelaya, con todas las limitaciones que se le puedan señalar, trajo el progreso económico, cultural y social y, sobre todas las cosas, su administración –con independencia del autoritarismo, que se le señaló en su momento– se caracterizó por un alto grado de estabilidad en todos los aspectos. En Nicaragua había problemas como en todos los países, pero no había caos de ninguna especie.
La rebelión de la Costa Atlántica, inventada por Moffat, cónsul de EEUU en Bluefields, se limitó a dos de los 16 departamentos del país y era cuestión de tiempo la derrota de los rebeldes.
El gobierno de Zelaya, con todas las limitaciones que se le puedan señalar, trajo el progreso económico, cultural y social y, sobre todas las cosas, su administración –con independencia del autoritarismo, que se le señaló en su momento– se caracterizó por un alto grado de estabilidad en todos los aspectos. En Nicaragua había problemas como en todos los países, pero no había caos de ninguna especie.
La rebelión de la Costa Atlántica, inventada por Moffat, cónsul de EEUU en Bluefields, se limitó a dos de los 16 departamentos del país y era cuestión de tiempo la derrota de los rebeldes.
Solo la intervención militar y política de EEUU, y sobre todo su nota Knox, fue capaz de interrumpir el desarrollo normal del país e iniciar el proceso de caos con la apropiación de las finanzas, de los ferrocarriles, de las aduanas, que fueron entregados en garantías a los banqueros norteamericanos, a partir de las administraciones conservadoras impuestas por la intervención norteamericana de 1909-1910.
Entonces, Nicaragua perdió en aquella época la posibilidad de tener una evolución política autónoma y pasó a ser una semicolonia de Estados Unidos.
O quizás el señor embajador se refiera a la intervención militar de agosto a octubre de 1912, cuando las tropas norteamericanas encabezadas por el Almirante Pendletton vinieron a salvar de una segura derrota al gobierno títere de don Adolfo Díaz, ante un vasto movimiento insurreccional del pueblo contra el binomio Díaz-Chamorro.
Señor embajador: los marines no vinieron a salvar a Nicaragua del caos, vinieron a salvar al gobierno de Díaz y, sobre todas las cosas, resguardar los intereses económicos y geoestratégicos de los Estados Unidos; es decir, vinieron a proteger aduanas, correos y ferrocarriles, enajenados a los Brown Brothers; a proteger los intereses de las compañías en los enclaves mineros y madereros en el territorio.
Esos marines, señor embajador, combatidos heroicamente por el General Benjamín Zeledón, no venían con buenas intenciones.
Entonces, Nicaragua perdió en aquella época la posibilidad de tener una evolución política autónoma y pasó a ser una semicolonia de Estados Unidos.
O quizás el señor embajador se refiera a la intervención militar de agosto a octubre de 1912, cuando las tropas norteamericanas encabezadas por el Almirante Pendletton vinieron a salvar de una segura derrota al gobierno títere de don Adolfo Díaz, ante un vasto movimiento insurreccional del pueblo contra el binomio Díaz-Chamorro.
Señor embajador: los marines no vinieron a salvar a Nicaragua del caos, vinieron a salvar al gobierno de Díaz y, sobre todas las cosas, resguardar los intereses económicos y geoestratégicos de los Estados Unidos; es decir, vinieron a proteger aduanas, correos y ferrocarriles, enajenados a los Brown Brothers; a proteger los intereses de las compañías en los enclaves mineros y madereros en el territorio.
Esos marines, señor embajador, combatidos heroicamente por el General Benjamín Zeledón, no venían con buenas intenciones.
La historia los acusa. La historia los condena. No sé qué pensaría el señor embajador si otra potencia invadiera su país y le impusiera por la fuerza un presidente ajeno al agrado de su propia población. Ni la lógica ni la historia le dan la razón a una actuación como la que hizo EEUU en los años de 1909-1910 y 1912.
No sé qué comentarios le pueden merecer tanto lo que ocurrió en 1909-1910 y 1912, si lo comparamos con la posición actual de EEUU con respecto a Libia, cuando el Presidente Obama está hablando de ayudar militarmente a los insurgentes –cuando no hay una dirección definida en los rebeldes– contra el Gobierno constituido del Coronel Kadaffi, sólo porque no es un adherente a la política estadounidense.
No sé qué comentarios le pueden merecer tanto lo que ocurrió en 1909-1910 y 1912, si lo comparamos con la posición actual de EEUU con respecto a Libia, cuando el Presidente Obama está hablando de ayudar militarmente a los insurgentes –cuando no hay una dirección definida en los rebeldes– contra el Gobierno constituido del Coronel Kadaffi, sólo porque no es un adherente a la política estadounidense.
¿Se les olvidó acaso, la lección de Afganistán, en donde para derribar a un gobierno progresista se aliaron con los extremistas musulmanes del Talibán? ¿O acaso ya tienen un Adolfo Díaz en Libia, como en 1909-1910, en Nicaragua? Bueno, ese sería otro tema.
