Apolinar Díaz – Callejas (especial para ARGENPRESS.info)
El próximo domingo 31 de mayo se realizarán en Colombia las elecciones presidenciales para escoger y elegir el nuevo presidente de la República. El presidente Uribe Vélez no ha descansado un minuto, recorriendo todo el país para reunirse con pequeñas comunidades urbanas y rurales, defendiendo su “obra de gobierno” como si la elección de presidente pudiera recaer en él mismo.
En el canal de televisión City TV, uno de los más fuertes de Colombia, se han realizado debates importantes sobre la realidad del país y sobre la falta de rumbos y convicciones claras en cuanto a las intenciones del voto de los colombianos para escoger nuevo presidente de la República. Mientras tanto, el presidente Uribe Vélez utilizando los más modernos recursos de transporte aéreo dentro de las fronteras de la nación, ha estado visitando pueblos, analizando la situación política y diseñando lo que podrían ser sus objetivos electorales en el futuro.
El próximo domingo 31 de mayo se realizarán en Colombia las elecciones presidenciales para escoger y elegir el nuevo presidente de la República. El presidente Uribe Vélez no ha descansado un minuto, recorriendo todo el país para reunirse con pequeñas comunidades urbanas y rurales, defendiendo su “obra de gobierno” como si la elección de presidente pudiera recaer en él mismo.
En el canal de televisión City TV, uno de los más fuertes de Colombia, se han realizado debates importantes sobre la realidad del país y sobre la falta de rumbos y convicciones claras en cuanto a las intenciones del voto de los colombianos para escoger nuevo presidente de la República. Mientras tanto, el presidente Uribe Vélez utilizando los más modernos recursos de transporte aéreo dentro de las fronteras de la nación, ha estado visitando pueblos, analizando la situación política y diseñando lo que podrían ser sus objetivos electorales en el futuro.
Por eso la ciudadanía sale a esas reuniones en sitios apartados y rurales a los que nunca iban los candidatos presidenciales y menos el presidente. Uribe ha puesto en marcha el tiempo y vigor de todos los altos funcionarios de su gobierno para organizar encuentros en sitios públicos en que el habla de todos los colombianos de las respectivas regiones guardando la sensación sicológica de que sus programas son los que él repite en esas reuniones rurales. La gente del pueblo alcanza a pensar que están en una nueva campaña de reelección de Uribe Vélez.
Sólo que los temas son programas futuristas que hacen creer a la gente que están promoviendo la cuarta elección presidencial de Uribe Vélez.
Mientras tanto, las regiones del país se deshacen en el entusiasmo de discutir los nuevos programas presidenciales de Uribe Vélez, a quien ya dan por elegido en el futuro. La burocracia presidencial se ha apoderado y movilizado de las provincias colombianas como reales voceros de una nueva candidatura presidencial de Uribe Vélez. En sus discursos, Uribe Vélez ratifica su apoyo a soluciones a problemas de las regiones colombianas que llevan años y siglos de espera inútil. Pero la gente, campesina especialmente, espera que esta vez sí cumplirá el presidente Uribe, al tiempo que apoyan toda la política represiva que se practica por el gobierno nacional a lo largo y ancho del territorio.
Los candidatos presidenciales sobrevivientes ni siquiera tienen tiempo para explicar a la población las mentiras de los planes políticos, económicos y sociales que expone Uribe Vélez como si ya fuera el nuevo candidato presidencial de la república. La gente del campo y de barrios de algunas ciudades cae en un estado de alegría y confianza en el futuro que nunca habían tenido de verdad, pero exigen la paz, la terminación de los asesinatos y muertes de ciudadanos comunes y corrientes, de mayores de edad, mujeres, menores y niños.
En San Onofre, uno de los municipios más grandes del Departamento de Sucre, de notable población negra y mestiza fue asesinado uno de los líderes más importantes de la población desplazada del municipio, quien, según la prensa, había recibido varias amenazas contra su vida. Pero fue asesinado, lo cual levantó la protesta enérgica y desesperada tanto de los habitantes San Onofre como de territorios y municipios vecinos. El crimen ha quedado impune, pese a las manifestaciones populares de castigo a los criminales.
En San Benito Abad, un municipio de muy antigua tradición histórica y de existencia en el ambiente de un Santo Milagroso, ha continuado abiertamente el asesinato de personas de todas las razas, género y edades. Son matanzas implacables contra mujeres y sus propios hijos sin que se sienta siquiera el rechazo de la Fuerza Pública. De esta misma manera se cometen día a día crímenes y crímenes en todo el territorio rural y nacional, no solo en Sucre y San Onofre sino en Barranquilla, Departamentos de Córdoba, Magdalena, Cesar, Antioquia, Chocó, Valle del Cauca y departamentos formados por los antiguos territorios nacionales. La atmosfera actual en Colombia es de crímenes y crímenes políticos sin que la protesta ciudadana logre frenar esas masacres criminales y abrir un rumbo de paz a la nación.
