Pareciera que no puede existir trabajo sucio de la CIA al margen de los “anticastristas”.
Tras la acusación a Julian Assange por supuestos delitos sexuales en Suecia que ha colocado en prisión al fundador y líder de Wikileaks se encuentra una persona vinculada a la subversión norteamericana contra Cuba.
Un análisis revela que Ana Ardin, la principal demandante contra Assange, junto a su amiga Sofia Wilder, está relacionada con la CIA a través de organizaciones “anticastristas” en Suecia.
El 16 de septiembre los periodistas Israel Shamir y Paul Bennett habían llamado la atención sobre Ardin:
“A Anna Ardin (la demandante oficial), los medios suelen describirla como “izquierdista” pero hay signos explícitos de su conexión con la CIA. Está vinculada a grupos anti- castristas y anticomunistas financiados por USA.
Publicó sus diatribas anti-Castro en la publicación sueca Revista de asuntos cubanos, extensión de Misceláneas de Cuba. Desde Oslo, el profesor Michael Seltzer subraya que esta revista procede de una organización anticastrista bien financiada en Suecia. Observa además que el grupo está conectado con la Unión Liberal Cubana, que dirige Alberto Montaner, cuyos vínculos con la CIA son conocidos.”
En su texto, Shamir y Bennet, vinculan a un video de una conferencia donde se ve a Ardin junto a la otra demandante, la sueca Sofia Wilder, y afirman que Anna Ardín está vinculada al grupo de las llamadas “Damas de Blanco” que “recibe fondos gubernamentales de USA y el terrorista convicto anticomunista Luis Posada Carriles es un amigo y respaldo del mismo.”
Sobre la otra demandante, la sueca Sofia Wilder, los periodistas señalan que “Sofia pasó mucho trabajo por llevarse a Assange a la cama, según lo confesó ella misma, y también fue la primera en ir a depositar una queja en la policía. Se sabe poco de ella, y sus motivaciones son imprecisas.
¿Por qué será que una muchacha joven (que comparte su vida con el artista americano Seth Benson) busca una aventura política tan sórdida?”.
En el blog de Anna Ardin aparecen enlaces a blogueros de la contrarrevolución cubana en la Isla que han sido denunciados por su vínculos con la política norteamericana contra Cuba.
En razón de esta relación tendríamos el contrasentido de que quienes participan de una bien financiada “lucha” por el acceso a las redes en Cuba -bloqueado por Estados Unidos- forman parte de la trama que acosa a quienes están usando Internet para denunciar los crímenes norteamericanos en el mundo.
Sin dudas una noticia bomba pero nada sorprendente, para quienes han seguido la historia de los Estados Unidos en los últimos 50 años, como en el Watergate y el Irangate, el Cablegate no se podía quedar sin sus “plomeros” al servicio de la CIA.