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Elecciones en EE.UU.: paisaje después de la batalla

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“A pesar de las apariencias, el electorado estadunidense no dio un giro a la derecha en las elecciones intermedias, sino que expresó su repudio al manejo del país por la cúpula política y su desaprobación a demócratas y republicanos”. 

Un ánalisis sobre las elecciones congresionales del 2 de noviembre, realizado por David Brooks, coorresponsal  en Estados Unidos del diario mexicano La Jornada, indica que hubo rechazo al statu quo, no espaldarazo a los republicanos, una síntesis de sus argumentos:
  • Una minoría de votantes (aproximadamente 40 por ciento) acudió a las urnas; los sectores de mayor edad y conservadores otorgaron un triunfo a los republicanos, mientras que las bases más jóvenes y de color, que fueron claves en los triunfos del presidente Barack Obama y los demócratas, participaron en índices muy reducidos. Esto resultó en que los republicanos lograron cosechar un triunfo electoral con base en este desencanto generalizado.
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  • Los republicanos conquistaron el control de la Cámara de Representantes al añadir por lo menos 60 escaños más (el triunfo numérico más grande desde 1948), elevaron su número en el Senado en seis más (no alcanzaran los 10 que necesitaban para obtener la mayoría), y obtuvieron el control de por lo menos ocho gubernaturas más (ahora tendrán la mayoría de las 50 gubernaturas). Aún están pendientes los resultados en algunas contiendas en varios puntos del país, por lo que no hay totales finales. La elección también logró establecer un nuevo récord como la intermedia más cara en la historia del país.
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  • Los resultados de última hora son: para la cámara baja 239 republicanos y 185 demócratas (se requiere por lo menos 218 para ser mayoría), 11 aún no están definidos; en el Senado 52 demócratas contra 46 republicanos y dos por determinarse; y 29 gubernaturas republicanas por 15 demócratas, una de un independiente, y cinco por determinarse.
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  • Según las encuestas a boca de urna, los votantes no expresaron ninguna preferencia de un partido sobre otro. De hecho, la mayoría reprobó a ambos con una opinión desfavorable casi igual (entre 52 y 53) hacia republicanos y demócratas.
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  • El Pew Research Center concluyó al analizar estos sondeos, que “el resultado de la elección de este año representó un repudio al statu quo, en lugar de un voto de confianza al Partido Republicano o una afirmación de apoyo a sus políticas”.
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  • La elección fue determinada por un incremento de participación de votantes conservadores blancos, sobre todo los de mayor edad (de 32 por ciento en las pasadas intermedias de 2006, a 41 por ciento este año), junto con más votantes independientes que votaron a favor de los republicanos que en los últimos dos ciclos electorales.
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  • Un 23 por ciento del voto fue de mayores de 65 años (en 2008 sólo fueron 16 por ciento del voto total). Los blancos fueron 78 por ciento del voto, comparado con 74 por ciento en 2008.
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  • Una mayoría de votantes que desaprueba la gestión de Obama y preocupados de que sus políticas no ayudarán al país a largo plazo.
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  • Un pronunciado nivel de desencanto de que no se ha realizado el cambio que prometió, la base electoral que lo llevó a la Casa Blanca y consolidó el control demócrata del Congreso se fragmentó este año.
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  • Los jóvenes, votantes de entre 18 y 29 años, sólo fueron 11 por ciento de los participantes este año, un desplome de 18 por ciento que participó en 2008 –y que fueron un factor clave en el triunfo de Obama–, lo que marca el nivel más bajo en dos décadas. 
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  • Otros sectores claves que redujeron su participación fueron los latinos, que representaron 8 por ciento de voto emitido (en 2008 fue 9 por ciento), y los afroestadunidenses que en esta ocasión llegó a sólo 10 por ciento del total comparado con el 13 por ciento hace dos años).
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  • Los dos partidos disputarán quién es el mensajero del pueblo y representa sus mejores intereses, pero en los sondeos del día electoral, como en encuestas de estas últimas semanas, no se expresó una preferencia por los políticos ni por políticas en particular. De hecho, el único mensaje popular registrado fue que la economía es la mayor preocupación y que una abrumadora mayoría desaprueba al Congreso y a la cúpula política en general.
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  • No hay un mensaje coherente más allá de un hartazgo y falta de confianza en el gobierno, del partido que sea, y tampoco hubo consenso sobre qué dirección o políticas se favorecen.
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  • El hecho de que los republicanos, y dentro de ellos, el nuevo poder del movimiento ultraconservador Tea Party, hayan triunfado electoralmente, sí tendrá implicaciones severas. Primeras consecuencias: Obama descartó ayer su iniciativa para reducir los gases que contribuyen al calentamiento climático y se espera que habrá más concesiones en los próximos días, como en torno a los impuestos sobre los más ricos del país. 
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  • Los republicanos ya han anunciado que buscarán desmantelar en todo lo posible la reforma de salud promulgada por Obama.
(Con información de artículo de David Brooks en La Jornada)

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