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La publicación por parte de Wikileaks de 250.000 documentos emanados de las embajadas de EE UU y el Departamento de Estado yanqui, confirmó lo que el mundo sabía y ha sido denunciado hace mucho tiempo: que EE UU en un Estado forajido y sus diplomáticos, una banda criminal, gigantesca red de espionaje al servicio del Imperio.
Son decenas de miles de agentes, quienes desde esas sedes diseminadas a lo largo y ancho del planeta, tienen como misión recabar información confidencial sobre la posición política e ideológica de los gobiernos y funcionarios de los países donde operan, ya se trate de aquellos que se consideren sus amigos o de los que consideran sus enemigos, contra los que dirigen acciones de desinformación y calumnias orientadas a desestabilizarlos.
La aplicación de esa política dejó a su paso una estela de violencia, muerte y destrucción en el siglo pasado, expresada en una trayectoria de agresiones contra países soberanos y el asesinato de numerosos líderes revolucionarios como Sandino, Lumumba, Farabundo Martí, Allende, Caamaño y muchos otros mártires, criminal modalidad que ha procurado extender sin éxito a esta nueva centuria, al fracasar varios de esos intentos de magnicidio.
Se trata de una acción contrapuesta a los valores éticos y morales y a las relaciones de mutuo respeto, igualdad y convivencia que deben existir entre los estados, pero al Imperio, soberbio y prepotente, nada le importa violar acuerdos, convenios o lo que sea, con tal de que ello sea un paso más en dirección a su meta final que es la conquista de planeta.
Pero en América Latina y el Caribe, que durante un siglo fue una de sus principales áreas de actividades, asestando decenas de golpes de Estado con apoyo de las oligarquías criollas contra gobiernos progresistas, su diabólica estrategia conspirativa no está dando los resultados esperados, pues como dijo Abraham Lincoln, Podrás engañar a todos durante algún tiempo; podrás engañar a alguien siempre; pero no podrás engañar siempre a todos.
La razón de sus fracasos es que el pueblo, en su gran mayoría ha adquirido plena conciencia de sus derechos e ideales libertarios, lo que ha dado como resultado que en varios de esos países se haya elegido libremente a sus gobernantes, quienes han rescatado el sueño integracionista de Bolívar conformando una alianza monolítica para hacer de la región un polo económico y político orientado a disuadir al Imperio de intentar nuevas aventuras golpistas.
Prueba de su fortaleza lo constituye la conformación de mecanismos como Alba, Unasur y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, convertidos en trincheras contra la actividad conspirativa desplegada desde las embajadas yanquis, cuyos agentes, a pesar del éxito obtenido en Honduras, fueron derrotados cuando lo intentaron en Venezuela, Bolivia y Ecuador, gracias a la enérgica resistencia ofrecida por el pueblo, sus líderes y las fuerzas armadas leales.
Pero el Imperio es implacable y obstinado, y a pesar de sus fracasos sigue conspirando, de allí que el mérito de Wikileaks, consiste en haberlo desnudado y diagnosticado la miseria humana, cáncer terminal moral que corroe el cuerpo de uno de sus órganos más vitales: el Departamento de Estado y su red de arterias que son las embajadas, cuyos documentos filtrados por la web, reafirman la cínica expresión de Foster Dulles, quien dijo que EE UU no tiene amigos, solo intereses.”
Y son precisamente esos obscenos intereses, los responsables de gran parte de las guerras y del caos económico, político y social que han asolado al planeta desde que los padres fundadores y sus sucesores, asumiendo el papel de mensajeros divinos y adalides de la civilización y libertad, desencadenaron la maldición del “Destino Manifiesto,” para dominar al mundo con el pretexto de salvarlo de la barbarie.
Los cables filtrados por Wikileaks, han puesto al descubierto las intrigas y veleidades de la política exterior del Imperio, al desnudar aún más su bien conocida trayectoria de deslealtades hacia aquellos países y gobernantes que hipócritamente llaman sus socios o amigos y el cobarde hostigamiento que a través de campañas de mentiras y calumnias desatan para aislar y destruir a quienes consideran países o líderes enemigos.
La lectura de esos papeles facilitan la comprensión y magnitud del proyecto hegemónico de EE UU, superpotencia que cínica e hipócritamente se autoproclama defensor de los derechos humanos, la democracia y las libertades cuando lo único cierto es que es la antítesis de todo lo que afirma ser, un Estado terrorista, genocida, autor de los más horrendos crímenes de guerra a su paso por la historia.
Por su parte, los medios mercenarios pretenden maquillar y hasta borrar su amplio expediente criminal, y en el caso de los papeles publicados por Wikileaks, editoriales y analistas pro yanquis se hacen eco de las maniobras del Imperio que en cínica respuesta juega al papel de víctima, alegando que “su divulgación es un ataque a la comunidad internacional, que pone en peligro la seguridad de EE UU, la vida de sus soldados, de sus espías y de sus colaboradores extranjeros.”