En otra parte de su intervención el Sr. Embajador Callaham se refiere a la figura del General de Hombres Libres, Augusto C. Sandino, quien junto al poeta Rubén Darío, constituyen los máximos valores que nos identifican en el mundo.
La carta de Sandino
Hace alusión a una carta de Sandino, extraída de la documentación oficial norteamericana, en donde según su versión Sandino solicitó que Nicaragua pasara a ser administrada por un norteamericano y que hubiera elecciones vigiladas por los norteamericanos. Sandino reconoce su autoría y dice que la misma fue redactada por el señor José Moral, quien en esos días (mayo de 1927) acompañó a su padre, Gregorio Sandino.
En otra parte de su intervención el Sr. Embajador Callaham se refiere a la figura del General de Hombres Libres, Augusto C. Sandino, quien junto al poeta Rubén Darío, constituyen los máximos valores que nos identifican en el mundo.
La carta de Sandino
Hace alusión a una carta de Sandino, extraída de la documentación oficial norteamericana, en donde según su versión Sandino solicitó que Nicaragua pasara a ser administrada por un norteamericano y que hubiera elecciones vigiladas por los norteamericanos. Sandino reconoce su autoría y dice que la misma fue redactada por el señor José Moral, quien en esos días (mayo de 1927) acompañó a su padre, Gregorio Sandino.
Debe recordarse que a través de su padre, el general José María Moncada le hizo llegar propuestas de desarme, ofreciéndole garantías para él y sus hombres.
Vistas las propuestas, se necesitaba –según Sandino– enviar una contestación por escrito ante el requerimiento de su contraparte, y segundo, él explica que la hizo con el objeto de demostrar de que no sería contestada por los yanquis –tal como sucedió– una manera de reconvencer a sus hombres "del bandidaje yankee, que cuando se les abren las puertas, no entran porque ellos están acostumbrados a asesinar por las espaldas en las encrucijadas de los caminos". (véase: Sandino, Walter C. El bandolerismo de Sandino en Nicaragua. INPASA. Managua,2009.p.105-107).
Por otro lado, estaba el compromiso del gobierno norteamericano con los dirigentes títeres de los partidos liberal y conservador y los colocaba en un dilema de hacer una nueva negociación con Sandino –que no iban a hacerla, dado los compromisos con los Díaz-Moncada.
No iban a aceptar esta oferta de Sandino que en esencia proponía la abstención de los partidos políticos en la política interna y que la dirección del país la asumiera un Gobernador Norteamericano; mientras se realizaban las elecciones, las fuerzas de Sandino entonces se desarmarían si recibir un centavo.
Por otro lado, estaba el compromiso del gobierno norteamericano con los dirigentes títeres de los partidos liberal y conservador y los colocaba en un dilema de hacer una nueva negociación con Sandino –que no iban a hacerla, dado los compromisos con los Díaz-Moncada.
No iban a aceptar esta oferta de Sandino que en esencia proponía la abstención de los partidos políticos en la política interna y que la dirección del país la asumiera un Gobernador Norteamericano; mientras se realizaban las elecciones, las fuerzas de Sandino entonces se desarmarían si recibir un centavo.
Tampoco es una propuesta dirigida ni a un embajador, ni a otro representante o Ministro de Estado de los EEUU, sino al jefe de marinos de Jinotega. Era una proposición hecha a –lo que llamaríamos bajo nivel– un jefe departamental de la marinería, alguien que no está en capacidad de dar una respuesta ni inmediata, ni definitiva, ni de alto nivel.
Años mas tarde, el 10 de abril de 1929, Sandino explicaría esta situación ante los detractores de la época: "dos miserables y cobardes intelectuales de Managua, de quienes por sentir desprecio no digo sus nombres, han seguido con minuciosidad los pasos que he dado durante mi vida y no encontrando nada de qué acusarme, se han detenido frente a dos cartas de carácter político que he escrito en la historia de la guerra constitucionalista".
Años mas tarde, el 10 de abril de 1929, Sandino explicaría esta situación ante los detractores de la época: "dos miserables y cobardes intelectuales de Managua, de quienes por sentir desprecio no digo sus nombres, han seguido con minuciosidad los pasos que he dado durante mi vida y no encontrando nada de qué acusarme, se han detenido frente a dos cartas de carácter político que he escrito en la historia de la guerra constitucionalista".
Estas son, según el Héroe, la carta enviada a Moncada el 9 de mayo de 1927 y la del 24 de mayo al jefe de marinos de Jinotega, para ofrecer una absurda exposición de Sandino, para desprestigiar su omnipresente papel de Héroe Nacional.
