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El bloqueo de Cuba: crimen y fracaso

Chávez confronta en Venezuela al clero y empresarios partidarios del golpismo

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Pedro Echeverría (especial para ARGENPRESS.info)

1. Hugo Chávez, el gobernante venezolano que lleva más de cinco elecciones nacionales ganadas con vigilancia internacional desde diciembre de 1998, no se acobarda ante las agresiones, ocultamientos, desabastos y carestías de artículos básicos y, mucho menos, contra la dolarización de su economía que pretende imponer el gobierno yanqui a través de Colombia. Nada hace retroceder a Chávez y su estrategia de servir a la población; él sigue de frente contra los organizadores de un nuevo Golpe de Estado, entre los que el alto clero participa. Por eso, en una respuesta categórica al ser acusado de “dictador marxista”, Chávez con esa dignidad y franqueza que posee ha respondido al cardenal golpista: “Cristo tiene rostro de gente pobre y desamparada, jamás de explotadores y criminales. He ahí la diferencia de principios partiendo del mismo Jesucristo”.

2. Chávez criticó ayer domingo el “papel esencialmente político” que ha desempeñado la jerarquía católica de Venezuela, “incluso con la más criminal violencia”, al responder a una serie de declaraciones del cardenal Jorge Urosa de que Venezuela es conducida por su mandatario de “inclinaciones marxistas” a una “dictadura comunista”. Chávez puso en tela de juicio la conducta de la agrupación religiosa Opus Dei porque representa “los intereses más deleznables, con la justificación de las desigualdades como principio divino”. Señaló que el cardenal es “un troglodita”, que “no se da cuenta que el pueblo no es manipulable por su sotana”. Yo –dijo- soy bolivariano, cristiano y marxista, pero pidió al cardenal que “no juegue a atrapar incautos con sus interesadas interpretaciones acerca de mi persona y del proceso bolivariano.

3. Por defenderse de las agresiones a su liderazgo a favor del pueblo, que de manera cotidiana hacen empresarios y clero, a Chávez se le ha acusado de “provocador”, mismo adjetivo que han usado los yanquis y sus corifeos en España, Colombia, México, Perú, Costa Rica, contra los Castro de Cuba y Morales de Bolivia. En México los políticos de la izquierda amaestrada o domesticada son tan oportunistas que no solo no defienden las posiciones combativas de Chávez sino que les da miedo que los identifiquen con él. Chávez es un exmilitar, no es académico y mucho menos diplomático, como quisieran los exquisitos; tampoco un marxista ortodoxo, pero sus luchas antiyanquis, sus batallas contra empresarios y clero golpista, así como sus defensas y ayudas a América Latina, están muy por encima de todos ellos en la actualidad.

4. La izquierda radical –muy diferente a la socialdemocracia que sólo piensa en política electoral burguesa- no puede dejar de reconocer el liderazgo de Chávez y Morales en Latinoamérica por su enorme batalla antiimperialista, pero también por la lucha interna que llevan adelante en sus países; pero ese apoyo tiene que ser crítico, no es para siempre, es decir, sólo mientras mantengan esa posición, y retirarlo en el momento en que comiencen a alejarse de los intereses del pueblo. Siguiendo el dicho que “la verdad es revolucionaria”, los analistas políticos no deben nunca conformarse con explicar o describir la realidad porque su tarea es ir al fondo de los problemas. ¿Cómo no apoyar a Chávez en su batalla contra el alto clero venezolano que siempre ha estado al servicio del capital cuando todos sabemos que tras los jerarcas de la iglesia están los EEUU?

5. En México personajes del alto clero como Norberto Rivera, Juan Sandoval Iñiguez, Onésimo Cepeda o el legionario Velasco de Paolis, sustituto del pederasta Maciel, a pesar de estar aliados plenamente a los intereses de los más altos empresarios, gozan entre los políticos de una gran reputación; nadie los toca ni con “el pétalo de una rosa” a pesar de los enormes negocios económicos que realizan, de que han sido acusados de pederastas o protectores de ellos y de combatir la legalización del aborto. Al contrario, los políticos se arrastran tras ellos buscando bendiciones y votos. Por eso cuando Chávez dice que “el cardenal Urosa es un troglodita que se esconde tras su sotana para engañar a inocentes” en México los políticos se persignan para no ser identificados con el principal líder antiimperialista de América Latina.

6. Venezuela apenas cuenta con 30 millones de habitantes, Bolivia con poco más de 10 millones, Cuba con 12 millones, es decir, casi nada frente a los 112 millones existentes en México; pero la presencia de estos tres países en las luchas por la liberación de los pueblos del continente ha sido determinante. Si estos tres gobiernos han podido frenar muchas invasiones y asesinatos del imperialismo yanqui en América, sólo habría que pensar en lo que se podría lograr si países como Brasil, México, Argentina y Colombia y sus cerca de 400 millones de habitantes, lograran unificar fuerzas con el bloque antiimperialista. Con sólo ellos los EEUU se derrumbarían porque ya no encontrarían donde saquear productos naturales, ni petróleo ni agua que tanto necesitan y menos mercado para vender las poderosas armas, helicópteros y cursos militares.

7. Hugo Chávez no puede ni debe dar ningún paso atrás contra los empresarios y alto clero dirigidos desde los EEUU. No debe importarle que los medios de información del mundo –siempre al servicio de las cadenas internacionales yanquis- sigan aullando contra sus políticas socializantes. Si bien el socialismo real -el que camina hacia la desaparición del trabajo asalariado y el Estado- no ha existido nunca porque sólo puede construirse en un bloque de países, el llamado “socialismo” venezolano, boliviano, cubano, llenos de voluntad y alta conciencia de los pueblos, pueden continuar siendo la esperanza. Quisiéramos que las transformaciones en estos países sean más rápidas y con menos dificultades, pero no puede olvidarse que el sistema capitalista e imperialista mundial es aún poderoso. Mientras tanto tenemos la obligación de seguir batallando.

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