De la misma forma y para confundir a la opinión pública, la prensa mercenaria sale en defensa de su amo presentando al victimario como víctima, y mediante una maniobra de distorsión mediática utilizan un perverso juego de palabras en sus titulares tratan de atribuirle a Wikileaks la información suministrada por los agentes diplomáticos de EE UU, con encabezados como los siguientes:
“Wikileaks informa que EE UU trató de aislar a Chávez”, “ Irán busca uranio en Venezuela y Bolivia”, dice Wikileaks”, “Wikileaks revela que Hillary Clinton pidió información sobre salud mental de Cristina Kirchner”, “Wikileaks dio a conocer que EE UU ordenó espiar en la ONU”, “Cuba acoge a guerrillas de ETA, FARC y ELN”, son titulares que sugieron que fue esa web y no los agentes yanquis la autora de esas revelaciones.
Y en este “Mundo al revés” de Galeano, donde lo blanco es negro, lo malo es bueno y el casto es pecador, Interpol, a solo pocas horas de haberse publicado los documentos, ha solicitado la captura de Julian Assange, el director de Wikileaks, en un acto cobarde represalia imperial contra el periodista, por haber puesto una vez en evidencia su criminal naturaleza de Estado forajido y genocida.
Interpol confirmó que a solicitud de Suecia, ha transmitido a sus 188 estaciones diseminadas alrededor del mundo, la orden de detención contra Assange, buscado en su país en el marco de una investigación por “violación y agresión sexual”, acusación que, para el que tenga dos dedos de frente, no es más que la venganza que ejerce sobre el periodista la nación mas poderos del planeta.
La obsesión de Washington por vengarse se torna más evidente, cuando, valiéndose seguramente de su gran poder de presión o de chantaje, habría hecho posible que este miércoles, la Corte Suprema de Suecia rechazara la petición del abogado del presidente de Wikileaks de apelar contra la orden de arresto emitida contra su cliente.
Pero hay hombres con dignidad que luchan sin temor contra el imperio, hombres como Chávez Frías que lo enfrenta decididamente a diferencia de otros que guardan silencio cómplice y toleran sus desmanes, siendo el primero y hasta ahora el único en salir en defensa de Assage y condenar a EE UU y a sus funcionarios, únicos responsables de los delitos revelados por Wikileak al filtrar esos papeles.
“Felicito al fundador de Wikileaks, Julian Assage, por su coraje”, ha manifestado el presidente de la República bolivariana de Venezuela, al tiempo que ha pedido la dimisión de Hillary Clinton, la secretaria de Estado yanqui.
“Debería renunciar, señora, es lo menos que puede hacer (junto) con toda esa maraña de gente y delincuentes que hay en el Departamento de Estado”, manifestó el Jefe del Estado venezolano en alusión a las labores de espionaje que el U.S. State Department ordenó ejecutar a sus diplomáticos, en América Latina, el Caribe y el resto del mundo.
Refiriéndose al documento en el que se insta a aislarlo a él y a su gobierno, consideró que en “el inmenso esfuerzo por hacerlo, el imperio quedó al desnudo. Yo no se que va a hacer EE UU, ( ) se le cayó la máscara, si es que le quedaba algo”, -dijo-.
Y en un gesto de la sincera amistad y camaradería revolucionaria que le une a Cristina Fernández viuda de Kirchner, su homóloga argentina, como caballero que es, respetuoso del honor y dignidad de una dama, salió en su defensa, criticando la abusiva e irrespetuosa orden dada por la Clinton a sus espìas de la embajada en buenos aires de elaborar un informe sobre la salud mental de la presidenta.
Chávez sugirió por otra parte, en contraposición a lo ordenado por la secretaria de Estado, que quizás sea la alta funcionaria yanqui quien necesite una evaluación médica. “Tendrán que estudiar la salud mental de la señora Clinton”, aseveró el presidente.
Y ya para concluir sus comentarios sobre el tema, el Comandante hizo un llamado exhortando a sus aliados de todo el mundo, los países del tercer mundo y emergentes, que son la mayoría, a “coordinar una respuesta ética de rechazo” a la política exterior de EE UU, en clara y directa alusión a los métodos utilizados por el imperio para la consecución de sus perversos objetivos.
Es de esperarse por lo tanto que, bien la XX cumbre iberoamericana a instalarse mañana en Buenos aires, o en la XVI cumbre climática mundial que se desarrolla en la ciudad-balneario mexicana de Cancún, o que ambos eventos, sean escenarios de la respuesta ética propuesta por el mandatario venezolano.
Y es que Chávez ya no es el mismo que hace una década advertía de cumbre en cumbre como solitario profeta predicando en el desierto, sobre el peligro que el imperio constituye para América Latina, el Caribe y el resto del mundo.
Porque, una legión de pueblos liderados por gobernantes revolucionarios y progresistas como él, le acompañan hoy en la búsqueda de ese mundo posible, el sueño integracionista de bolívar que una vez hecho realidad habrá de liberarlos para siempre de las garras del imperio.