Sandino sigue aclarando que "alrededor de esas dos notas se han detenido con la lengua de fuera, babeantes, los ojos encendidos como un par de reses rabiosas incapaces de comprender ni apreciar el soplo divino que ilumina el cerebro de los hombres que aceptan el sacrificio de su vida en momentos culminantes, para salvar del oprobio aún a las mismas reses que se dejan marcar y que todo quieren babearlo y alejarlo con sus cascos sucios y asquerosos, herrados con el oro que el amo les ha puesto para que con sus servicios reporten mas ventajas a las cajas fuertes del Wall Street
Sandino sigue aclarando que "alrededor de esas dos notas se han detenido con la lengua de fuera, babeantes, los ojos encendidos como un par de reses rabiosas incapaces de comprender ni apreciar el soplo divino que ilumina el cerebro de los hombres que aceptan el sacrificio de su vida en momentos culminantes, para salvar del oprobio aún a las mismas reses que se dejan marcar y que todo quieren babearlo y alejarlo con sus cascos sucios y asquerosos, herrados con el oro que el amo les ha puesto para que con sus servicios reporten mas ventajas a las cajas fuertes del Wall Street
(Las Segovias Cuartel General El Chipotón, Nicaragua, C.A. abril 10 de 1929 y año décimo séptimo de lucha antiimperialista en Nicaragua. Walter C. 2009 p.107)
Es el período en el que el héroe también está preparando su ataque militar a Ocotal en julio de 1927.
El Güegüense ha estado presente en toda nuestra historia. Sandino estaba ganando tiempo en el terreno de los hechos, para acometer con efectividad la defensa del decoro nacional, mancillado por los Estados Unidos.
Por esos mismos días, en mayo de 1927, el martirizado General liberal Francisco Sequeira, "Cabuya", se comprometió a desarmarse y lo primero que hizo fue atacar en Occidente las instalaciones militares de los marines. Sandino hizo lo propio en ese mismo tiempo y mantuvo con las armas en la mano el pendón de la dignidad durante seis años contra los interventores norteamericano.
No fue casual que detractores del héroe en tiempos diferentes, como Anastasio Somoza García y Alejandro Bolaños Geyer, le hayan dado importancia a este insignificante documento y tampoco es casual que un otro representante de Estados Unidos, como el señor Callahan, lo utilice con los mismos fines de aquellos para tratar de desprestigiar al héroe.
¿Puede este insignificante documento cuestionar el legado heroico de Sandino, ante Nicaragua y el Continente, como un digno continuador de Bolívar, Hidalgo y otros próceres de nuestra historia? ¡No!
Hoy, cuando su esquema de dominación está siendo cuestionado con los hechos en la Nueva Nicaragua, Sandino, por sus hechos y su causa es un Héroe Nacional. Pero nada mejor que recoger los contenidos del poema La calumnia del gran panida y valor universal de nuestra patria, Rubén Darío, para responder al Sr. Embajador Callahan.
Sr. Embajador:
Con el respeto que se merece su opinión, entre nuestros símbolos y valores universales, está Sandino, así como los norteamericanos ubican a George Washington uno de sus valores universales, como el padre de la Patria.
(*) Historiador.
El Güegüense ha estado presente en toda nuestra historia. Sandino estaba ganando tiempo en el terreno de los hechos, para acometer con efectividad la defensa del decoro nacional, mancillado por los Estados Unidos.
Por esos mismos días, en mayo de 1927, el martirizado General liberal Francisco Sequeira, "Cabuya", se comprometió a desarmarse y lo primero que hizo fue atacar en Occidente las instalaciones militares de los marines. Sandino hizo lo propio en ese mismo tiempo y mantuvo con las armas en la mano el pendón de la dignidad durante seis años contra los interventores norteamericano.
No fue casual que detractores del héroe en tiempos diferentes, como Anastasio Somoza García y Alejandro Bolaños Geyer, le hayan dado importancia a este insignificante documento y tampoco es casual que un otro representante de Estados Unidos, como el señor Callahan, lo utilice con los mismos fines de aquellos para tratar de desprestigiar al héroe.
¿Puede este insignificante documento cuestionar el legado heroico de Sandino, ante Nicaragua y el Continente, como un digno continuador de Bolívar, Hidalgo y otros próceres de nuestra historia? ¡No!
Hoy, cuando su esquema de dominación está siendo cuestionado con los hechos en la Nueva Nicaragua, Sandino, por sus hechos y su causa es un Héroe Nacional. Pero nada mejor que recoger los contenidos del poema La calumnia del gran panida y valor universal de nuestra patria, Rubén Darío, para responder al Sr. Embajador Callahan.
La calumnia
Puede una gota de lodo
sobre un diamante caer
puede también de este modo
su fulgor oscurecer.
Pero aunque el diamante todo
se encuentre de fango lleno,
el valor que lo hace bueno
no perderá ni un instante.
Y ha de ser siempre diamante
por más que lo manche el cieno.
Puede una gota de lodo
sobre un diamante caer
puede también de este modo
su fulgor oscurecer.
Pero aunque el diamante todo
se encuentre de fango lleno,
el valor que lo hace bueno
no perderá ni un instante.
Y ha de ser siempre diamante
por más que lo manche el cieno.
Sr. Embajador:
Con el respeto que se merece su opinión, entre nuestros símbolos y valores universales, está Sandino, así como los norteamericanos ubican a George Washington uno de sus valores universales, como el padre de la Patria.
(*) Historiador.