Sólo que los temas son programas futuristas que hacen creer a la gente que están promoviendo la cuarta elección presidencial de Uribe Vélez.
Mientras tanto, las regiones del país se deshacen en el entusiasmo de discutir los nuevos programas presidenciales de Uribe Vélez, a quien ya dan por elegido en el futuro. La burocracia presidencial se ha apoderado y movilizado de las provincias colombianas como reales voceros de una nueva candidatura presidencial de Uribe Vélez. En sus discursos, Uribe Vélez ratifica su apoyo a soluciones a problemas de las regiones colombianas que llevan años y siglos de espera inútil. Pero la gente, campesina especialmente, espera que esta vez sí cumplirá el presidente Uribe, al tiempo que apoyan toda la política represiva que se practica por el gobierno nacional a lo largo y ancho del territorio.
Los candidatos presidenciales sobrevivientes ni siquiera tienen tiempo para explicar a la población las mentiras de los planes políticos, económicos y sociales que expone Uribe Vélez como si ya fuera el nuevo candidato presidencial de la república. La gente del campo y de barrios de algunas ciudades cae en un estado de alegría y confianza en el futuro que nunca habían tenido de verdad, pero exigen la paz, la terminación de los asesinatos y muertes de ciudadanos comunes y corrientes, de mayores de edad, mujeres, menores y niños.
En San Onofre, uno de los municipios más grandes del Departamento de Sucre, de notable población negra y mestiza fue asesinado uno de los líderes más importantes de la población desplazada del municipio, quien, según la prensa, había recibido varias amenazas contra su vida. Pero fue asesinado, lo cual levantó la protesta enérgica y desesperada tanto de los habitantes San Onofre como de territorios y municipios vecinos. El crimen ha quedado impune, pese a las manifestaciones populares de castigo a los criminales.
En San Benito Abad, un municipio de muy antigua tradición histórica y de existencia en el ambiente de un Santo Milagroso, ha continuado abiertamente el asesinato de personas de todas las razas, género y edades. Son matanzas implacables contra mujeres y sus propios hijos sin que se sienta siquiera el rechazo de la Fuerza Pública. De esta misma manera se cometen día a día crímenes y crímenes en todo el territorio rural y nacional, no solo en Sucre y San Onofre sino en Barranquilla, Departamentos de Córdoba, Magdalena, Cesar, Antioquia, Chocó, Valle del Cauca y departamentos formados por los antiguos territorios nacionales. La atmosfera actual en Colombia es de crímenes y crímenes políticos sin que la protesta ciudadana logre frenar esas masacres criminales y abrir un rumbo de paz a la nación.
Por ello, frente a las elecciones del próximo domingo 31 del corriente mes y año, se están desarrollando en una atmosfera de terror y de miedo por la violencia que recorre a Colombia. Nuestra gente camina a la ligera, por las calles, por temor a asaltos y atracos crimínales. Hay miedo, hay temor y las ofertas de paz y de tranquilidad del presidente Uribe Vélez quedan en el aire, se pierden en la atmosfera de las mentiras .Da realmente espanto constatar que en Colombia actualmente se cometen decenas y decenas de crímenes y muertes de personas de todas las edades y sexos, bajo el régimen de Uribe Vélez, pero día a día crece la reacción nacional de las ciudades y del campo contra esa ola de crímenes.
Confiemos en que la valentía cívica y moral de nuestro pueblo sea capaz de contener esa avalancha de matanzas y crímenes para que Colombia recupere su tradición de una nación pobre pero valiente en la defensa de su democracia, de sus convicciones, de su lucha por el progreso y por embarcarnos en una nueva nación del siglo que estamos viviendo.
Yo, en el próximo mes de junio, cumpliré mis primeros 88 años de vida y confío que tendré energías, vigor y capacidad de lucha por la transformación de Colombia, que me permitan participar en la creación de esa nueva Colombia por la que tanto he luchado, casi que inútilmente, en mis decenas de años de estudio y reivindicación de la democracia y de las causas más populares y fundamentales para el pueblo colombiano.
En esa lucha me identificaré también con todos los colombianos de todas las razas y edades que estemos dispuestos a no dejarnos vencer por el crimen, la subordinación política y social y la dependencia del poder imperial de los Estados Unidos de Norteamérica.
El diario, hoy español, El Tiempo, de Bogotá, dice en la fecha del 26 de mayo, informa en primera página que “Según el censo del Jardín Botánico de Bogotá, hay 900 árboles en riesgo de caerse por su altura, su vejez y su inclinación.
El diario, hoy español, El Tiempo, de Bogotá, dice en la fecha del 26 de mayo, informa en primera página que “Según el censo del Jardín Botánico de Bogotá, hay 900 árboles en riesgo de caerse por su altura, su vejez y su inclinación.
Al mismo tiempo informa que los problemas de la naturaleza han dejado 421 damnificados en solo Bogotá”.
Todo el pueblo colombiano ayudará a salir de las desgracias que cayeron sobre Colombia desde la llegada al gobierno del presidente Uribe Vélez.