Redacción Contrainjerencia – El equipo de Wikileaks ha confiado a El País 1.900 cables secretos de la embajada de EEUU en San Salvador.
Sin embargo, hasta la fecha, el periódico del fascismo español ha publicado sólo siete, caprichosamente censurados para proteger a los multimillonarios y miembros del gobierno de Mauricio Funes que se reunían con el personal de la embajada.
Todos los cables tienen un solo autor, Robert Blau, que la prensa salvadoreña sigue identificando como “encargado de negocios” y “diplomático”, a pesar de sus evidentes actividades de injerencia y espionaje en el país. Poco o nada se ha escrito sobre él.
Robert Blau llegó a San Salvador el 2 de julio de 2008 como segundo jefe de la misión diplomática. Fungió como charge d’affaires (jefe de misión a falta de un embajador) desde enero hasta septiembre de 2009, cuando el Senado de EEUU finalmente aprobó el nombramiento de la Embajadora Mari Carmen Aponte. Efectivamente, Blau era el jefe de la embajada en El Salvador durante las elecciones presidenciales y el delicado cambio de gobierno.
Washington nombró a Blau a San Salvador como parte de un grupo de embajadores enviados a Centroamérica en el verano de 2008, todos expertos en los operativos secretos del dominio. En el mismo mes de julio, Hugo Llorens fue nombrado como embajador en Honduras, y en agosto, Stephen McFarland fue nombrado como embajador en Guatemala y Robert Callahan se hizo embajador en Managua.
Hugo Llorens es “especialista en terrorismo”, y también en asestar golpes de estado. En 2002, el Presidente Bush había nombrado a Llorens como director de asuntos andinos del Consejo Nacional de Seguridad, lo cual lo hizo el principal asesor del presidente respecto a Venezuela. Llorens y Otto Reich trabajaron juntos en el frustrado golpe de estado en Venezuela, una experiencia que el embajador aplicaría con éxito en Honduras en 2009.
Hijo de un oficial de la CIA, Stephen McFarland es un ex oficial de la Infantería de la Marina y experto militar. Tiene mucha experiencia en América Latina y ha fungido como coordinador de inteligencia para Nicaragua y Cuba. En 2004 McFarland era Chargé d’Affaires de la embajada en Caracas, año en que se llevó a cabo un referendo revocatorio contra el Presidente Chávez. Antes del referendo los servicios de seguridad venezolanos frustraron un operativo militar para asesinar al presidente, en que había complicidad del gobierno colombiano.
El embajador en Managua, Robert Callahan, también tenía antecedentes en los operativos de injerencia.
En 2004 fue a Irak donde trabajaba como agregado de prensa de la embajada en Bagdad. A su regreso a Washington, estableció la oficina de prensa y propaganda de la recién creada Dirección Nacional de Inteligencia (DNI), que en la actualidad es el órgano más poderoso de la inteligencia estadounidense.
Antes de su llegada a El Salvador, Robert Blau había trabajado en la desestabilización de Cuba.
Destacado en La Habana como segundo jefe de misión durante dos años, Blau fue sorprendido, junto con el jefe de misión Michael Parmly, haciendo entregas de dinero proveniente de Miami a mercenarios en Cuba.
Después regresó a Washington para trabajar como subdirector de asuntos cubanos en la Oficina de Asuntos del Hemisferio Occidental, dirigido por Otto Reich.
A estos cuatro embajadores – expertos en las técnicas del dominio – se les encomendó una misión: la de contrarrestar la creciente tendencia de los pueblos latinoamericanos de rechazar ser gobernados por la dictadura del gran capital, impuesta desde Washington.
El gobierno de Funes atento a las preferencias de Washington
Los pocos cables de San Salvador que El País ha publicado dejan entrever que después de las elecciones hubo una colaboración entre Funes y Blau para que el FMLN se quedara con la menor cuota posible de poder, ya que veían al partido como de “línea dura” y “pro-Chavista”.
