Pablo Gonzalez

Escándalo en Alemania por los abusos sexuales cometidos en los 70 en un colegio jesuita de Berlín

Entre 1975 y 1982 unos 22 niños y jóvenes fueron víctimas de tratos deshonestos por parte de al menos dos profesores del colegio

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Berlín. (dpa) - La dimensión del escándalo por los abusos sexuales perpetrados contra jóvenes en el colegio secundario Canisius Kolleg de Berlín en los años 70 siguió creciendo hoy con la revelación de nuevos datos y las reacciones de autoridades religiosas y afectados.

Wolfgang S., uno de los sacerdotes a quien se responsabiliza por los hechos, actualmente radicado en Chile, confesó mediante un mensaje de arrepentimiento enviado a sus víctimas que abusó sexualmente de docenas de alumnos, difundió la prensa alemana. S., como lo llama el semanario "Der Spiegel" en una entrevista que publica en su nueva edición, fue profesor de educación física en el Canisius Kolleg, y de los dos acusados por los hechos es el único que ha admitido los hechos.

"Es un hecho triste, cometí abusos y maltratos contra jóvenes y niños con excusas pseudopedagógicas", dijo el religioso de 65 años al semanario. "No hay nada que disculpar" al respecto, agregó. Según las últimas informaciones, entre 1975 y 1982 unos 22 niños y jóvenes fueron víctimas de tratos deshonestos por parte de al menos dos profesores del colegio.

En 1992 S. abandonó la orden religiosa, después de desempeñarse en los años 80 en las escuelas jesuitas de Alemania Sankt-Ansgar de Hamburgo y Sankt Blasien, en la Selva Negra. "Parto de la base que también en el St. Blasien hubo casos de abuso sexual", dijo hoy el director de ese colegio colegio, Pater Johannes Siebner.

El religioso agregó que la certeza le produce "tristeza, rabia y vergüenza". S. contó a "Der Spiegel" que en 1991 puso al tanto de sus actos a su "entonces superior jerárquico, el provincial alemán", con lo que enteró a la orden jesuita de los múltiples abusos cometidos durante cerca de 19 años. La orden estaba así en conocimiento de los hechos, como confirmó el actual provincial de los jesuitas, Stefan Dartmann.

Ahora se trata de "determinar con precisión cuánto sabían los jesuitas y qué consecuencias hubo para los responsables". Dartmann señaló hoy que hará todo lo que esté en sus manos para aclarar los hechos. El lunes se espera su presencia en el Canisius Kolleg de la capital alemana.

Pero no sólo los jesuitas, también el Vaticano tenía conocimiento de los hechos: en todo momento la más alta jerarquía católica contó con "testimonios de mi sinceridad, lo que no disculpa en nada lo que hice", señaló S.

Desde que se instaló en Chile, el sacerdote tuvo "contacto constante tanto con torturadores (de la dictatura de Augusto Pinochet) como con sus víctimas". "Me vi confrontado así prácticamente a diario con mi imagen de abusador de niños". Declaraciones de presuntos afectados también amplificaron durante el fin de semana la dimensión del caso. Uno de ellos aseguró al diario "Berliner Zeitung" haber sido abusado en el sótano del colegio entre 1975 y 1979 por uno de los sacerdotes imputados.

Además, en 1981 siete alumnos escribieron una carta a las autoridades del colegio y al arzobispado de la jurisdicción. "Nunca tuvimos respuesta", dijo al respecto otro afectado al diario "Berliner Morgenpost". Agregó que hasta hoy sufre las consecuencias de los hechos: a los 47 años sufre problemas de adicciones y diversas perturbaciones sexuales.

El actual rector del centro escolar, el padre Klaus Mertes, criticó hoy severamente la política de la Iglesia católica hacia la homosexualidad. "La Iglesia está afectada de homofobia", dijo en declaraciones que reproduce el diario "Tagesspiegel am Sonntag". "La homosexualidad está silenciada, y los clérigos que tienen esa inclinación tienen serios conflictos en relación con el modo de manejar su sexualidad", agregó.

El escándalo del Canisius hizo que el arzobispado de Berlín decidiera hacer pública también la investigación que desde 2009 lleva a cabo en la comunidad Heilig Kreuz, del distrito berlinés de Hohenschönhausen, por presuntos abusos sexuales de un sacerdote.

El religioso, que está a punto de jubilarse, está acusado de haber abusado sexualmente de un joven en 2001. En julio de 2009, el caso llegó al arzobispo de Berlín, Georg Sterzinsky, quien prohibió al imputado todo trato con jóvenes y lo relevó de tareas confesionales. También en la diócesis de Essen se investiga a un religioso por presuntos abusos sexuales.

El caso llegó a las primeras planas de Alemania el jueves, después de que el mismo Mertes lo divulgara en Berlín, al escribirle una carta a unos 600 ex alumnos de los años 70 y 80, época en los que se cometieron los abusos.

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