Caroline Heck-Miller, en compañía del fiscal Guy Lewis, el 8 de junio de 2005, a la salida de la Corte dode se condenó a "Los Cinco". Al fondo, el terrorista José Basulto junto a familiares de un piloto de su organización "Hermanos al Rescate" de cuya muerte se culpó inujustamente a uno de los cinco antiterroristas cubanos Foto: Life
Iroel Sánchez
“El mundo es chiquito”, decía mi abuela.
Premios Nobel, luchadores por los derechos humanos, personalidades políticas, artistas y escritores, llevan años denunciándolo: Estados Unidos mantiene en prisión a cinco cubanos que buscaban información sobre actos terroristas contra Cuba mientras se niega a procesar por terrorismo a Luis Posada Carriles, autor de la voladura en pleno vuelo de un avión civil cubano y otros actos violentos que han costado numerosas vidas.
Es una inconsecuencia tan evidente que salta a la vista de cualquier persona mínimamente informada.
Lo que no sabía nadie, o casi nadie, es que la misma fiscal que insistió en llevar el llamado “Caso de los Cinco” a juicio, Caroline Heck-Miller, fue la que se negó a presentar cargos penales contra Luis Posada Carriles en 2005.
Heck Miller negó el traslado del juicio de “Los Cinco” fuera de Miami –cuestionada como sede neutral- , y desempeñó un rol decisivo en la condena de los cubanos a enormes e injustas penas de prisión.
Sus palabras textuales: “Le pedí a Heck-Miller que considerara procesar penalmente a Posada. Sin embargo, ella no estaba interesada en eso, y por tal motivo, yo dejé de pedírselo”.
¿Cómo se puede reunir en una misma persona tanta infamia?, se pregunta uno. ¿Alguien la llamará por teléfono para interrogarla por las razones de su extraño proceder?, ¿alguno de los numerosos y bien dotados medios de comunicación norteamericanos que se entretienen en destapar frivolidades investigará por qué procedió así alguien cuya función es representar al gobierno en la lucha por la justicia?
Una pista: Garrett-Jackson dijo en El Paso que había decidido no apelar la decisión de juez de inmigración en el 2005 que ordenó la deportación de Posada Carriles, pero no a Cuba o a Venezuela debido a que sería torturado en ambos países, después de consultar con sus superiores.
¿Heck Miller también consultó con sus superiores?