El oficial de inteligencia se manifiesta satisfecho con Funes, pero al mismo tiempo se manifiesta preocupado por los ministerios y cargos que se habían tenido que conceder al FMLN. Blau informa:
“A unas ocho semanas del Gobierno de Funes, empezamos a ver más claramente las tendencias y facciones adentro del GOES. . . . Los Amigos de Mauricio mayormente controla al aparato económico de El Salvador. De modo similar, la Defensa está en manos de un oficial militar . . .
Amigo de Mauricio, el Brigadista General David Murguía Payés. Los línea dura del FMLN están a cargo del aparato de seguridad e inteligencia.
La política exterior está en las manos de un miembro leal del FMLN, pero hasta ahora ha sido caracterizado por el pragmatismo y comunicación con los programas de Asistencia EEUU que se reflejan generalmente en el resto de la relación, con la mayoría de los programas avanzando exitosamente pero algunos programas de seguridad y policíacas bajo revisión”.
Es importante subrayar que Blau está satisfecho con Hugo Martínez. Cuando califica al Ministra de Relaciones Exteriores de “pragmático” y “comunicativo”, esto refleja su preocupación porque El Salvador mantenga una política exterior alineada a Washington, especialmente su política de agresión contra los países del ALBA.
Los programas de asistencia a que se refiere son los programas de “poder blando” de USAID y el MCC, infiltrados por agentes de la CIA, pero también incluyen los de “poder duro”, de colaboración militar y de seguridad.
Funes y Martínez demostraron muy temprano su servilismo a las políticas de EEUU cuando consultaron a la embajada y a Washington para saber cómo debían reaccionar ante el golpe de estado que EEUU acababa de ejecutar en Honduras.
Blau está satisfecho con Payés, el Ministro de Defensa, pero inconforme con que el Jefe del Organismo de Inteligencia del Estado, Eduardo Linares:
“XXXXXXXXXXXX dijo que él y el Presidente estaban decepcionados con el nuevo Director del … OIE, Eduardo Linares. … En otro caso, en los días posteriores a la expulsión de Zelaya de Honduras, el MRE de Venezuela Maduro llegó a San Salvador en un avión BRV [Revolución Bolivariana], se reunió con altos elementos línea dura del FMLN, y OIE nunca informó de esto”.
Respecto a Manuel Melgar, el Ministro de Seguridad Pública y Justicia, su nombramiento tampoco fue del agrado de Washington, lo cual fue comunicado al presidente: “XXXXXXXXXXXX dijo que Funes consideraría la nueva información sobre Melgar y tomaría la acción que corresponde, plenamente conciente de los vínculos a las muertes de la Zona Rosa en 1985”.
El representante de Funes pidió disculpas a Washington, explicando que “el nombramiento de Melgar no se tomó para demostrar una falta de respeto hacía EEUU, sino que había sido un compromiso con el FMLN, que había buscado el nombramiento del línea dura del FMLN, José Luís Merino”.
Al parecer, Funes se había comprometido a conceder el Ministerio de Defensa, de Seguridad, y el OIA al FMLN, a cambio de que Los Amigos de Mauricio (representando a la empresa privada) mantuvieran el control sobre la economía.
Sin embargo, Blau da mucha importancia a que los cuerpos militares y paramilitares sigan bajo la influencia de EEUU. Esto puede ser para tener la capacidad de asestar un golpe de estado en el caso de que algún político de “línea dura” llegara al poder en el futuro.
Al mismo tiempo, el cable al Departamento de Defensa indica que las FFAA deben estar a disposición del Comando Sur. Esto responde a otro cable escrito en junio de 2007 por Craig Kelly, del Departamento de Estado, y enviado al secretario de estado, la CIA y el Comando Sur, y también a otras embajadas de la región.
La misiva recomienda entre otras tácticas en la guerra contra “el enemigo” (Chávez) ampliar la presencia de EEUU en la región y mejorar las relaciones con las fuerzas armadas latinoamericanas: “Debemos seguir fortaleciendo lazos con aquellos comandantes militares en la región que comparten nuestra preocupación con Chávez”.
Por todo lo visto de estos cables secretos, “don” Robert Blau no sólo está recopilando información, sino dando orientaciones al gobierno. Su misión en El Salvador es a todas luces brindar apoyo a esos políticos y partidos que sean afines al capitalismo global y hostiles al ALBA.