Ante el anuncio realizado por la organización revolucionaria ETA el pasado 08 de enero el Colectivo de Refugiados-as y Deportados-as Políticos-as Vascos-as en Venezuela quiere compartir con el conjunto de la sociedad vasca algunas de sus reflexiones.
Si el comunicado emitido por ETA en septiembre del 2010 ya era de por si lo suficientemente esclarecedor sobre su posición y disposición, el anuncio realizado en enero de este año da las dimensiones exactas de lo que debe ser el “hacer y el ser” de una organización de vanguardia revolucionaria.
Lamentablemente, a fecha de hoy, los gobiernos de España y Francia parecieran no estar a la altura del momento histórico que se está abriendo en Euskal Herria. El llamamiento de ETA a dichos gobiernos para actuar con responsabilidad histórica y abandonar las medidas represivas no ha tenido, hasta el momento, la respuesta que se esperaría de quienes tienen responsabilidades de gobierno en ambos países.
Al paso al frente dado por ETA los gobiernos de España y Francia han respondido, una vez más, con la represión y un intempestivo portazo político tal y como lo reconocen diferentes agentes políticos y sociales, personalidades, sindicatos y el Friendship del parlamento europeo, entre otros.
Quienes solicitaban o exigían a ETA pasos o gestos tienen ante sí la responsabilidad política y moral de dar una respuesta acorde al paso dado por ETA.
Quienes desde el gobierno español exigían a ETA actos y no palabras deben aclarar a la sociedad vasca si están dispuestos a dar fin a la represión contra Euskal Herria y a declarar un alto a la represión “permanente, general y verificable”.
Quienes, desde sus acomodados despachos, hablan de dudas e insuficiencias tiene la responsabilidad de decir a la sociedad vasca si realmente son capaces de aceptar un verdadero ejercicio de democracia en el que sea el propio Pueblo Vasco el que decida su futuro o si nunca, sea en el escenario que sea, serán capaces de dar la palabra al pueblo vasco y aceptar su decisión.
Quienes, desde el PSOE, PP y PNV hablan de condenas a la violencia, de paz, de democracia y de respeto a los derechos humanos son quienes de manera exclusiva mantienen el monopolio de la violencia, la tortura, la traición y la negación de los derechos civiles, políticos y humanos en Euskal Herria.
Quienes dicen estar esperando un comunicado de ETA “sin capucha”, debieran empezar por quitarse la careta con la que han traicionado y engañado a la sociedad vasca durante décadas.
ETA habló el pasado 8 de enero y en ese anuncio hablaron-hablamos miles y miles de militantes y ciudadanos vascos que durante décadas han sembrado de lucha, compromiso y dignidad las calles de Euskal Herria.
Si ya en septiembre dejamos claro nuestro apoyo al comunicado difundido por ETA, hoy queremos, de igual manera, mostrar nuestro total respaldo al comunicado emitido hace dos semanas en el que la organización armada manifestaba una vez más, su compromiso en la búsqueda y construcción de un nuevo marco político.
Pero no queremos quedarnos sólo en eso, hoy queremos manifestar nuestro firme compromiso para empujar, con todas nuestras fuerzas, ese enorme tren que se ha puesto en marcha y que sin ninguna duda ha de llevarnos hasta la última estación:
La independencia Euskal Herria. A esa estación llegaremos todos y todas subidos no sólo en el mismo tren sino en el mismo vagón.
En ese camino podremos detenernos en muchas estaciones, pero nunca aceptaremos atajos, desvíos, ni otro final que no sea el respeto a la voluntad del Pueblo Vasco.
Hoy, igual que ayer, será la lucha y el compromiso de la sociedad vasca lo que nos haga avanzar. Hoy nos toca a todos-as, a la izquierda abertzale y al conjunto de la sociedad vasca progresista, asumir el reto de hacer posible un nuevo escenario político que nos sitúe en el camino hacia la independencia y el socialismo.
Pero ese escenario no puede definirse ni lograrse desde las sedes de los partidos políticos o las oficinas de cualquier institución. Ese nuevo escenario lo tenemos que forjar nosotros y nosotras, los ciudadanos y ciudadanas desde las esquinas, las calles, los montes, los pueblos y las ciudades de Euskal Herria.
Hoy no sobra nadie y hacemos falta todos-as. Presos-as, exiliados-as, trabajadores-as, hombres, mujeres, jóvenes, desempleados...
Es el momento de, desde la serenidad pero con firmeza, asumir quizás uno de los mayores retos que se nos han presentado en las últimas décadas. Hoy es el momento de gritar más alto, más fuerte y con mayor convicción que nunca:
GORA EUSKAL HERRIA TA ASKATASUNA!
JOTAKE INDEPENDENTZIA ETA SOZIALISMOA LORTU ARTE!