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El bloqueo de Cuba: crimen y fracaso

En Cuba, CNN pretende sustituir a Radio y TV Martí, a través del sistema de cable hotelero


El Duende (Radio Miami) / Contrainjerencia – “Lo único  que  nos  falta  es  que  contratemos  a  María  Elvira Salazar  y al  dominicano Oscar Haza para hacer  de  CNN  en  Español  lo  que  Radio  y TV Martí   no han podido  hacer hasta  ahora, entrar  libremente en  Cuba  a  través  del sistema de  cable que  sirve programas  de  televisión a  todos  los  hoteles  de  la isla”. 

Quien  así  hablaba  era  un veterano  periodista hispano  de la  Cadena  CNN  en  Español preocupado  por  la  llamada  “cubanización”  de  la  empresa fundada  en  Atlanta  por  Ted Turner   que  gozaba  antes  de  ser adquirida por  el  consorcio  Time-Warner  de    prestigio   como   medio  informativo.

La cubana  Cynthia  Hudson   que  antes  de  ser contratada  por  CNN  en  Español era  la directora de programación  del  Canal  22  de Miami,  fue  la que le vendió  la  idea  a  la  compañía CNN   que para  ganar  audiencia  y  publicidad comercial  en  el sur de la Florida  había  que  “cubanizar”   ese  Canal  de  cable para  ganarse  el  respaldo  de  la  extrema  derecha  de  Miami interesada  en  penetrar de  alguna   manera  con  propaganda  negra  en la isla algo  que  no  han podido  hacer  Radio y TV  Martí   con  su trasmisores por más  de 30  años.

Aunque  los  periodistas  veteranos  de  CNN  en Español han manifestado   que la  “cubanización”   de ese  medio   informativo traerá  efectos negativos  a  la  imagen  de  la empresa, sin  embargo  el proyecto  sigue  adelante  con  la instalación  de  unos  estudios  de producción  en el  mismo  Miami. 

Allí fue  que entrevistaron  en  un  programa  especial  de media  hora  a la  Congresista  cubano-americana Ileana  Ros,  cuya  comparecencia  cargada  de  virulencia  contra  Cuba  se  vio  en todos  los  televisores  de la  amplia  red  hotelera  de  Cuba.

Para reinaugurar a CNN en español, Hudson tuvo de invitado especial al agente Montaner

Cynthia Hudson, la nueva gerente general de CNN en Español tuvo como invitado principal en la fiesta de relanzamiento de la cadena televisiva al comentarista ultraderechista Carlos Alberto Montaner, prófugo de la justicia cubana por terrorismo y connotado agente de la CIA.

Hudson organizó una suntuosa recepción en un gran hotel de Miami, con ballet acuático y otras extravagancias, para anunciar que CNN en Español inauguraba un  estudio en Atlanta y nuevas instalaciones en nada mas y nada menos que en esta ciudad de Miami.

Sin embargo, lo que más llamó la atenciçon en aquella ceremonia, fue que Montaner estuvo permanentemente al lado de Hudson durante esta noche y se puso de manera llamativa en primera fila cuando dio su discurso para luego aplaudirla de manera fervorosa y muy marcada.

Al asociarse a Carlos Alberto Montaner, tal vez el elemento más representativo de la agresión propagandística permanente del Departamento de Estado contra América Latina,  Hudson revela la orientación que dará su cadena acerca del conjunto de los países progresistas del continente.

En Miami, la nueva “general manager” de CNN fue la promotora del programa de María Elvira Salazar,  una presentadora de la televisión de Miami conocida por su propensión a difamar a Cuba, sus dirigentes, y cualquier líder progresista latinoamericano y a invitar a supuestos especialistas, en mayoría fanáticos de extrema derecha, falsos “agentes secretos” y otros farsantes de su conveniencia para lograr sus objetivos.

El lunes 26 de diciembre de 1960, en horas de la madrugada, un amplió operativo de la policía cubana desmanteló a una red que venía colocando bombas en tiendas y cines de La Habana. En unas horas, 17 terroristas estaban localizados y detenidos, mientras se descubría a tres fabricas de bombas y se ocupa a una importante cantidad de armas, explosivos y material de fabricación de bombas. 

Entre los individuos implicados en esta red terrorista, se encontraba Carlos Alberto Montaner Suris, “vecino de 88ª, número 309, esquina a Tercera A”, en el entonces exclusivo barrio de Miramar de la capital.

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