El Ejército y la Policía israelíes abusan física y psicológicamente de los menores palestinos detenidos en Cisjordania para extraerles confesiones, según varias organizaciones pro Derechos Humanos palestinas e israelíes.
La filial para los territorios palestinos de la ONG Defence for Children International (DCI) ha tomado declaraciones juradas a decenas de menores que habían sido arrestados. Así, sus testimonios describen una política de abusos dolorosos y rutinarios, incluidas varias formas de presión física y psicológica, para extraerles confesiones.
La Asociación para los Derechos Civiles en Israel y Yesh Din, dos grupos pro Derechos Humanos israelíes, afirman que las leyes militares juegan un papel principal en los abusos contra los menores palestinos encarcelados. Ambos grupos enviaron una carta al fiscal general militar, general de brigada Avichai Mendelblit, el pasado mes de junio con recomendaciones para cambiar la ley, informa el diario ‘Haaretz’.
Desde septiembre de 2009, el DCI ha dado a la ONU detalles de más de 100 casos en los que las autoridades militares presuntamente abusaron de los menores que estaban detenidos. Muchos de estos menores son presentados ante un juez militar cuando ya están asustados y exhaustos por el período que han pasado encarcelados, a menudo después de haber sido arrestados en mitad de la noche.
Son juzgados en virtud de leyes militares que, incluso después de haber sido ligeramente cambiadas el año pasado, “violan gravemente los derechos de los menores y contravienen la protección que debe dárseles en procedimientos criminales”, de acuerdo con las organizaciones.
El pasado 15 de agosto, DCI y otra organización israelí, el Comité contra la Tortura en Israel, presentaron dos demandas por crueldad y abuso sexual contra A. M., de 15 años y de la aldea de Beit Umar, cercana a Hebrón. A. M. fue detenido por los soldados el pasado 26 de mayo, fue interrogado y retenido durante cinco días, y posteriormente puesto en libertad después de admitir que había lanzado piedras.
Cable Eléctrico
Durante la audiencia para la prisión preventiva, el fiscal Iyad Misk aseguró que el adolescente había sufrido abusos físicos y sexuales. El juez, teniente coronel Avshalom Meushar, afirmó que “no hay pruebas en el caso” para apoyar esta afirmación. “La esencia de la confesión realizada, y la detallada naturaleza de sus respuestas, constituyen la prueba de que no dio las respuestas bajo presión o tortura sino por su propia voluntad”, añadió el juez.
En su carta de queja al fiscal general, Yehuda Weinstein, y al fiscal Herzl Sbiro, que dirige el departamento del Ministerio de Justicia responsable de investigar la mala conducta policial, el DCI y el Comité Público contra la Tortura pidieron una investigación criminal contra quienes interrogaron a A. M. Estas organizaciones escribieron que el adolescente les relató cómo el investigador le ató un cable eléctrico a sus genitales y amenazó con darle descargas eléctricas a menos que confesara que había tirado piedras.
“El Comité contra la Tortura ha recibido muchas quejas en relación a los abusos por parte de los soldados y la violencia contra los prisioneros palestinos”, señala la carta. “Esto sugiere la existencia de una práctica grave y generalizada de violencia y abuso contra los prisioneros palestinos por parte de los soldados”, añade.
En ambas cartas, los autores piden que un fiscal pueda estar presente mientras se dan testimonios, ya que es natural que los menores se sientan asustados y amenazados por los interrogadores, que forman parte del mismo sistema militar que los detuvo.
Prensa Islámica